Libertad Lamarque

Pequeña de estatura, aunque de físico robusto y figura atrayente, delicada sonrisa y expresividad en la mirada. Timbre de voz agudo, incluso para su registro de soprano, quizás no apropiado para el tango, supera esa aparente dificultad con un enorme caudal de su voz, el fuerte temperamento que le imprimía y una emotividad permanente sumado a una perfecta afinación para decir la letra y acompañar la melodía.

En la primera parte de su vida una serie de hechos significativos se sucedieron vertiginosamente, como para pensar que un sino trágico la acechaba.

Nació en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, el 24 de noviembre de 1908 y a los dieciocho años ya había debutado profesionalmente en el teatro, en la radio, grabado su primer disco, se había casado y tenido a su única hija y estaba a punto de separarse de su marido. Pero luego, y hasta el día de hoy, su vida se caracterizaría por el permanente trabajo y una serie interminable de éxitos.

Su padre Gaudencio Lamarque, hijo de franceses se casó con una viuda con seis hijos, de esa unión nació Libertad. En la casa se escuchaba música, se leía, circulaban ideas políticas y tendencias artísticas. Siendo aún niña, y junto a sus hermanos, ya participa en compañías filodramáticas, ya que su padre, de convicciones anarquistas, no deja de expresar sus ideas a través de pequeñas obras teatrales que representan entusiastas activistas gremiales.

La niña Libertad comenzó a experimentar el hecho de ser reconocida y halagada por la gente, pues en años sucesivos para los bailes de carnaval, fue premiada por sus disfraces, en los que intervenían su padre como hojalatero y su madre para adornar las invenciones de su esposo.

Participó en giras recorriendo ciudades cercanas y muchas veces cantaba en sus actuaciones. El aplauso obtenido la llevó a memorizar canciones de moda y devino en cancionista de esas representaciones.

Ya en 1926 sus padres están de acuerdo en que debe tentar suerte en Buenos Aires. No sólo la acompañan sino que el comercio de hojalatería es trasladado también. Se mudan a Buenos Aires instalándose en la calle Paraná 258.

Llevan una carta de presentación de un periodista rosarino para el dueño del famoso teatro Nacional, don Pascual Carcavallo. Siendo ya una muchacha, la pequeña y simpática figura de Libertad fue aceptada para el coro y algún pequeño papelito. Obtuvo trabajo por un año y 300 pesos mensuales de sueldo.

El trabajo fue continuo, hasta que en 1926 debutó en una obra del género chico —sainete— integrando un trío vocal con las actrices Olinda Bozán y Antonia Volpe, siendo acompañados por Rafael Iriarte con su guitarra. La obra era La muchacha de Montmartre de José Saldías.

Su primera interpretación cantando fue “Tanita de la proa”, vestida de marinero junto a la actriz cómica Olinda Bozán (que grabara algunos temas acompañada por Francisco Canaro). El patrón se sorprendió al escucharla y le propuso aparecer en el “fin de fiesta” cantando el tango “Mocosita”, que a la semana fue reemplazado por “Tatuaje” y luego por “Pato”, “La cumparsita”, “Langosta”, “El ciruja”.

Poco más de dos meses habían pasado y debuta en radio Prieto y enseguida sello Víctor la contrata a 150 pesos por disco, por lo menos debe grabar uno por mes y en treinta días le aumentan a 300 pesos. Su primer disco, el 26 de septiembre de 1926, un estilo “Gaucho sol”, de Santiago Rocca y Atilio Supparo y una tonada “Chilenito”, de Agustín Irusta. Las grabaciones se suceden ininterrumpidamente, sólo hay un intervalo entre 1934 y 1936.

En esa época se casó con un apuntador del teatro, Emilio Romero, con quien tuvo una hija que nació en 1928. Muy pronto comprende el error de esta unión y tardaría doce años en concretar el divorcio, no legalizado entonces, formando nueva y definitiva unión con el pianista Alfredo Malerba.

En 1929 interviene en un sainete de Alberto Vaccarezza, El conventillo de la Paloma, que tiene un éxito notable. Interpretaba el papel de una muchacha a la que llaman Doce Pesos. El citado conventillo (así se llamaban las amplias casas de inquilinato con numerosas habitaciones separadas por varios patios, donde convivían personas de distinto origen, en especial inmigrantes de distintas partes de Europa) existió realmente en el barrio porteño de Villa Crespo.

