Los acorazados Mariano Moreno y Bernardino Rivadavia

La relación entre Chile y Argentina ha tenido sus vaivenes, casi todos relacionados con la cuestión limítrofe. Por suerte, o gracias a Dios, como más le guste al lector, esos diferendos se resolvieron en forma pacífica, con algunas bravuconadas e histeriqueos del tipo “quién la tiene más grande”. En fin, la cosa es que a fines del siglo XIX, cuando Argentina y Chile firmaron los primeros acuerdos de límites, que luego se irían completando con los sucesivos laudos arbitrales y acuerdos posteriores, hubo un proceso de rearme por parte de las fuerzas militares de ambos países. En particular, en lo que se refiere a la Marina, la Argentina tenía una fuerte desventaja con respecto a Chile. Desde los sucesos del río Santa Cruz, cuando se envía una flotilla al mando del comodoro Luis Py a tomar posesión de la margen sur del río, que había sido visitado por fuerzas chilenas, el gobierno argentino entendió que era necesario desarrollar una Marina de guerra en serio, y que para eso no servía ese conjunto de maltrechas embarcaciones de río que estaban en funciones. Esto llevó a un proceso de rearme por el lado argentino, que compró hasta seis acorazados clase Garibaldi a Italia (dos de ellos son los protagonistas de esta nota), que fue imitado sin demoras por el lado chileno. Este proceso, combinado con las cuestiones no resueltas sobre los límites (que recién se solucionarían con el laudo arbitral de 1902) llevaron a los dos países a un clima de confrontación prebélico que tuvo su máximo en el año 1901 (para el lector interesado, le recomiendo el trabajo del Dr. Julio Horacio Rubé, titulado “La guerra que pareció inevitable”, donde hallará numerosos detalles de aquellos días). Una vez superado, en forma pacífica, este trance, ambos países se abocaron a aplacar los ánimos y realizar gestos conciliatorios. Así fue como se llegó a los acuerdos y tratados sobre reducción de armamento naval. Para poner en contexto, para el año 1898 Argentina y Chile eran, respectivamente, la sexta y séptima potencia naval del mundo.

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El crucero acorazado Bernardino Rivadavia, con la bandera del Imperio del Sol Naciente y su nuevo nombre: Kasuga. Fuente: Foro de Todoavante.es.

El crucero acorazado Bernardino Rivadavia, con la bandera del Imperio del Sol Naciente y su nuevo nombre: Kasuga. Fuente: Foro de Todoavante.es.

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El crucero acorazado Mariano Moreno, bajo la denominación Nisshin. Fuente: Foro de Todoavante.es.

El crucero acorazado Mariano Moreno, bajo la denominación Nisshin. Fuente: Foro de Todoavante.es.

Los acuerdos de Mayo y la “discreta” equivalencia entre escuadras

El 9 de enero de 1903, Luis María Drago, ministro de Relaciones Exteriores argentino, y Carlos Concha Subercaseaux, ministro plenipotenciario chileno, suscribieron en Buenos Aires el protocolo para lograr una discreta equivalencia (sic) entre las escuadras de ambos países. Esto se refleja en el Boletín Oficial de la Republica Argentina Nº2796, del 21 de enero de 1903, en donde se publica el texto del “Convenio con Chile para hacer efectiva la discreta equivalencia, que ambos gobiernos han resuelto establecer en sus respectivas escuadras“.

En Buenos Aires, á nueve de Enero de mil novecientos tres, reunidos en el Despacho del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, S. E. el Doctor Luis M.Drago, Ministro del ramo, y S. E. el señor Carlos Concha, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Chile, después de canjeados los respectivos poderes y habiéndolos encontrado en forma, han convenido en el siguiente arreglo con el fin de hacer efectiva la discreta equivalencia que ambos países han resuelto establecer en sus respectivas escuadras, de conformidad con el Tratado sobre armamentos navales subscrito el 28 de Mayo de 1902, con las notas cambiadas en la misma fecha entre la Cancillería Chilena y el Ministro Plenipotenciario de la República Argentina en Chile y el acta que sobre el mismo asunto se subscribió en 10 de Julio de 1902.

