Latinoamérica en la Segunda Guerra Mundial

En 1939, cuando estalló la guerra en Europa, las cancillerías de Argentina y Colombia propusieron una reunión de cancilleres americanos en Panamá, que se llevó a cabo en septiembre. De esa reunión surgió un documento firmado por todos que dejó claramente establecida la posición de neutralidad y de solidaridad entre los pueblos americanos en relación al conflicto, que en ese momento sólo se desarrollaba en Europa.

Por entonces EEUU sostenía la conveniencia de la neutralidad de los países del continente americano y ofrecía su solidaridad en caso de ataque de las fuerzas del Eje. La política de “buena vecindad” de Franklin D. Roosevelt durante los dos primeros años de la guerra había logrado superar en parte un sentimiento de disconformismo latinoamericano generado por muchos años de intervencionismo norteamericano en el resto de América.

En julio de 1941, en La Habana (Cuba) se realizó la “II Reunión de Cancilleres de las Repúblicas Americanas”. De esa reunión surgió la “Declaración de La Habana“ que expresaba que la agresión contra la soberanía de cualquier estado americano sería considerada como un acto de agresión contra todos. O sea, más o menos lo mismo.

Pocos meses después, una vez involucrado EEUU en la guerra luego del ataque a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, la mirada de EEUU cambió y su política con respecto a la conveniencia de una postura neutral de los países latinoamericanos también. En relación a eso, EEUU comenzó a presionar al resto de países americanos para que rompieran relaciones con el Eje, pidiéndoles que emitieran una resolución en conjunto en la que manifestaran en forma oficial esa ruptura.

En concordancia con la mencionada Declaración de La Habana, varios países declararon la guerra a las fuerzas del Eje inmediatamente. Costa Rica declaró la guerra a Japón el día después de Pearl Harbor (8 de diciembre de 1941), al mismo tiempo que los Estados Unidos, y a Alemania e Italia poco después. Su gobierno era hostil al nazismo e introdujo varias medidas para frenar la influencia alemana en el país. También permitió a EEUU a establecer un aeródromo es la Isla de Cocos.

Lo mismo ocurrió con Honduras; había sido neutral, pero se unió a los aliados tras el ataque a Pearl Harbor, declarándole la guerra al Japón el 8 de diciembre y a Alemania e Italia 5 días después. Además, contribuyó con los aliados con materias primas, pero no envió tropas a la guerra.

Haití tuvo la misma actitud: declaró la guerra a Japón el día siguiente al ataque a Pearl Harbor, y a Alemania e Italia poco después. Permitió la extensión de la distancia de navegación de la Guardia Costera de EEUU en su territorio, pero no contribuyó con tropas.

Lo mismo ocurrió con Guatemala: en el inicio de la guerra era neutral, pero luego del ataque a Pearl Harbor cambió su posición. Se persiguió a los simpatizantes nazis (Guatemala tenía una de las comunidades de inmigrantes alemanes más grande de toda América Latina) y se unió al bando aliado, declarando la guerra a Japón el 9 de diciembre y tres días después a Alemania e Italia.

República Dominicana también le declaró la guerra a Alemania y Japón tras el ataque a Pearl Harbor. Tampoco envió tropas.

El gobierno de El Salvador simpatizaba con Hitler y Mussolini; sin embargo, enseguida les declaró la guerra a Japón y Alemania. Las razones fueron económicas: la economía salvadoreña dependía fuertemente de EEUU. La guerra hizo que los salvadoreños comenzaran a mirar mal a su gobierno dictatorial, y una huelga general en 1944 forzó a su presidente a renunciar y huir a Guatemala.

Como otros países centroamericanos, dos días después del ataque contra los EEUU, Cuba le declaró la guerra a Japón, y dos días después, a Alemania e Italia. Cuba autorizó bases navales aéreas y cooperó con el patrullaje naval, arrestó varios agentes nazis en el país y se convirtió en el principal proveedor de azúcar a los aliados. Alemania hundió 5 buques cubanos y el cazasubmarinos cubano CS-13 hundió al submarino alemán U-176. Cuba tuvo 100 víctimas durante el conflicto.

