Historia del off: el Teatro del Pueblo

A fines de noviembre de 1930, un grupo de artistas encabezados por Leónidas Barletta fundó el Teatro del Pueblo, apenas dos meses después de que los militares argentinos asaltaran el poder por medio del Golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930 que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen y Argentina ingresara en un largo período de inestabilidad institucional denominado Década infame. Durante esos años, la crítica al teatro comercial se evidenciaba mediante la propagación de grupos de teatro independiente. Pero no todos esos grupos tuvieron la eficacia y la constancia en su lucha como Leonidas Barletta, el primer director del teatro. Quién ejerció ese puesto hasta su muerte, alternando con su profesión de periodista. Para Barletta el teatro era un instrumento de resistencia desde el arte ante el avance del fascismo. El teatro, entendido no sólo como espectáculo, sino como un reducto de encuentro entre actores, escritores, poetas y pintores Durante varios años el Teatro del Pueblo carece de lugar propio y estable, por lo que se ve obligado a recorrer distintos edificios que le concede la Municipalidad de Buenos Aires. En 1943 las nuevas autoridades municipales del gobierno militar lo expulsan violentamente del edificio de Corrientes 1530 que ocupaba desde 1937. A partir de ese momento ocupa en forma definitiva el subsuelo que alquila en Diagonal Norte 943.

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Durante ese período, la sala se extendió a nuevos autores y el director puso al gran público en contacto con clásicos como Plauto y Shakespeare. Es en el teatro del pueblo que se descubren las posibilidades dramáticas de la obra narrativa de Roberto Arlt, “Los siete locos” es escenificada en 1931, y el propio Arlt compone una obra específicamente teatral: “300 millones”, que estrena en 1932. El grupo de trabajo que constituye el Teatro del Pueblo tiene su período más fructífero entre 1937 y 1943 llevando a escena obras de la dramática universal de todas las épocas sin descuidar la producción nacional. Barletta invita a poetas y narradores argentinos a incorporarse a la actividad dramática; así es que logra que se pongan en escena textos de Alvaro Yunque, Nicolás Olivari, Raúl González Tuñón, además de Roberto Arlt. Artistas plásticos y músicos argentinos de reconocido prestigio participan de las distintas actividades que promueve el Teatro del Pueblo, muchas de éstas fuera del edificio teatral con el fin de llevar el teatro a la gente. Desde 1943, el Teatro del Pueblo transitó un período crítico que finalizó en 1976, año en que falleció Leónidas Barletta y culminó la actividad teatral. El espacio se dedicó a las artes plásticas hasta que, en 1987, un grupo de teatristas continuó la línea histórica.

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“Cuando reabrimos la sala, en 1987, le tuvimos que poner Teatro de la Campana porque los herederos de Barletta, en su momento, negaron la cesión del nombre. Como el teatro tenía una estructura muy antigua, tipo salón de actos; estaba hecho para escuchar, no para ver. Renovamos la sala en un espacio bifrontal. De esa reestructuración nos hicimos cargo algunos teatristas, como Carlos Somigliana, Raúl Serrano, Osvaldo Dragún, Pepe Bobe, Rubens Correa y yo.” Declaró Roberto Cossa en una entrevista. Finalmente, en 1996, el Teatro del Pueblo abrió nuevamente sus puertas recuperando su nombre mediante un convenio que suscriben el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y la Fundación Carlos Somigliana (SOMI), que desde entonces tiene a su cargo la dirección artística, técnica y ejecutiva.

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