ARTICULO I

Las repúblicas Argentina y de Chile, venderán desde luego, y en el más breve plazo posible las naves de guerra, que tienen actualmente en construcción — la primera en los astilleros de Ansaldo (Italia) y la segunda en los de Vickers y Armstrong (Inglaterra) — dentro de las condiciones establecidas por el inciso 1º del articulo 1º y por el artículo 3º del pacto de 28 de Mayo de 1902.

No pudiéndose realizar la venta inmediatamente por cualquier causa; las Altas partes contratantes podrán continuar atendiendo á la construcción de las referidas naves hasta que queden terminadas, pero en ningún caso podrán ellas ser incorporadas á las respectivas escuadras, ni aún con el aviso previo de diez y ocho meses requerido para el aumento de armamentos navales, previsto por el articulo 2º del citado pacto.

ARTICULO II

Ambas Altas partes contratantes de común acuerdo resuelven poner desde luego los buques actualmente en construcción á la disposición y orden de S. M. Británica, arbitro nombrado por el Tratado de 28 de Mayo de 1902, manifestándole que han convenido que no podrán ellos salir de los astilleros donde actualmente se encuentran, sino solamente en el caso de que ambas Altas partes se lo solicitaren de común acuerdo por haberse realizado su venta ó por convenio posterior.

ARTICULO III

Las dos Altas partes contratantes comunicarán inmediatamente á los astilleros constructores que los buques han sido puestos por acuerdo de ambos gobiernos a la disposición del arbitro designado en el Tratado de 28 de Mayo de 1902, sin cuya orden expresa no podrán ser entregados á nación ni persona alguna.

ARTICULO IV

Para establecer la discreta equivalencia en las escuadras existentes la República Argentina procederá al desarme de sus Acorazados «Garibaldi» y «Pueyrredón» y la República de Chile al desarme del Acorazado «Capitán Prat».

ARTICULO V

Para que los buques se consideren en desarme con arreglo al artículo anterior, deberán estar amarrados en una dársena ó puerto, teniendo á bordo solamente el personal necesario para atender á la conservación del material que no se pueda remover y habiéndose desembarcado de ellos:

Todo el carbón,

Todas las pólvoras y municiones,

La Artillería de pequeño calibre,

Los tubos lanzatorpedos y los torpedos,

Los proyectores eléctricos,

Las embarcaciones menores,

Todos los artículos de consumo de todos los cargos.

Para la mejor conservación podrá ponérsele techo á la cubierta.

ARTICULO VI

Los barcos expresados en el artículo IV que ambos gobiernos convienen en poner en desarme, deberán permanecer en esta condición y no podrán ser armados nuevamente, sin el previo aviso que deberá darse por el gobierno que pretenda hacerlo, al otro gobierno, con diez y ocho meses de anticipación, salvo acuerdo posterior, ó sí ellos fueren enajenados.

ARTICULO VII

Ambos gobiernos solicitarán del arbitro designado en los Tratados de 28 de Mayo de 1902, para resolver las dificultades á que las cuestiones de armamentos navales pudieran dar lugar, la aceptación del encargo que resulta de la presente acta, á cuyo efecto se le enviará copia autentica de la misma.

En fe de lo cual los respectivos plenipotenciarios firman y sellan el presente en doble ejemplar.

(L. S) (fdo) Luis M. Drago.

(L. S.) (fdo) Carlos Concha.

Departamento de Relaciones Exteriores y Culto.

Buenos Aires Enero 12 de 1903.

Aprobado.

JULIO A. ROCA.

Luis M. Drago.

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El Boletín Oficial de la República Argentina Nº2796, del 21 de enero de 1903, no solo anuncia el convenio de reducción de unidades navales entre Argentina y Chile, sino que también anuncia el convenio con Chile para solicitar al gobierno de S. M. Británica, que la Comisión encargada de trazar la linea divisoria a que se refiere el laudo arbitral de 24 de noviembre último, fije en el terreno los hitos que correspondan a la línea comprendida entre los 23 grados y 26 grados, 52 m., 45 seg. de latitud austral (Puna de Atacama).