En enero de 1942 se llevó a cabo en Rio de Janeiro (Brasil) otra reunión de cancilleres americanos que eran contrarios a las presiones de EEUU. Washington se mostraba descontento por la falta de apoyo político a las iniciativas de la Casa Blanca; consideraba que EEUU se había mostrado muy solidario con América Latina a través del otorgamiento de créditos y ayuda económica. Dichos aportes no eran totalmente inocentes, ya que a EEUU le resultaban muy importantes las materias primas provenientes de los países latinoamericanos.

EEUU también se movía buscando acuerdos bilaterales. En este contexto, EEUU y Brasil ya habían firmado en 1939 un tratado de cooperación mutua y de asistencia económica que privilegiaba a Brasil en cuanto a ayuda norteamericana y le aseguraba a Washington la provisión de materias primas brasileñas. Después de que el 1 de septiembre Alemania invadiera Polonia, Gran Bretaña y Francia declararon la guerra y bloquearon las costas de Brasil para impedir que los barcos mercantes del Eje (algunos fondeados en puertos brasileños) transportaran materias primas desde Sudamérica a sus respectivos países.

Entre julio y agosto de 1942, submarinos alemanes hundieron 18 barcos brasileños, y aunque el gobierno se mostraba reacio a entrar en el conflicto, la indignación pública empujó a Brasil a declarar la guerra a Alemania en noviembre de 1942. De hecho, Brasil fue el país latinoamericano que contribuyó con los aliados de forma más destacada. Envió 25.000 hombres (la “Fuerza Expedicionaria Brasileña”) al frente de Italia; además, los buques de guerra brasileños se sumaron a las fuerzas navales estadounidenses y británicas en la cacería de submarinos alemanes e italianos en las costas de Brasil. Aviones estadounidenses utilizaron bases aéreas de Brasil no sólo para patrullar las costas sino para sumarse a las operaciones durante la invasión aliada en el norte de África. Distintas fuentes estiman las muertes de brasileños entre 400 y 1.000 hombres.

México ya había protestado en mayo de 1940 ante Alemania por la invasión de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, y le pidió al delegado alemán en México que se fuera del país. Más adelante, el gobierno mexicano requisó y expropió barcos italianos fondeados en sus puertos y también varios barcos alemanes que navegaban en cercanías y que al ser amenazados por naves británicas habían regresado a puertos mexicanos; los marinos fueron enviados a prisión. En abril de 1942, Alemania comienza a hundir barcos petroleros mexicanos: fue la gota que rebalsó el vaso. México envió una protesta formal y Alemania ni la contestó. Así que el Congreso mexicano declaró la guerra el 22 de mayo de 1942. Mientras, los submarinos alemanes seguían hundiendo barcos mexicanos. La aviación mexicana participó en la Guerra del Pacífico bajo bandera norteamericana; el Escuadrón de Caza 201 (mexicano) efectuó 50 misiones lanzando 181 toneladas de bombas y disparando más de 100.000 rondas de municiones. Hasta el final de la guerra, México tuvo 108 bajas.

Venezuela, por su parte, jugó un papel importante como proveedor principal de petróleo a los EEUU. El 9 de diciembre de 1941, dos días después del ataque contra Pearl Harbor, Venezuela expresó su solidaridad con los EEUU, aunque no declaró formalmente la guerra. Tres días después congeló los fondos de quienes tuvieran nacionalidad de países del Eje y el 31 de diciembre rompió sus relaciones con Alemania, Italia y Japón. Con la ayuda de EEUU implementó defensas en sus pozos petrolíferos, ya que circulaba la información de que Alemania planeaba invadir el continente americano comenzando por Venezuela para apoderarse de su producción petrolera. En febrero de 1942, dos barcos petroleros venezolanos fueron hundidos por submarinos del Tercer Reich, tras lo cual el gobierno venezolano incrementó su cooperación con los aliados, autorizando el uso de bases militares venezolanas por el Ejército y la Armada de los EEUU y garantizando el suministro de combustible a dichas fuerzas. A pesar de todo esto, Venezuela era “oficialmente neutral”, y declararía la guerra oficialmente recién el 15 de febrero de 1945, con todas las cartas echadas.

