La novicia rebelde

Cualquier niño de los años sesenta y setenta, de casi todo el mundo, ha visto a Julie Andrews vestida de novicia, trotando alegre por la montaña de los Alpes, cantando la bella melodía de The hills are alive with de sound of muuuuuusic. La película, estrenada en 1965, impulsó al éxito definitivo a Julie Andrews y se convirtió en un clásico en vanguardia, que aún sigue siendo emitido en las televisiones de todo el mundo, sobre todo en fechas navideñas o similar.

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Parte de la familia durante un ensayo

Parte de la familia durante un ensayo

La cinta estaba basada en una historia real; una historia realmente de película, la de la familia Von Trapp, formada por el barón austriaco Georg Ludwing Von Trapp, y su segunda mujer, Maria Augusta Kutschera, la famosa Maria a la que daba vida Julie Andrews en el film. Al barón le interpretaba un muy bien plantado Christopher Plummer. El guion se basó en las memorias autobiográficas escritas por la propia Maria Von Trapp, pero como suele suceder en las cosas del cine, la realidad tenía algunas diferencias importantes con la película, que ofrecía una versión mucho más almibarada de la realidad, pese a que, de por sí, esta era verdaderamente novelesca.

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El matrimonio Trapp

El matrimonio Trapp

La primera de las diferencias estriba precisamente en el propio carácter y la historia de Maria: mientras que el personaje interpretado por Julie Andrews destaca por su dulzura y discreción, la auténtica baronesa era conocida por su fuerte carácter y temperamento; sus hijas adoptivas recordaban que sus enfados eran auténticamente tormentosos, aunque se le pasaban muy rápidamente, porque era una persona cariñosa, vitalista y alegre.

Algo que también se desconoce de Maria es que recibió una educación liberal, lejos del mundo religioso. La joven -que nació durante un viaje en tren que realizaban sus padres- quedó pronto huérfana y fue educada en soledad y en un ambiente anticlerical; de hecho, Maria se formó como docente en el Colegio Estatal de Maestros de Educación Progresiva en Viena, y allí fue donde escuchó a un sacerdote que le despertó su interés por la religión y por la fe, de tal forma que poco después ingresó en la abadía benedictina de Nonnberg en Salzburgo como novicia.

La película muestra un hecho real: y es que María, pese a su deseo de ser religiosa, echaba de menos la vida al aire libre, y no se adaptaba del todo bien a la clausura del convento. Por eso, las propias monjas buscaron una forma de que saliera, enviándola a casa del barón Von Trapp, que había quedado viudo con siete hijos. Sin embargo, es falso que María se colocara como institutriz de la casa, en 1926: en realidad, solo llegó para asistir, como maestra, a una de las hijas que se encontraba enferma en aquel momento.

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Los siete hijos del barón cantando en una escena de la película

Los siete hijos del barón cantando en una escena de la película

Pero la llegada de la novicia lo cambió todo: la joven religiosa quedó prendada de todos los niños, y los niños encantados con ella, así es que ya no hubo forma de separarlos. Aunque en el filme se muestra el enamoramiento de la joven Maria por el atractivo barón interpretado por Plummer la realidad fue muy diferente, tal y como ella misma narró en sus memorias. En realidad, Maria no se enamoró del barón, al menos al principio, pero él si lo hizo de ella, y pidió que se casara con él. “Realmente y en verdad no estaba enamorada. Él me gustaba, pero no lo amaba. Sin embargo, amaba a los niños, así que en cierto modo me casé con los niños… Y con el tiempo aprendí a amarle más de lo que he amado antes o después”. El caso es que, un año después, en 1927, María y Georg contrajeron matrimonio.

Un padre mucho más dulce

Tal vez la diferencia más importante entre la realidad y la ficción, y la que más molestó a la auténtica familia Trapp, era la versión de la personalidad del barón que se daba en la película; en la cinta, el personaje interpretado por Christopher Plummer es el de un padre frío, desconfiado, tremendamente estricto, que somete a sus hijos a una rigidez a veces exagerada, pero que se relaja relativamente con la llegada de Maria. En realidad, el auténtico barón era un hombre muy distinto, amable, cariñoso y de gran sensibilidad. Von Trapp había sido un héroe nacional de la Marina durante la Primera Guerra Mundial, y por ello había recibido el título de barón. En 1912 contrajo matrimonio con Agathe Whitehead, la nieta de Robert Whitehead, el inventor del torpedo, con quien tuvo siete hijos: Rupert, Agathe, Maria, Werner, Hedwig, Johanna y Martina. Precisamente, con la Primera Guerra Mundial, el territorio austriaco perdió todos sus puertos martítimos y Georg tuvo que abandonar la marina. Su esposa falleció en 1922. Posteriormente, tras el segundo matrimonio del barón con María, en 1927, nacieron sus tres hijos comunes, Rosmarie, Eleonore y Johannes.

