Francisco de Miranda, el precursor

Nacido el 28 de marzo de 1750, Francisco de Miranda era el hijo mayor de Don Sebastián y Doña Francisca Antonia Rodríguez y Espinoza. Su nombre original es Sebastián Francisco, pero entre sus nueve hermanos y hermanas había uno que se llamaba Francisco Antonio Gabriel, con quien los historiadores lo confundieron durante mucho tiempo, dada la similitud de nombres1. Fue la partida de nacimiento de este hermano mayor la que se tuvo como referencia hasta que se descubrió el acta verdadera. En todo caso, debemos precisar que tal vez por haber muerto su hermano Francisco Antonio muy pequeño, nuestro personaje fue llamado siempre por sus familiares simplemente Francisco, o bien “Pancho”, que es el sobrenombre utilizado tradicionalmente para los “Francisco”.

De su formación en esta primera época de su vida, puede decirse con toda seguridad, que la misma estuvo determinada por las normas y valores impuestos por la religión católica. Francisco de Miranda, habiendo terminado el Curso de Instrucción Primaria2 en el Real Colegio Seminario de Santa Rosa, se inscribe, en 1764, en un Curso de Artes o Filosofía en la Universidad Real y Pontificia de Santa Rosa3.

Fue tal vez durante esos años de formación en la Universidad de Santa Rosa, que Miranda comenzó a cultivar en profundidad un cierto gusto estético y a interesarse por la historia y el arte europeo. Fue en la década de 1790, cuando empieza su verdadero laberinto. Miranda presencia la entrada triunfante de las tullerías y la toma de la Bastilla en plena revolución francesa. El caraqueño, sólo piensa en la libertad de su patria. Dice Miranda: “En río revuelto, ganancia de pescadores”.

Miranda sabe que está muy cerca de España y, que ésta puede apresarlo fácilmente. Para evitarlo, pide a Rusia toda clase de cartas de presentación. Por medio de estas cartas que la Zarina le envió, es recibido en Francia como encargado de negocios de Rusia y todas las puertas le son abiertas, de inmediato políticos y comerciantes le atienden y le agasajan. Paris está en plena revolución. Los nuevos amigos de Miranda, son George Danton, Charles Domourier, Jerome Petión de Villanueva de San Pierre, Chamfort y Cambares. Con estas amistades, rápidamente penetra Miranda en los altos mandos militares.

Mientras esto pasaba en Francia con nuestro héroe Francisco de Miranda, en Venezuela todos los futuros libertadores, estaban sumergidos en un letargo. Francisco de Miranda cree que ha llegado la hora de pedirle a Francia la ayuda militar para la independencia de América. Pero, los ejércitos Prusianos invaden a Francia en defensa del Rey Luís XVI. El 10 de Agosto de 1792, las tropas triunfantes entraban en las tullerías; nuevamente Miranda, piensa en salir para Londres. No obstante, en esta ocasión, las fronteras están más cerradas que nunca.

En ese momento de confusiones, Miranda no sabe que hacer, piensa que ya todos sus sueños están perdidos, así se lo comunica a sus amigos franceses. Fue cuando éstos le ofrecen que se incorpore al ejército francés, Miranda sin pensarlo mucho, acepta la oferta aún a costa de perder la protección de la Zarina, Catalina la grande de Rusia. Le nombran Mariscal de campo, por decisión unánime de los miembros del Concejo Ejecutivo de la revolución francesa, a cambio de este servicio que prestará a Francia, le prometen que una vez vencidas las dificultades del momento, Francia le dará la cooperación necesaria para la independencia de América.

Fue así como nuestro héroe, se incorporó definitivamente a la lucha con los ejércitos franceses. Miranda simpatiza con el partido de los Girondinos y se coloca un aro de oro en la oreja izquierda, era como un símbolo de adhesión a este grupo. Al frente de un ejército compuesto por bisoños voluntarios sin disciplina militar, (muy semejantes a los que más tarde encontró en Caracas para pelear con Monteverde) se enfrenta al mejor ejército del mundo, al mando del Conde “Bzunswick”.

