Gorbachov llega al poder

Gorbachov tenía por entonces 54 años, era el miembro más joven del Politburó (la comisión política del Comité Central del Partido Comunista) y el primer líder soviético que había cumplido la mayoría de edad después de la muerte de Stalin.

Gorbachov, discípulo y protegido del reformista Yuri Andropov (predecesor de Chernenko), prometió revitalizar la inestable e insufrible burocracia soviética. Sin embargo, todo el proceso que desancadenó su gestión no sólo no la afianzó sino que desencadenó la disolución de la URSS y cambiaría el orden político mundial.

El difunto Chernenko había personificado la misma parálisis política de la época de Brezhnev. Gorbachov calificó como mala la política económica de Chernenko; durante las dos décadas anteriores, el promedio de vida de los ciudadanos soviéticos había disminuido (algo nada lógico en un país industrializado), se mantenía la represión política, las relaciones con Occidente eran entre frías y malas (peor aún desde la invasión soviética a Afganistán) y el desencanto en la población era evidente.

Gorbachov había manifestado antes de su ascenso al poder sus aspiraciones de cambiar el país; “debemos llevar a cabo grandes transformaciones sociales y políticas”, decía públicamente un año antes (bueno, en realidad eso lo dicen todos).

Una vez en el cargo, Gorbachov inició un doble programa de reformas. Con la “perestroika” (reestructuración) introdujo un mercado libre (aunque limitado, valga la contradicción, pero bueno, por algo se empieza) y descentralizado. Con la “glasnost” (apertura) impulsó modificaciones, ajustes y cambios en la política y la cultura de la URSS.

Gorbachov condenó el reino de terror de Stalin y el estancamiento de Brezhnev; expulsó a los miembros de la línea del Politburó y liberó a los presos políticos (liberar presos políticos en URSS era algo que jamás había ocurrido).

El año siguiente a su ascenso al poder, Gorbachov se reunió con Ronald Reagan, por entonces pesidente de EEUU, en la cumbre de superpotencias en Reykjavik, Islandia. Ambos presidentes se tiraron algunos dardos acusatorios iniciales, pero luego las conversaciones se encauzaron con espontaneidad; como no había habido grandes preparativos por ambas partes para tomar decisiones trascendentes, el encuentro terminó siendo una ocasión para demostraciones públicas de ambos presidentes (zaraza, digamos).

Mikhail-Gorbachev-Ronald-Reagan-

 

Reagan, Ronald; Gorbachev, Mikhail - October 1986.Courtesy Ronald Reagan Library
Reagan, Ronald; Gorbachev, Mikhail – October 1986.

Courtesy Ronald Reagan Library

 

Gorbachov causó una excelente impresión inicial. Era elegante, enérgico, tenía carisma y sentido del humor. Su esposa Raisa era distinguida y sociable, alejada del estereotipo que se tenía en Occidente de la esposa de un funcionario del Kremlin. Además, resultaba alentador el hecho de que Gorbachov valoraba como prioridad el acuerdo sobre armas con EEUU. De hecho, Gorbachov pensaba que su planeada revitalización de la economía soviética se vería favorecida por un retroceso en la producción armamentística.

En un encuentro estrictamente privado, ambos presidentes dieron un buen paso para terminar con la amenaza se una guerra nuclear, pero EEUU tenía en avanzada fase de desarrollo su proyecto de defensa estratégica (llamado “Guerra de las Galaxias”) para cosntruir satélites y misiles ubicados en el espacio para proteger a EEUU de un ataque nuclear. Gorbachov proponía desmantelar las armas nucleares soviéticas a cambio de que el proyecto norteamericano no avanzara. Reagan se negó, y ambas partes regresaron con las manos vacías. Sin embargo, un año después, en 1987, ambos líderes firmaron el primer tratado para reducir el tamaño de sus arsenales nucleares (por lo menos los achicaron un poco, algo es algo).

Las cosas por casa no anduvieron como Gorbachov (y los ciudadanos soviéticos) esperaban. De hecho, la reconstrucción económica sería uno de los principales fracasos de Gorbachov: la “perestroika”, que proponía sacar a la economía soviética del estancamiento introduciendo mayor libertad de empresa y dejando actuar al mercado, no tuvo resultados positivos inmediatos ya que desorganizaron aún más el sistema productivo existente (lo transformaron en algo así como un “sálvese quien pueda”) y empobrecieron a la población, lo que creó tensiones sociales.

En el aspecto político, la “glasnost” inició una apertura que debía conducir gradualmente a una democracia pluripartidista, pero los avances fueron demasiado lentos por la creciente oposición y por las resistencias existentes dentro del régimen, que temía perder el control del proceso. La apertura hizo emerger sentimientos nacionalistas que derivaron en movimientos independentistas en las diversas repúblicas que formaban la Unión Soviética.

Gorbachov había iniciado una especie de revolución “desde arriba”, pero el proceso escapó de su control y su consecuencia fue la disolución de la URSS.

Pero eso es otra historia.

Ultimos Artículos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

TE PUEDE INTERESAR

    SUSCRIBITE AL
    NEWSLETTER