El Boletín Oficial de la República Argentina Nº2796, del 21 de enero de 1903, no solo anuncia el convenio de reducción de unidades navales entre Argentina y Chile, sino que también anuncia el convenio con Chile para solicitar al gobierno de S. M. Británica, que la Comisión encargada de trazar la linea divisoria a que se refiere el laudo arbitral de 24 de noviembre último, fije en el terreno los hitos que correspondan a la línea comprendida entre los 23 grados y 26 grados, 52 m., 45 seg. de latitud austral (Puna de Atacama).

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Diario Oficial de la República de Chile Nº7493, del 27 de enero de 1903, donde se publican los convenios recientemente firmados en Buenos Aires (los mismos que aparecen en el Boletín Oficial de la República Argentina).

Diario Oficial de la República de Chile Nº7493, del 27 de enero de 1903, donde se publican los convenios recientemente firmados en Buenos Aires (los mismos que aparecen en el Boletín Oficial de la República Argentina).

Este convenio acerca de la “discreta equivalencia entre armadas” (una expresión algo ambigua para referirse a la cantidad de armamento) se basa en los acuerdos del año previo, suscriptos en mayo y julio, y que aparecen reflejados en el Boletín Oficial de la República Argentina Nº2711, del 7 de octubre de 1902.

Acta

Reunidos en el Ministerio de Relaciones Esteriorés de Chile el Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario de la República Arjentina, señor don José Antonio Terry, i el Ministro del ramo, don José Fracísco Vergara Donoso, á fin de desvanecer las lijeras dudas suscitadas en ambos países i dar á los pactos firmados el 28 de Mayo último todo el prestijio que les corresponde por los elevados propósitos conque han sido celebrados, los señores Ministros debidamente autorizados dijeron, que sus respectivos Gobiernos estaban de acuerdo:

1º En que no puede ser materia de arbitraje entre las Partes la ejecución de los tratados vijentes ó de los que fueren consecuencia de los mismos á que se refiere el acta preliminar del Pacto de Arbitraje, i de consiguiente en que no hai derecho por parte de uno de los Gobiernos contratantes á inmiscuirse en la forma que el otro adopte para dar cumplimiento a aquellos Tratados.

2º En que la ejecución del Art. 1º, parte 2º, de la Convención sobre Armamentos navales, en virtud de la cual debe establecerse una discreta equivalencia entre las dos escuadras, no hace necesaria la enajenación de buques, pues, puede buscarse dicha discreta equivalencia en el desarme ú otros medios en la estensión conveniente, á fin de que ambos Gobiernos conserven las escuadras necesarias, el uno para la defensa natural i el destino permanente de la República de Chile en el Pacífico, i el otro para la defensa natural i destino permanente de la República Arjentina en el Atlántico i Rio de la Plata.

3° En que hallándose los referidos Pactos sometidos á la deliberación de los Congresos de uno i otro país, debe darse á estos Congresos conocimiento de la presente Acta.

En fe de lo cual, firman esta Acta en dóble ejemplar, en Santiago á 10 de Julio de 1902.:

JA. Terry.

J. Fco. Vergara Donoso.

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El crucero acorazado Mariano Moreno, futuro Nisshin, durante su construcción. Fuente: Foro de Todoavante.es.

El crucero acorazado Mariano Moreno, futuro Nisshin, durante su construcción. Fuente: Foro de Todoavante.es.

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Botadura del casco del ARA Bernardino Rivadavia. La fotografía está coloreada digitalmente. Fuente: HISTARMAR.

Botadura del casco del ARA Bernardino Rivadavia. La fotografía está coloreada digitalmente. Fuente: HISTARMAR.