El primer combate ocurre en la colina de Valmy, saliendo Francia victoriosa. Posteriormente, conoce a un alto jefe girondino de la revolución francesa llamado “Brissot”, al que le confía sus anhelos y sus planes para liberar a la gran Colombia. El General Brissot, se interesa mucho en la idea, pero para él, es preciso invadir a España primero para proclamar allí una República, que se conformaría más tarde en el continente americano. Mientras esto pasa, Napoleón avanza sobre el enemigo y Miranda por sus méritos, es ascendido a Teniente general de los ejércitos franceses y, pasa a comandar una división.

El día 25 de Febrero de 1793, Miranda ataca a “Mostritch” y pronto la ciudad arde por los cuatro extremos. El 18 de Marzo de ese mismo año, en una feroz batalla en contra de los austriacos, Miranda con sable en mano hace que sus soldados luchen al máximo, pero una estrategia muy mal dirigida hace que se pierda la batalla. El General “Dumourier” acusa a Miranda de esta derrota y de traición a la revolución. Lo cierto era, que la amistad entre ambos Generales, el caraqueño Miranda y el Francés Dumourier estaba resquebrajada, debido a que el francés Dumourier, le había propuesto a Miranda avanzar sobre Paris, para hacer prisionero a Napoleón y restaurar la Monarquía traicionando así la revolución y a Napoleón Bonaparte.

El caraqueño ante esta proposición, se había negado rotundamente, manteniéndose fiel al lado de las ideas republicanas de Napoleón Bonaparte. Dumourier, por este motivo lo acusa de traidor y, en la convención de Bélgica, Miranda fue encarcelado, enjuiciado y trasladado preso a la cárcel en Paris. Pero el Jurista “Chesean La Garde” el mismo que más tarde defendería a María Antonieta, aboga por Miranda, después de presentar las pruebas correspondientes, fue declarado inocente, quedando al descubierto las falsas acusaciones en su contra por motivos ya contados.

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A Miranda le fueron devueltos todos sus haberes, menos el traje de campaña francés y el grado de General. Nuevamente Miranda es hecho prisionero, en esta ocasión por el máximo jefe de la revolución “Robespierre” quien era amigo del General Dumourier. A la mayor brevedad se le hizo juicio, siendo sentenciado a muerte en la guillotina, se fijó el día de su ejecución el 30 de Julio de 1794. Pero milagrosamente tres días antes, el día 27 de Julio, los moderados Jacobinos, se sublevaron y sin mucho juicio ajusticiaron en su guillotina a Robespierre y a todos sus cómplices terminándose así la época del terror en Francia, salvándose Miranda de una muerte inminente.

Corría el año de 1797, el caraqueño Miranda está decepcionado de los franceses, se encuentra en Londres totalmente desprotegido de la persecución que le tiene España, al serle quitado el uniforme de Mariscal de campo francés y el grado de General. Decide colocarse de nuevo el uniforme de Coronel Ruso y quitarse el aro de la oreja dejando sólo como atracción hacia su persona, una gran cola en su cabellera sujeta con un gran lazo azul. Muy curiosamente en el año 1799, Miranda recibe en Londres de su antiguo amigo y jefe el General Cajigal, una carta, en donde le comunica que la Corte española dictó sentencia. Había fallado a su favor y al de Miranda, en aquel viejo caso de contrabando en la Habana, declarando al venezolano Miranda, súbdito fiel de su majestad católica. Según pensó Miranda: “Se trataba de una vulgar maniobra para echarle el guante”.

Miranda continúa en Londres. En el año de 1800, Miranda decide viajar clandestinamente a Francia, donde Napoleón Bonaparte controla todo como primer Cónsul. Miranda le escribe una carta a Napoleón, dándole cuenta de sus sacrificios por Francia y, que era ciudadano Francés. Le cuenta todo lo sucedido con el General Dumourier de su traición a la revolución, a la cual, él se opuso rotundamente, le pide ayuda encarecidamente para liberar a su patria Venezuela. Miranda le pide a Napoleón, que invada a España, para poder él, darle la libertad a la Gran Colombia. En el año de 1800, en el mes de noviembre, Miranda llega a Amberes (Bélgica) escenario de sus victorias. Desde allí le escribe al famoso Fauché su amigo de otros tiempos, quien era el jefe de la policía francesa, a quien había mandado la carta para Napoleón.