Cuando tras dos años de representación, al cumplirse sus 1000 presencias, se retira del elenco para no malograr su carrera de cancionista. Entonces emprende una larga gira por diversas provincias del país y la vecina república del Paraguay. La acompañan tres guitarristas: Gregorio Rivero, Ángel Las Heras y Nicolás Ferrari.

Sus grabaciones son un éxitos y sus discos están en todas partes.

Participa de un concurso de cancionistas en un festival realizado en el Teatro Colón cantando los tangos “La cumparsita” y “Taconeando”, obtiene el primer premio y es nombrada la Reina del Tango. El segundo premio lo logra Rosita Montemar (la primera en registrar el tango “Recuerdo” y el tercer puesto fue para Fedora Cabral.

Ya era la primera figura femenina del tango.

En 1933, forma parte del elenco de Tango, que es considerada la primera película sonora argentina. Aunque su debut en el cine se produjo en 1929 en un mediometraje nunca estrenado donde interpreta el tango “Caminito”. El título del frustrado film fue Adiós Argentina y que dirigió sólo en un día, el italiano Mario Parpagnoli.

El año 1935, presenta momentos difíciles en la vida de para Libertad. Primero un supuesto intento de suicidio, estando de gira en Chile, donde se habría arrojado por la ventana de su hotel y un toldo detendría su caída. Luego su marido rapta a su hija y se traslada con ella a la vecina república del Uruguay. Libertad, a través de un operativo comando, ayudada y acompañada por varios amigos (su nueva pareja Alfredo Malerba, el músico Héctor Artola y otros) y un abogado, marchan hacia Montevideo con el fin de recuperar a su hija. Finalmente consigue la restitución y su vida continúa ya sin tales sobresaltos.

Continua su exitosa actividad artística actuando en importantes obras musicales, como por ejemplo Tres valses, una adaptación de la opereta de Strauss (en el elenco figura la cancionista Choly Mur, hija de Tania, fallecida muy joven en Chile).

Se destaca también en el cine, por cada película cobra la inusual cifra, para entonces, de 95000 pesos. Más de veinte películas filma en la Argentina, algunos títulos: El alma del bandoneón, Ayúdame a vivir, Besos brujos, La ley que olvidaron, Madreselva, Puerta cerrada, Caminito de la gloria, La casa del recuerdo, Cita en la frontera, Una vez en la vida, Yo conocí a esa mujer, En el viejo Buenos Aires, Eclipse de sol, El fin de la noche, La cabalgata del circo y muchas más. En la última citada se produce una discusión entre Libertad y la actriz de reparto Eva Duarte, ya vinculada al presidente Juan Perón, surgen dificultades para la continuación de su carrera y emigra a México.

Una nueva etapa de éxitos la espera.

Su vinculación con ese país es tan intensa que hasta la actualidad ha seguido ligada y realizando trabajos, principalmente en presentaciones en telenovelas y cine, pese a lo avanzado de su edad.

Sus actuaciones cinematográficas van dejando en un plano secundario su rol de cancionista para transformarse en actriz dramática. Su debut en México se produce en 1947 dirigida por Luis Buñuel, en Gran Casino. Filma más de 40 títulos, algunos de los directores famosos que allí la dirigieron fueron: Roberto Gavaldón, Tito Davison y el Indio Emilio Fernández.

Sus retornos a Buenos Aires se sucedieron a partir de 1955 ya ausente del poder el general Perón. Relatar su itinerario resultaría arduo y fatigoso.

En la Argentina grabó alrededor de 241 temas (podrían existir algunos más). Fue acompañada por guitarras en un comienzo, luego por la orquesta de su marido, Alfredo Malerba. También por la de Mario Maurano, Héctor Stamponi, Víctor Buchino, por Juan D’Arienzo en dos temas, por la orquesta de Lucio Milena y por la de Tito Ribero.

En Cuba graba cuatro temas, dos en España a dúo con Joselito. En México ha podido identificarse 183 grabaciones, acompañada por los conjuntos locales de Ruiz Armengol, Chucho Zarzosa, Raúl Lavista, Chucho Ferrer y otros. Hizo dúos con Pedro Vargas, Miguel Aceves Mejía y en una oportunidad con su hija Mirta.

Sus más de 400 registros discográficos constituyen una cifra no alcanzada por ninguna otra cancionista argentina y nos da una idea de la importancia de su arte dentro del mundo tanguero y de nuestra cultura.

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