La firma de estos pactos generó debates acalorados y situaciones incomodas a ambos lados de la cordillera. Por ejemplo, Estanislao S. Zeballos se oponía al desarme, porque aseguraba que dejaba a la Argentina en inferioridad respecto de Brasil. Según Zeballos, “era la improvisación diplomática impuesta a Roca por los banqueros de Londres apoyados por la credulidad romántica de Bartolomé Mitre”, a quien se le había despertado una tardía vocación pacifista. Hubo un importante debate periodístico que encabezaba La Prensa por un lado (de tono belicista) y La Nación por el otro (por la conveniencia de la paz). Según algunas fuentes, fue Pellegrini, ya enemistado con Roca, quien antepuso su patriotismo a sus sentimientos en el momento decisivo de la discusión. Su palabra rectora arrastró a los dubitativos (“¡Y, bueno! Si es todo lo que se obtuvo, ¡que sea!“, dijo).

Pasando en limpio, los acuerdos de 1902 dispusieron el principio de equivalencia de escuadras, que se materializaba de la siguiente forma:

– La venta de los cruceros-acorazados ARA Mariano Moreno (inicialmente llamado Roca) y ARA Bernardino Rivadavia (inicialmente denominado Mitre), que el gobierno argentino tenía en avanzado estado de alistamiento en los astilleros Ansaldo (Génova).

– El desarme de los acorazados argentinos ARA Garibaldi y ARA Pueyrredón.

– La venta de los acorazados Libertad y Constitución, que el gobierno chileno tenía en construcción en los astilleros Vickers y Armstrong (Inglaterra).

– El desarme del acorazado chileno Capitán Prat.

Rumores de otra guerra

Mientras esto sucedía en Sudamérica, en el otro extremo del planeta había una guerra a punto de estallar. Una mezcla de razones políticas y económicas habían llevado a Rusia y Japón a una tensa situación en la región de Manchuria, que terminó por desembocar en una guerra cuando la flota japonesa atacó en febrero de 1904 los puertos de Chelmupo y Port Arthur. Pero en 1903 la guerra se veía venir pero no se había materializado aún, por lo que Japón decidió acelerar la preparación de sus fuerzas navales. Un año antes, en 1902, el Reino Unido había firmado una alianza con Japón, en donde establecía, entre otras cosas, un programa de construcción de unidades navales para el Imperio del Sol Naciente. El Reino Unido se convertía así en un aliado encubierto de imperio japonés con el único objeto de evitar que el poder ruso se expandiera por el Extremo Oriente y la costa oeste del Pacífico. El gobierno japonés se enteró que Argentina y Chile debían reducir su flota en virtud de los Pactos de Mayo, por lo que intentaron hacer negocio con el gobierno chileno en primera instancia. Al no llegar a ningún acuerdo, los negociadores se dirigieron a la Argentina, que tenía a dos acorazados sin estrenar en los astilleros Ansaldo de Génova.

La construcción de los acorazados había comenzado en marzo de 1902, y para septiembre de ese año se había botado el Rivadavia, y en febrero de 1903 se hizo lo propio con el Moreno. El diplomático japonés en Londres, ministro Gonsuke Hayashi, averiguó las condiciones para adquirir el Mariano Moreno y el Bernardino Rivadavia en la empresa Gibbs y Cia., agente de venta de la Marina Argentina, y a su vez se contactó con el representante diplomático argentino en Gran Bretaña, el ministro Domínguez, quien mostró una buena predisposición a negociar. Ante la posibilidad concreta de adquirir el material, y la premura que imponía el caso, el Canciller del Imperio del Sol Naciente, Jutaro Komura, comisionó (sin dar cuenta al parlamento) como negociador ante el gobierno argentino al encargado de negocios de la embajada en Río de Janeiro, Kumaiichi Horiguchi, por ausencia de su titular. Horiguchi fue recibido por el presidente Julio Argentino Roca, el canciller Luis María Drago y el ministro de Marina Onofre Bertbeder, con quienes acordó la venta de las dos naves.

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El Boletín Oficial de la República Argentina Nº3079, del 13 de enero de 1904, anuncia la venta de los acorazados por la suma de un millón quinientas mil libras esterlinas.

El Boletín Oficial de la República Argentina Nº3079, del 13 de enero de 1904, anuncia la venta de los acorazados por la suma de un millón quinientas mil libras esterlinas.