En esta ocasión le solicita cuál fue la respuesta de Napoleón. Fauché le escribe y lo invita a visitar a Paris. Cuando el caraqueño Miranda llega al despacho de Fauché, es detenido, acusado de ser un espía británico, rápido fue reducido a prisión, pero en el primer interrogatorio que le hacen a Miranda, éste se defiende, después de mostrar sus alegatos y exponer todos los servicios que le prestó a Francia, logra su libertad y todo acongojado regresa a Londres. Una vez más Miranda se decepciona de los franceses, pero en él nace una sospecha, al no dejarle hablar personalmente con Napoleón. “… Napoleón le quería decir a Miranda que lo había ordenado así, para no despertar sospechas a los españoles de la amistad que podía existir entre ambos y, que podía invadir a España en beneficio de la causa mirandina”.

El caraqueño Miranda, sólo pensaba en aquella carta que le había escrito a Napoleón, pidiéndole que invadiera a España. Si esto hacía le confirmaba que había recibido su carta. Mientras tanto, Miranda con los pocos recursos que tenía intentaría invadir a Venezuela. Se trasladó a Estados Unidos, con un dinero que le prestó un amigo norteamericano, compró un barco, el que bautizó con el nombre de su hijo “Leandro”, alquiló otras dos naves menores. Y el día 14 de febrero de 1805, Francisco de Miranda tomaba juramento a doscientos mercenarios, contratados en los arrabales de Nueva York, izando la bandera tricolor por primera vez frente a las costas de Venezuela en su barco “Leander”.

Mientras esto hacía Miranda, el Marqués de Casa Grujo, que había visto zarpar la embarcación, puso en guardia a las autoridades españolas en Venezuela. Cuando Miranda arribó a las costas de Venezuela cercanas a Puerto Cabello (en Ocumare de la Costa), el Capitán Vasconcelos lo estaba esperando, para presentarle batalla con superior fuerza naval que consistió en ser evadida por el “Leander” pero fueron apresadas las otras dos naves con casi los doscientos mercenarios por él contratados. Miranda se dirige a Granada y después a Trinidad, en donde con ayuda Inglesa, organiza una nueva invasión. El día 1° de Agosto de 1806, llega Miranda frente a la Vela de Coro con una flotilla de siete naves inglesas al mando del Capitán Campell, todos al mando del “Leander” en donde flameaba la bandera tricolor.

El mar fuerte, impidió el desembarque hasta el día tres, cuando la vanguardia mirandina compuesta por oficiales ingleses al pisar tierra dominan el fuerte, arrían la bandera española e izan la bandera tricolor: “Amarillo, Azul y Rojo”. Miranda lee una proclama que sólo fue escuchada por los ingleses que le acompañaban, el pueblo había abandonado sus casas dirigiéndose a las montañas; todo había fracasado, Miranda estaba solo ante este vacío, él y sus acompañantes se regresan a sus barcos antes de que se acerquen los ejércitos españoles. El día 13 de Agosto, salen en desbandadas rumbo hacia Aruba. La fracasada aventura de Miranda y sus ingleses, sólo había durado diez días. Un gran retrato de Miranda fue colocado en las principales ciudades de Venezuela, declarándolo traidor, fue puesto el precio de su cabeza en 30.000 pesos.

Una vez más Miranda está decepcionado, se retira a Inglaterra en espera del resultado de su carta escrita a Napoleón Bonaparte. Sólo dos años duró la espera, cuando un día Francisco de Miranda recibe la grata noticia en Londres, de que Napoleón había invadido a España. El día 23 de Mayo de 1808, las tropas francesas entraban a Madrid comandadas por el General Murat. Mientras todo esto pasaba en España, en Venezuela Miranda el día 19 de Abril de 1810, se formaba una nueva junta municipal.

