Virginia Katherine McMath nació el 16 de julio de 1911 y fue la única hija de Williams McMath, un ingeniero de origen escocés, y Lela Owens. El matrimonio pronto se divorció y Virginia, a la que sus primos la llamaban cariñosamente Ginga, terminó viviendo con sus abuelos maternos durante mucho tiempo. Tenía nueve años cuando su madre se volvió a casar y, aunque su padrastro, John Logan Rogers nunca la adoptó legalmente, Ginga terminaría utilizando su apellido.
Ginger Rogers empezó su carrera artística gracias a su madre quien era periodista y escritora de guiones cinematográficos. Fue en Texas (donde la familia se había trasladado a vivir) donde Ginger consiguió su primer papel en la compañía de Eddie Foy con quien hizo una gira de tres años por todo Estados Unidos. Fue en aquella época, cuando tenía tan sólo diecisiete años, cuando Ginger Rogers se casó con un bailarín. El matrimonio duró muy poco y fue el primero de una larga lista de cinco matrimonios.
Luego del divorcio, Ginger Rogers regresó a vivir con su madre a la que acompañó a Nueva York. Mientras Lela Owens continuaba con su trabajo de periodista, ella empezó a hacer sus primeras incursiones en Broadway y en alguna película, en 1929. Pero su verdadera oportunidad llegó cuando fue elegida para protagonizar el musical de George e Ida Gershwin Girl Crazy. Para ayudar a los actores en las representaciones, estaba un bailarín y coreógrafo llamado Fred Astaire. La obra fue un éxito total y a Ginger le valió firmar un contrato con la Paramount que, sin embargo, no condicionaría su independencia como actriz.
Poco tiempo después se mudó a Hollywood donde, tras algunas películas de poco éxito, protagonizó La calle 42 que le daría el prestigio y el reconocimiento de la crítica. En 1933 filmó Volando hacia Río, el musical en el que se reencontró con Fred Astaire y demostraron ser una pareja inigualable. Su estilo, su compenetración y su perfecto encaje en la pista de baile, hicieron de Fred Astaire y Ginger Rogers un icono de aquellos años dorados de Hollywood y cambiaron para siempre los musicales de cine. Ocho películas más gravaron la pareja del momento bajo la estricta supervisión coreográfica de Astaire. Era él quien creaba los pasos de baile y de permitía que Ginger participe en el proceso creativo.
En 1940 ganó su primer Oscar como mejor actríz por su papel en Espejismo de amor. Al final de la década de los cuarenta, Fred Astaire y Ginger Roger se volvieron a unir en su décima y última aparición juntos.
A partir de entonces se inició un lento pero inexorable declive para Ginger, quien, después de vivir cinco matrimonios fallidos y sufrir terriblemente por la muerte de su madre en 1977, se alejó de la gran pantalla y las pistas de baile para vivir en Rancho Mirage (California) donde murió de un ataque al corazón el 25 de abril de 1995. Sus restos fueron enterrados junto a los de su madre, Lela Rogers.