Es importante destacar que Rusia también pretendía los acorazados argentinos, e incluso habían (esto es extraoficial y no hay fuente que lo confirme) ofertado un precio mayor al que pagó el gobierno japonés, pero se desconfiaba que el Imperio de los Zares pudiera afrontar el pago de la deuda, tanto si ganaba como si perdía la guerra. Tampoco se puede descartar que el gobierno argentino estaba influido por el británico, por lo que finalmente se decantó por la oferta japonesa. Así fue como el 27 de diciembre de 1903 el Imperio del Sol Naciente abonó a la República Argentina el monto de 14.937.000 yenes a través del Yokohama Specie Bank (横浜正金銀行 Yokohama Shōkin Ginkō), algo así como 1.500.000 libras esterlinas al contado.

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Memoria del Departamento de Hacienda correspondiente al año 1903, donde se menciona la venta de los acorazados (abajo), así como el pago de la 6º y última cuota correspondiente a su construcción (arriba a la derecha). Fuente: Centro de Documentación e Información del Ministerio de Economía

Memoria del Departamento de Hacienda correspondiente al año 1903, donde se menciona la venta de los acorazados (abajo), así como el pago de la 6º y última cuota correspondiente a su construcción (arriba a la derecha). Fuente: Centro de Documentación e Información del Ministerio de Economía

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Memoria del Departamento de Hacienda (año a confirmar), donde se declara un ingreso por la venta de los acorazados. Fuente: Centro de Documentación e Información del Ministerio de Economía

Memoria del Departamento de Hacienda (año a confirmar), donde se declara un ingreso por la venta de los acorazados. Fuente: Centro de Documentación e Información del Ministerio de Economía

Los agregados navales japoneses en Europa se reunieron en Génova el 31 de diciembre y dieron ingreso a las naves en la marina de su país, cambiando el nombre del Mariano Moreno por “Nisshin” (“Japón Adelante”) y el Bernardino Rivadavia por “Kasuga” (“Sol de Primavera”). El jefe de la misión naval argentina en Italia, capitán de navío Manuel Domecq García, hizo entrega formal de los acorazados el 7 de enero de 1904, y dos días después levaron anclas en dirección a Pozzuoli, y desde allí hacia Japón luego de completar su artillería. El gobierno británico movilizó un importante número de barcos y permitió el abastecimiento de las naves japonesas en sus bases a fin de evitar que barcos rusos les cortaran el paso. El traslado hasta aguas japonesas fue consignado a la empresa inglesa W.S. Amstrong, Whitworth and Co., siendo el Nisshin comandado por el capitán de Fragata Lee y el Kasuga por el Capitán de Corbeta H. Paynter, ambos de la marina británica, y el resto de la tripulación se completó con italianos y japoneses. Su derrotero fue cubierto por numerosos periódicos, tal como puede verse (por ejemplo) en las ediciones del 17/febrero/1904 del Manawatu Times (Nueva Zelanda) y el 18/febrero/1904 del Kalgoorlie Miner (Australia). Para conocer más acerca de las vicisitudes de este traslado, y la vida del capitán Paynter, recomiendo leer la detallada historia publicada en la web de la familia Newman.

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Dibujo de la época que muestra los acorazados Rivadavia y Moreno cuando todavía no habían sido transferidos al Japón. Por el texto al pie de la figura, el dibujo debe datar de diciembre de 1903, momento en que japón, y presumiblemente Rusia, establecían contacto con el gobierno argentino con intención de comprar los acorazados que descansaban en Génova. Fuente: Web de la familia Newman.

Dibujo de la época que muestra los acorazados Rivadavia y Moreno cuando todavía no habían sido transferidos al Japón. Por el texto al pie de la figura, el dibujo debe datar de diciembre de 1903, momento en que japón, y presumiblemente Rusia, establecían contacto con el gobierno argentino con intención de comprar los acorazados que descansaban en Génova. Fuente: Web de la familia Newman.

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Antigua postal que muestra parte de los festejos de recepción realizados en Japón para la llegada del Nisshin y el Kasuga. Fuente: Ebay.

Antigua postal que muestra parte de los festejos de recepción realizados en Japón para la llegada del Nisshin y el Kasuga. Fuente: Ebay.

