Maddalena Casulana nació en Italia en 1544 y murió en 1590. Fue una compositora y cantante italiana del Renacimiento tardío que tocaba el laúd y que fue la primera en tener un volumen entero impreso, exclusivamente, dedicado a sus creaciones y publicado en la historia de la música occidental: “Il primo libro di madrigali” (“El Primer Libro de los Madrigales”, 1568, Venecia).
Es poco certera la data que existe sobre ella -al igual que el resto de las mujeres artistas hasta el último tercio de la centuria pasada-. Posiblemente haya nacido en Casole d´Elsa (Italia), cerca de Siena, en coherencia con su apellido. Su primer trabajo data de 1566: cuatro madrigales en una colección titulada “Il Desiderio” (“El Deseo”), el cual escribió en Florencia.
Sus obras fueron sobretodo madrigales que eran composiciones a tres o seis voces normalmente para ser cantados a capela (sin voz) o con acompañamiento musical. Eran breves y solían tratar temas amorosos. Sus líneas melódicas eran cantábiles y eran cuidadosamente respetuosas del texto. Evitaba la extrema experimentación propia de compositores de la Escuela de Ferrara como Luzzasco Luzzaschi (1583 – 1643) y Carlo Gesualdo (1566 – 1613).
En alguna de sus obras (más específicamente en la dedicatoria que le hace a Isabel Médicis en su primera publicación), Maddalena, hace muestra del sentimiento de anomalía que le significaba ser una compositora en su época y de la consciencia del valor de la mujer, frente a la opinión vulgar, difundida por la Iglesia, de su inferioridad frente al hombre:
“Deseo mostrar al mundo, tanto como pueda en esta profesión musical, la errónea vanidad de que sólo los hombres poseen los dones del arte y el intelecto, y de que estos dones nunca son dados a las mujeres”.
Cuántas mujeres en la historia fueron olvidadas por el mero hecho de nunca haber sido tenidas en cuenta como ciudadanas sino como meras sirvientas y paridoras seriales. “¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?”, se supo preguntar Linda Nochlin recién en la década del 70 y es a día de hoy que seguimos encontrando creadoras artísticas omitidas por la historia y dando vueltas en relación a esa tan profunda e interesante pregunta/respuesta.
Así como Miguel Ángel con Artemisia Gentileschi, Casulana también gozó del respeto de compositores de su época, ejemplo de ellos fueron Philippe de Monte (1521 – 1603) y Orlando di Lasso (1532 – 1594), quien dirigió un trabajo de ella en ocasión de la boda de Alberto V de Baviera en Múnich.
Si bien Maddalena Casulana fue la primera, seguramente, no fue la única, pero sí fue la que dejó un amplio registro de piezas bellísimas que a día de hoy siguen siendo disfrutadas y alabadas por muchos de nosotros, seres tecnoparasitarios del siglo XXI.