A pesar de haber sido ordenado sacerdote, Vivaldi había logrado ser exceptuado de oficiar misa por una “opresión del pecho”, probablemente asma que también le impedía ejecutar instrumentos de viento.
La obra más conocida de Vivaldi, “Las cuatro estaciones”, fue compuesta en Mantua, lejos de Ospedale della Pietá, donde había trabajado durante 30 años, educando a niños huérfanos y donde compuso la mayor parte de sus obras (L’Estro Armónico, su Sabat Mater, y la Stravaganza) y había ganado fama como intérprete de violín.
En 1717 viajó a Mantua, donde fue el maestro de capilla del Príncipe de Hesse-Darmstadt. Estando allí conoció a Anna Giró, una joven soprano que se incorporó a la comitiva de Vivaldi y no tardó en convertirse en Prima Donna de sus óperas, especialmente “Tito Manlio”, probablemente “la más conocida de sus olvidadas obras”.
La relación con Anna Giró pronto se prestó a especulaciones románticas que el cura rojo negó vehementemente.
“La primavera” de las cuatro estaciones estaba incorporada a su ópera “Il Giustino”. Probablemente la obra esté inspirada en los campos que rodean la ciudad de Mantua y el aspecto cambiante de su clima y naturaleza. “Las cuatro estaciones” están incluidas en una colección de doce obras en “Il cimento dell’armonia e dell’inventine” Opus 8, publicada en 1725.
Vivaldi murió 9 años antes de Johan Sebastian Bach, quien junto a Friedrich Händel y Georg Philipp Telemann, son los músicos más conocidos del Barroco.
Sus obras para violín son extensamente conocidas, por tal razón, elegimos esta aria cantada por un contratenor.