La prueba de fuego

El Nisshin y el Kasuga se incorporaron a la flota japonesa a fines de marzo de 1904, luego del ataque a Port Arthur y Chelmupo. Una de sus primeras acciones fue el bombardeo sobre baterías terrestres ubicadas en la península de Liaotung, a las que lograron silenciar con el agregado de que tuvieron la suerte de eludir las minas fondeadas por el enemigo. Luego, durante el mes de mayo, el Kasuga sufrió una colisión con otro crucero japonés (el cual se hundió), que resultó en la destrucción (y posterior reconstrucción) de su proa.

A fines de junio de 1904 hubo una escaramuza entre la flota rusa acantonada en Port Arthur y la flota japonesa que realizaba el bloqueo. El contraalmirante Vitgeft, por orden de su superior, el virrey Alexieff, zarpó con sus seis acorazados, cuatro cruceros ligeros y siete destructores al encuentro del almirante Togo, quien lo esperaba con una línea de batalla compuesta por cuatro acorazados, tres cruceros acorazados (incluyendo el Nisshin y el Kasuga), ocho cruceros ligeros y seis divisiones de destructores y torpederas. Sin embargo, Vitgeft optó por regresar a Port Arthur cuando estaba casi a distancia de tiro con los japoneses. Esto se trató de un simple movimiento para evaluar el bloqueo naval, que se saldó con un acorazado ruso averiado por contacto con una mina. Pero ya vendría el tiempo de verse las caras nuevamente.

El cerco sobre Port Arthur se completó tras el desembarco del ejército japonés en la península de Liaotung en mayo de 1904. El grueso de la flota imperial rusa del Pacífico quedó sitiada junto a cerca de 50.000 hombres que defendían la plaza. A fines de julio de 1904 se inició el bombardeo de la escuadra rusa fondeada en Port Arthur desde posiciones japonesas en tierra. Esta acción desencadenó la previsible salida de la escuadra rusa hacia Vladivostok, el día 10 de agosto, que dio lugar a la denominada Batalla del Mar Amarillo. Si bien el resultado de esta batalla puede interpretarse en cierta forma como un empate, ya que ambas escuadras sufrieron daños y no hubo hundimientos, desde lo táctico la victoria fue japonesa, ya que la escuadra rusa se dispersó, volviendo algunos buques a Port Arthur, mientras que otros terminaron internados en puertos chinos. En esta acción el Nisshin y el Kasuga tuvieron una participación activa, y recibieron varios impactos, aunque ninguno de ellos de importancia.

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El Nisshin y el Kasuga desplazándose en alguna de las acciones de la guerra ruso-japonesa. Fuente: International Research Center for Japanese Studies.

El Nisshin y el Kasuga desplazándose en alguna de las acciones de la guerra ruso-japonesa. Fuente: International Research Center for Japanese Studies.

La batalla de Tsushima

Pero el acto final de la guerra, en donde el Nisshin y el Kasuga tuvieron mayor protagonismo, fue la batalla de Tsushima. A mediados de octubre de 1904 Rusia envió una nueva flota al Pacífico, compuesta por unidades pertenecientes a las flotas del Báltico y del Mar Negro, al mando del almirante Rozhdestvenski. El viaje se realizó por diferentes caminos, en función de la velocidad de las naves: las más rápidas bordeando el cabo de Buena Esperanza, mientras que las más lentas atravesando el Mediterráneo por Gibraltar y por el Bósforo. Los puntos de reunión fueron Madagascar y el sudeste asiático, y el viaje se demoró tanto que los japoneses tuvieron tiempo de sobra para elaborar planes para interceptar a la flota del Báltico antes de que pudiera recalar en Vladivostok. Es posible, y recalco esta última palabra porque la referencia no es 100% concluyente, que el vapor Kaiser, el mismo que yace en la costa de Puerto Madryn, podría haber avistado a parte de la flota japonesa en medio de los preparativos, un mes antes de la batalla de Tsushima.

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Flota rusa del Báltico dirigiéndose al estrecho de Tsushima. Fuente: International Research Center for Japanese Studies.

Flota rusa del Báltico dirigiéndose al estrecho de Tsushima. Fuente: International Research Center for Japanese Studies.

