Los estandartes de Pizarro

El 13 de noviembre de 1529, Carlos V de España le entregó a don Francisco Pizarro el Real Pendón de la Conquista, donde figuraba el escudo de armas del monarca. Portando este estandarte, Pizarro entró a Cuzco, en 1533. Por años esta insignia fue conservada en el Altar Mayor de la Iglesia de Santo Domingo de dicha ciudad como emblema de la Conquista del Perú. Sin embargo, parece que existió más de un estandarte, ya que las crónicas de esa época señalan que Pizarro ingresó a Cuzco con un pendón, luciendo de un lado el escudo de armas del Emperador y del otro la imagen ecuestre del apóstol Santiago, patrono de España.

El de San Martín lucía solo las tres coronas, una estrella de oro sobre campo azul y dos águilas negras, diseñada por la madre alienada de Carlos V. En la orla se leía Hoc Signum Vere Regum Est (“Este es el verdadero signo de los reyes”). El Libertador lo recibió de regalo de las autoridades de Lima, ya que, como símbolo de la conquista española era atinado dársela a quien había roto los vínculos con la metrópolis, esperando que dicho estandarte “no se enarbolara jamás en el Perú”. La nota que acompañaba la entrega estaba firmada por Felipe Antonio Alvarado.

Después de ingresar a la capital del Perú, el general se enteró que dicho estandarte estaba en manos de un rico hacendado español en Pisco. San Martín lo hizo capturar y entregó el pendón al Cabildo de Lima. Como reconocimiento al promotor de la independencia, las autoridades limeñas se lo entregaron al Libertador, el 2 de abril de 1821.

En tiempo de la colonia, a este estandarte solían sacarlo en procesión al Palacio de Gobierno portada por un Alférez Real. Desde 1803 en adelante fue remendada torpemente dado el desgaste propio por el paso del tiempo.

San Martín jamás se desprendió de este preciado tesoro y como vimos, ya había expresado su deseo de donarlo al Perú cuando en 1849 el mariscal Castilla, por entonces presidente del Perú, le solicita que dicha insignia fuese devuelta a Lima. San Martín le contestó que, por disposición testamentaria, sería retornada al Perú después de su fallecimiento.

El general solía mostrar el estandarte a las personas que lo visitaban, tal como lo consigna Florencio Varela en una de sus cartas.

Al morir San Martín, sus albaceas hicieron entrega de la preciosa reliquia al embajador del Perú en París. La pieza recaló en uno de los salones del Ministerio de Relaciones Exteriores en Lima. Cuando cae el gobierno del general Pezet, las oficinas del Palacio fueron saqueadas (el 6 de noviembre de 1865) y el estandarte desapareció a manos de una turba que saqueó al ministerio.

Como señalábamos al principio, por lo menos existió otro estandarte ya que en 1824, después de la Batalla de Ayacucho que puso fin al yugo español, el general Sucre decidió enviarle la insignia capturada a los realistas de Simón Bolívar. Según quedó consignado este era el que portara Pizarro. Como trofeo Bolívar lo remitió a Caracas donde se encuentra actualmente. ¿Cuál de ellos era el “Pendón de la conquista”? Al parecer había más de un estandarte, porque además de ser usado en las procesiones, existía uno que portaban en las batallas.

San Martín, sabiendo que habría de entregar el suyo, le pidió a su hija Mercedes que hiciera una copia. Esta se halla, actualmente, en el Museo Histórico Nacional, junto a otras posesiones del libertador.

En 1924, en ocasión del centenario de la batalla de Ayacucho, la municipalidad de Lima hizo una copia de tal estandarte para exhibirlo en ceremonias públicas. Sin embargo, también este desapareció después de que dicha municipalidad se mudara a su actual ubicación, en 1944. ¿Dónde se encuentra esta copia? ¿Acaso está extraviado entre los objetos que atesora el Museo Histórico de Lima?

Como vemos, este símbolo de la conquista española ha tenido un destino incierto, prolongando el sordo enfrentamiento entre los dos libertadores de América.

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