La piedra de la locura

“Preferí tener una armonía artificial a no tener ninguna” Jean Cocteau

“Meester snyt die keye, myne name is Lubbert Das” (Maestro, extráiganme la piedra, mi nombre es Luber Das). Lubber Das era un personaje satírico de la literatura holandesa, que no brillaba precisamente por sus condiciones intelectuales. Su nombre era casi un sinónimo de tonto.

Por entonces se creía que los locos tenían esta piedra en el cerebro y que de esta forma se justificaba su insania. La práctica de extracción de una piedra que no existía era muy común en la Edad Media. ¿Cómo era esto? Analicemos la obra.

El cirujano, aquí representado con un embudo en la cabeza (el embudo sólo permite recibir y no dar, lo que significa que el doctor sólo está recibiendo dinero a cambio de nada), hace una incisión en el cuero cabelludo del paciente y en un acto de prestidigitación, o asistido por un cómplice, “extrae” la piedra de la discordia.

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¿Por qué una treta tan burda persistió por tantos años? Muy probablemente porque esta intervención evitó que muchos “cuerdos” terminasen en la hoguera. En 1484, el Papa Inocencio VIII había promulgado la bula Summis desiderantes que hizo recrudecer los juicios de brujería y el ya pesado trabajo de la Inquisición. Al ser considerado el paciente “un loco”, y no un endemoniado, se lo liberaba de una muerte segura en el spiedo teológico. Además, el acusado, liberado de la causa de su locura, podía reiniciar su vida libre de culpa.

En el caso de esta obra del Bosco lo que se extrae no es una piedra, sino un tulipán, símbolo del dinero, por la célebre burbuja financiera creada en Holanda por los tulipanes que empujó a muchos incautos a gastar fortunas en esta flor.

El cirujano, a su vez, tiene en el cinto una bolsa atravesada por un puñal, una clara alegoría de la estafa que está perpetrando.

Testigos de esta cirugía son un fraile y una monja, el primero con una botella de vino y la monja con un libro en la cabeza, haciendo alusión a las supersticiones, ignorancias y alcoholismo con los que frecuentemente se acusaba a los clérigos.

La pintura es una no tan velada crítica a la Iglesia, un hecho frecuente en los tiempos del Bosco que preanuncian el Renacentismo y el protestantismo.

La extracción de la piedra de la locura era una práctica usual en esos años, de hecho fue representada por varios artistas como Brueghel, Jan Stein, Teniers, Hals, Brouver y Van Hemessen.

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El cirujano • Jan Sanders van Hemessen • 1550 • Museo Nacional del Prado, Madrid, España.

El cirujano • Jan Sanders van Hemessen • 1550 • Museo Nacional del Prado, Madrid, España.

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