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Flota rusa del Báltico fondeada en Vigo, en una escala antes de llegar a su trágico destino.

Flota rusa del Báltico fondeada en Vigo, en una escala antes de llegar a su trágico destino.

Las dos escuadras se encontraron en el estrecho de Tsushima, entre Corea y Japón, el 27 de mayo de 1905. La batalla se extendió desde la madrugada del 27 de mayo hasta la tarde del 28 de mayo, y se saldó con una contundente victoria japonesa. La flota rusa fue aniquilada completamente. Sobre 29 unidades de combate, 16 fueron hundidas, 6 apresadas, 4 internadas en puertos neutrales. Sólo tres alcanzaron aguas rusas. De los 13 buques del tren, 7 fueron hundidos, 5 apresados y uno internado. En lo concerniente a las tripulaciones, de un total de 15.000 hombres murieron alrededor de 6.400 y unos 6.000 fueron tomados prisioneros. La Flota imperial japonesa, por su parte, perdió media docena de unidades entre destructores y torpederas, registrando algo menos de 100 muertos y poco más de 600 heridos

El Japón concedió a la Argentina el privilegio de acreditar un observador naval, el entonces capitán de navío Manuel Domecq García, quien si bien no lo explicita en su informe, es indudable que gozó de todas las facilidades para seguir de cerca, es decir embarcado, las acciones navales (alguno autores sostienen que se hallaba a bordo del Nisshin). Posiblemente Domecq García se haya cruzado en su desplazamiento por la nave con un alférez de la marina japonesa que resultó gravemente herido por un fragmento de metralla cuando se encontraba en la proa del Nisshin. Se trataba de Isoroku Yamamoto, el que tres décadas después sería el comandante de la Flota Combinada que asestaría el golpe sobre Pearl Harbour y metería a los Estados Unidos de lleno en la Segunda Guerra Mundial.

En la flota japonesa se hallaban, además del Nisshin (la insignia del vicealmirante Misu, segundo al mando de la flota de Togo) y el Kasuga, un crucero comprado a Chile: el Esmeralda (rebautizado Izumi), el cual tuvo una participación marginal en la batalla.

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Estado en el que quedó la torre 1 del Nisshin al término de la batalla de Tsushima.

Estado en el que quedó la torre 1 del Nisshin al término de la batalla de Tsushima.

Volviendo a los ex-acorazados argentinos, el Nisshin recibió un impacto en el cañón derecho de la torre 1 a las 14:40 del 27 de mayo, además de sufrir una perforación en la zona de proa de la cubierta acorazada. A las 15:15, el Nisshin queda a la cabeza de la línea japonesa y recibe el impacto de un proyectil de 12” del acorazado Navarin que estaba a unos 3.000 metros a su babor. El proyectil penetró llevando con él un trozo de la coraza de 6” de unos 50 por 60 centímetros, próximo a la línea de flotación, dando lugar a la inundación de la carbonera superior compartimentada de modo que el ingreso de agua fue reducido. Felizmente resultó ser un proyectil lastrado, es decir sin carga explosiva. A las 19:00, mientras la Primera División Japonesa entablaba combates con los remanentes de la flota rusa, el Nisshin recibe un impacto de grueso calibre que destruyó el cañón izquierdo de la torre 1 dejándola fuera de acción, es decir quedó con toda su artillería principal de 8” inutilizada. En esta última fase de la batalla diurna, que concluyó con la puesta del sol hacia 19:30, fueron destruidos otros dos acorazados rusos, en tanto el Souvaroff ya se había ido al fondo del mar.

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Placa del constructor del Nisshin con un impacto ruso en Tsushima.

Placa del constructor del Nisshin con un impacto ruso en Tsushima.

