El amarillismo llegó hasta el lecho de muerte de uno de los grandes políticos argentinos quien, a pesar de la devoción de seguidores y el respeto de opositores, fue víctima de esa morbosa necesidad de algunos llamados periodistas de faltar el respeto a la intimidad que todos tenemos más allá de ser o no figuras públicas.
Esta vergüenza, que aún sentimos a la distancia, pudo haber forzado a Borges a buscar la paz de Ginebra para evitar el hostigamiento de esta prensa amarilla.
Quizás el autor de este reportaje desconocía que un siglo antes Bismark en su lecho de muerte había sido víctima de similar vejación de su intimidad.
Hay límites para todo y especialmente para nuestros momento finales.
Algunos verán en la nueva exhibición de esta foto para el olvido, una contradicción con lo expuesto. No es así.
La historia es la cara de los errores que los hombres repiten una y otra vez , y esta es una forma de evitar el olvido de tales errores.