Colombia, que fue presionada por EEUU para reprimir y desfavorecer los intereses alemanes e italianos en tierra colombiana, declaró la guerra en 1943, luego de que un submarino alemán hundiera uno de sus barcos, que acababa de transportar soldados ingleses a la isla de San Andrés.

Desde antes de la guerra, durante los años ’30 y hasta 1945, la Argentina mantuvo una política poco cooperativa para los intereses de EEUU y sus aliados evidenciando simpatía por Alemania e Italia, permitiendo el accionar de los medios de espionaje del Eje en el país y, hacia el fin de la guerra, aceptando la presencia de refugiados y criminales de guerra nazis (al igual que Paraguay, Bolivia, Chile y Brasil). Si embargo, a causa del bloqueo de todo el comercio marítimo a los países del Eje, Argentina continuó comerciando con EEUU y sus aliados, en especial Inglaterra, que recibía los suministros de carne que llegaban de la Argentina para alimentar a su población. El gobierno argentino se vio obligado a romper relaciones con los países del Eje recién en enero de 1944 y les declaró la guerra en marzo de 1945, seis meses antes de que terminara el conflicto. A pesar de ser un país que se había declarado neutral hasta casi el fin de la guerra, en los primeros años de la guerra más de 700 miembros de la Fuerza Aérea argentina se alistaron como voluntarios en la Royal Air Force británica dando lugar al 164º Escuadrón de la RAF, que combatió en el norte de Francia y Bélgica. Se estima que unos 4.000 argentinos en total combatieron con los aliados durante la Guerra Mundial como voluntarios.

Chile mantuvo la neutralidad a lo largo de casi todo el desarrollo del conflicto. Pero cuando la derrota del Eje estaba casi consumada, debido a presiones internacionales, Chile se adhirió a los aliados y terminó declarándole la guerra a Alemania, Italia y Japón a mediados de 1945.

Perú, por entonces políticamente cerca de los EEUU, repudió el ataque a Pearl Harbor y la Marina de Guerra peruana protegió su litoral marítimo, rico en recursos energéticos. En 1942, cuando Brasil entró en la guerra, Perú se declaró solidario con Brasil, considerando el hecho como una agresión a todo el continente.

El gobierno de Paraguay simpatizaba con las potencias del Eje al comienzo de la guerra. La comunidad alemana en particular era partidaria del nazismo. Muchas veces pensó en unirse a la guerra del lado de Alemania, pero Franklin D. Roosevelt evitó que eso ocurriera al enviar ayuda militar en 1942. A pesar de esto, Paraguay no le declaró la guerra a Alemania hasta el 2 de Febrero de 1945, y luego de la guerra fue refugio de nazis que lograron escapar.

Bolivia declaró su unión a los aliados en diciembre de 1943. Pero al poco tiempo hubo un golpe de Estado, y el nuevo gobernante tenía inclinaciones fascistas y antisemitas. Sin embargo, la presión internacional hizo que se retractara de su posición; más aún, terminó echando a los simpatizantes nazis de entre sus colaboradores. Eso sí, también refugió nazis en la postguerra.

Ecuador y Uruguay sólo rompieron relaciones diplomáticas con los países del Eje; lo hicieron entre 1942 y 1943 y Ecuador permitió a EEUU usar la isla de Baltra como base naval.

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