Al amanecer del 28 de mayo, las unidades mayores rusas, los cuatro viejos acorazados al mando de Nebogatoff y un quinto de la que fuera poderosa Primera División (aún con tres de sus cañones de 12” en condiciones de uso) y un crucero ligero persistieron en su avance a la meta prefijada (Vladivostok). Algunos autores señalan al Kasuga como el protagonista principal en las acciones de aquella mañana, al abrir el fuego a una distancia de algo menos de 10.000 metros (posiblemente ese era el alcance máximo de su cañón de 10”), colocando un proyectil largo, otro corto y el tercero impactando en la nave almirante Nicolai I. Esto, por supuesto, fuera del alcance de la artillería rusa, ya que probablemente los cañones de 12” de ese buque no alcanzaban los 5.000 metros). A raíz de esto, y sumada la menor velocidad de los buques rusos, Nebogatoff toma la ingrata decisión de no proseguir la lucha con el objeto de no sacrificar las vidas de sus subordinados (alrededor de 2.000).

Finalmente, no deja de ser interesante la información de que el Nisshin había consumido en la batalla 181 proyectiles de 8” y 1.191 de 6”, no existiendo datos sobre los consumos del Kasuga, estimándose una velocidad de fuego de 1 t.c.m. para el primer calibre citado y de 4 t.c.m. para el otro (14).

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Vista superior y lateral del Kasuga. Este tipo de acorazados era denominado como

Vista superior y lateral del Kasuga. Este tipo de acorazados era denominado como “Clase Garibaldi”. El Nisshin solo se diferenciaba del Kasuga en que tenía dos cañones de 8” en la popa, a diferencia del Kasuga que tiene uno solo de 10”.

Final de la historia

Al final de la guerra rusa-japonesa el Imperio del Sol Naciente se convirtió en una de las potencias navales más grandes del mundo, rivalizando con las marinas estadounidense y británica. Dicho poderío se extendería hasta mediados de la Segunda Guerra Mundial, donde luego de las batallas de Midway y Leyte quedaría doblegada por la maquinaria bélica norteamericana. Los protagonistas de la batalla de Tsushima sufrirían diferentes destinos. Por ejemplo, el acorazado Nisshin fue dado de baja del listado naval japonés en 1935, siendo renombrado Hai Kan 6. Un año después fue trasladado a Kamegakubi, cerca de Kure, donde fue empleado como blanco de bombas, torpedos y el nuevo cañón de 460 mm que posteriormente sería empleado por los acorazados clase Yamato. Tras su hundimiento, el pecio fue reflotado y desguazado a lo largo del mismo año de 1936.

Por su parte, el Kasuga fue totalmente desarmado y convertido en pontón en julio de 1942. Resultó hundido en un ataque aéreo el 18 de julio de 1945 en su amarre de Yokosuka. Posteriormente, el casco fue reflotado y desguazado en Uraga a lo largo de 1948. Una nota de color que encontré, y que me gustaría confirmar más fehacientemente es la de cierto piano que existía a bordo del Kasuga. Al parecer, durante la guerra ruso-japonesa, una granada rusa destruyó la sala principal del Kasuga, en donde se encontraba el piano del barco. Milagrosamente, toda la sala fue destruida, pero el piano quedó intacto. En 1910, como reconocimiento de los acorazados entregados por la Argentina, el gobierno japonés obsequió a nuestra Marina el piano sobreviviente, que se expone desde 1931 en el Museo Naval de Tigre.

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Postal conmemorativa de la venta y traspaso de los acorazados Rivadavia y Moreno al Imperio del Sol Naciente.

Postal conmemorativa de la venta y traspaso de los acorazados Rivadavia y Moreno al Imperio del Sol Naciente.

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Acorazados Rivadavia y Moreno (año 1911). Siete años después de la venta a Japón, la República Argentina adquiría dos nuevos acorazados que heredarían el nombre de sus predecesores.

Acorazados Rivadavia y Moreno (año 1911). Siete años después de la venta a Japón, la República Argentina adquiría dos nuevos acorazados que heredarían el nombre de sus predecesores.

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Tapa del periódico The Sun, de diciembre de 1914, donde se describen las virtudes de los recientemente adquiridos acorazados Rivadavia y Moreno.

Tapa del periódico The Sun, de diciembre de 1914, donde se describen las virtudes de los recientemente adquiridos acorazados Rivadavia y Moreno.

Nota originalmente publicada en el sitio web: http://bahiasinfondo.blogspot.com/

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