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En el día de la boda

En el día de la boda

Desde 1927 hasta 1930, la familia mantuvo su posición acomodada, pero la depresión económica mundial que se produjo en los años treinta hizo que el barón perdiera todas sus riquezas; Maria cogió las riendas de la economía doméstica familiar, despidiendo a todo el servicio, y planteando como forma de ganarse la vida acoger huéspedes en su gran mansión y convertir en espectáculo lo que era la gran afición de toda su familia: cantar juntos, algo que decididamente, hacían muy bien. Pese a la reticencia de Georg de que la familia tuviera que actuar en público, la situación económica no le dejó otra posibilidad. Así fue como la familia Trapp comenzó a ganar fama en el mundo de la canción. En 1936, la familia actuó en el Festival de Salzburgo, obteniendo una gran notoriedad que pronto traspasaría las fronteras de Europa.

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El autobús en el viajaba la familia durante sus giras

El autobús en el viajaba la familia durante sus giras

Sin embargo, tal y como sí cuenta la película, la llegada del nazismo -un régimen que tanto Georg como Maria aborrecían- les hizo tomar la decisión de exiliarse, y eso pese a las ventajas que les hubiera supuesto quedarse y colaborar con ellos, ya que durante esa época el barón fue reclamado para volver a tener responsabilidades en la Marina del Ejército alemán. Los Von Trapp fueron invitados personalmente para cantar en el cumpleaños de Hitler (invitación que rechazaron). Viendo que los continuos rechazos al régimen podrían ponerles en peligro, y temiendo igualmente que la propaganda fascista acabase haciendo mella en alguno de sus jóvenes hijos, Georg y Maria decidieron emigrar a los Estados Unidos.

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Los niños Trapp tenían muy buenas voces y formaban un coro muy profesional

Los niños Trapp tenían muy buenas voces y formaban un coro muy profesional

Y aquí también hay una importante diferencia con la película, porque los Von Trapp no huyeron a escondidas, como se ve en el filme, donde aparecen andando por el monte por la noche, con sus maletas, para no ser descubiertos. Sencillamente, recogieron sus cosas, se despidieron de sus vecinos y se marcharon; en primer lugar a Italia, y posteriormente a América, donde su llegada quedó registrada en los archivos de la Isla de Ellis.

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En una de sus actuaciones

En una de sus actuaciones

Nada más llegar, comenzaron una gira de conciertos, y continuaron su carrera con gran éxito. El hijo más joven de George y María, Johannes, nació en Filadelfia en 1939. Un año más tarde, en 1940, la familia se estableció en la preciosa localidad campestre de Stowe, Vermont, donde construyeron una granja que con el tiempo fue creciendo, hasta convertirse primero en un campamento musical, y con los años en un amplísimo recinto hostelero de lujo, que hoy en día sigue abierto, y está considerado como uno de los grandes resorts de los Estados Unidos.

Tras la Segunda Guerra Mundial, crearon un fondo de ayuda para los necesitados, y enviaron gran cantidad de víveres a las zonas mas devastadas de Austria. Su éxito en los Estados Unidos les hizo vender millones de discos y cantar durante años en conciertos multitudinarios. Incluso grabaron un disco especial con Elvis Presley.

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Maria en su madurez

Maria en su madurez

En 1947 Georg murió y el resto de la familia, abanderados por Maria, continuaron con sus giras y conciertos, hasta 1955. Poco a poco, cada miembro de la familia fue buscando su propio camino y profesiones. Finalmente, el grupo acabó por disolverse, y Maria, con tres de sus hijos, se marchó como misionera durante un breve tiempo al Pacífico. Regresó a Vermont donde murió, con 82 años, en 1987.

Hoy en día, la antigua mansión de Vermont, convertida en una de las grandes atracciones turísticas de los Estados Unidos, y dirigida por las siguientes generaciones, mantiene el recuerdo de la familia Von Trapp. Algunos descendientes , siguen en el mundo de la música, como los hijos de Stefan von Trapp, hijo a su vez de Werner, y los bisnietos de María y George, que formaron el grupo The Von Trapp Children. Otra nieta, Elisabeth Von Trapp, es también cantante, en un estilo que combina el canto gregoriano con la comedia musical y el folk.

Y lo que sin duda siempre permanecerá en la memoria es el éxito de la película de Julie Andrews, sus fabulosas canciones y la inspiradora historia que una novicia rebelde protagonizó en la vida real. Una historia muy yold, para nunca olvidar.

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