La película era una adaptación almibarada de los cuentos de los hermanos Grimm, publicados en 1812. Curiosamente, no fue éste el primer largometraje de animación en la historia del cine, sino que lo fue El apóstol, película argentina de 1917, escrita y dirigida por Federico Valle con dibujos a mano de Quirino Cristiani. El éxito fue inmediato, no solo en Estados Unidos sino en Europa.
Mientras Hitler comenzaba su cruzada racial y condenaba a la muerte a niños malformados y personas con trastornos psiquiátricos, obtuvo con exclusividad una copia del film, que vio en más de una oportunidad, disfrutando cada instante de la película. Hitler era un entusiasta del cine y tenía una idea de la penetración cultural de este medio, por tal razón apoyó a distintos productores y directores para reflejar la transformación de Alemania.
Hitler también había visto algunos films cortos de Mickey Mouse en su casa de los Alpes, en el célebre Berghof, donde solía disfrutar de alguna película después de cenar.