Los últimos años de vida de Jiang Qing, la cuarta esposa de Mao Zedong, fueron muy difíciles. Todo aquello por lo que luchó había fracasado, y, precisamente, era ella la responsable, a ojos de una nación que le dio la espalda. Mientras el gigantesco retrato de Mao presidía y sigue presidiendo la plaza Tiananmen de Pekín, su viuda cayó en desgracia unas semanas después del fallecimiento del Gran Timonel.
Madame Mao, como se la dio en llamar en el mundo anglosajón, está considerada una de las 25 mujeres más influyentes del siglo XX, según un escalafón de la revista Time. El aserto no admite discusión, porque fue la mujer que más peso tuvo en el último tramo del mandato de Mao, el de la Revolución Cultural. Se desconoce el total de muertos de aquel período, pero se barajan cifras que alcanzan el medio millón de personas entre 1966 y 1969.
Una joven inquieta
Jiang Qing tuvo mucho de espíritu libre que se rebela ante un país profundamente injusto a principios del siglo pasado. El viejo imperio se descomponía, y las tradiciones más conservadoras quedaban en evidencia por los aires occidentales que penetraban en ciertos núcleos urbanos a raíz de las ambiciones coloniales de británicos, franceses y japoneses.
En el clima de decadencia de 1914, tres años después de la caída de la última dinastía imperial china, nació Jiang Qing en la provincia de Shandong, bajo influencia germana y en la esfera de Shanghái, la metrópoli que marcó el rumbo del país en la centuria que empezaba. Hija ilegítima de un terrateniente borrachuzo, a los 12 años se instala con su madre en Tianjin, donde tiene que ponerse a trabajar en una tabacalera.
A los 17 años, Jiang Qing era una joven atractiva e inquieta. En su estancia en Qingdao, tomará contacto con las ideas comunistas y, en 1933, se adherirá al Partido Comunista de China (PCCh), fundado en Shanghái en 1921.
En esta última ciudad se instaló Jian Qing hasta que la dura represión policial del Kuomintang, el partido nacionalista al frente del gobierno de la República, la obligó a buscar refugio en Yunan, en el interior del país.
Conociendo a Mao
Fue allí donde conoció a Mao Zedong, aún casado con su tercera esposa. El Gran Timonel tenía el deseo de divorciarse para casarse con Jiang Qing, hecho que fue mal recibido y posiblemente influyó en posteriores rivalidades de la actriz con algunos dirigentes del partido. Finalmente, Mao consigue la aprobación de sus camaradas y contrae matrimonio con Jiang el 28 de noviembre de 1938.
Gran parte del material documental de la vida de los dirigentes comunistas sigue siendo un secreto de Estado, y el paso de Jiang Qing por Shanghái fue convenientemente borrado, a fin de preservar el creciente culto a la personalidad que experimentó el maoísmo con el tiempo.
Durante los años cincuenta, Jiang Qing se mantiene en la sombra. No es hasta el fracaso del Gran Salto Adelante (1958-62), que se cobra entre 18 y 30 millones de vidas, que Mao decide dar cancha política a su esposa. A partir de ahí, sus ansias de poder irán creciendo hasta desatarse durante la trágica Revolución Cultural (1966-76). La muerte de Mao, su valedor, la dejará indefensa ante el ajuste de cuentas de sus sucesores.
Texto extraído del sitio: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20170620/47313800355/jiang-qing-la-influyente-esposa-de-mao.html