El 5 de Julio de 1811, se firmaba el Acta de la Independencia, ese mismo día a Miranda le fue confirmado que Napoleón había recibido su carta. Su presencia y la presión de la Sociedad Patriótica fueron determinantes para que los diputados se vieran obligados a declarar finalmente la independencia. Podemos imaginar los sentimientos que embargaron a Miranda ese día. Cinco meses después se promulgó la primera Constitución de la República de Venezuela y la primera también en la América ocupada por España. Tal vez contra la voluntad de algunos, en ella ya se puede ver que algunas ideas de Miranda habían quedado sembradas y comenzaban a germinar, particularmente su idea de marchar hacia la independencia total de la América Española y hacia la construcción de una única patria: Colombia.

Lo que siguió después no fue más que el estallido de todos los antagonismos que se habían acumulado desde el 19 de abril de 1810: falta de armamento y de tropas, deserción e indisciplina de los militares, así como rivalidades entre los oficiales republicanos, quienes continuaban considerando los cargos militares como una vía de prestigio social o como un ejercicio personal del poder, antes que como un deber hacia la patria4. A este conjunto de circunstancias que por sí sola sumían al país en la guerra civil y en la anarquía, va a agregarse el problema, igualmente grave, del levantamiento de los esclavos negros de Barlovento y de los Valles del Tuy. Pero lo que finalmente decide la suerte de la Primera República, es la pérdida de la plaza fuerte de Puerto Cabello.

El caso es que ante la inminencia de una posible derrota y no queriendo nadie asumir el mando de las tropas patrióticas, los mantuanos se ven obligados a recurrir a la experiencia militar de Miranda. Investido de pleno poderes y nombrado Generalísimo primero, Dictador después, Miranda comienza a organizar un ejército unificado para enfrentarse a las tropas realistas, comandadas por Monteverde. Tarea prácticamente imposible ante una traición de milicias locales y de provincias aisladas.

Por otra parte la dificultad de hacer cumplir sus órdenes por la animadversión que muchos le seguían profesando, el levantamiento de los negros esclavos y finalmente, la pérdida de la plaza fuerte de Puerto Cabello, defendida por el joven Bolívar, obliga a Miranda a capitular con Monteverde. Luego de la capitulación Miranda y otros oficiales se dirigen al puerto de La Guaira con la intensión de embarcarse hacia las islas vecinas, pero la noche del 30 de julio, Miranda es Miranda es arrestado por un puñado de jóvenes oficiales, entre los cuales se encontraba Simón Bolívar.

Es así como treinta años después de haber sido declarado desertor y enemigo del Estado, y de haber sido perseguido de un extremo a otro del planeta, Francisco de Miranda cae finalmente en manos de los españoles, y un capitán de nombre Francisco Javier Cervériz lo encierra en un calabozo en la Guaira. Un tiempo más tarde, Miranda es transferido a la fortaleza de Puerto Cabello, donde al igual que los otros prisioneros, es encadenado y mantenido bajo condiciones terribles. Los cautivos son atados de dos en dos, blanco y negro juntos, para que disfrutaran de la igualdad que tanto les gustaba proclamar.

El 4 de junio de 1813, los españoles deciden transferir a Miranda a la fortaleza de Puerto Rico, donde lo mantendrán hasta finales de ese año. En la noche del 25 de marzo de 1816, será victima de “un insulto apopléjico”5. Miranda permanece seriamente enfermo durante casi cuatro meses, y el 14 de julio de 1816, a la una y cinco de la mañana, muere en La Carraca.

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1- La primera edición de los Archivos de Miranda (1929-1950) comenzó a ser publicada atribuyéndole el nombre de Francisco Antonio Gabriel.

2- Los Cursos de Instrucción Primaria comprendían Letras o Gramática Menos, retórica o Gramática Mayor, Teología de Prima y Latinidad. Idelfonso Leal, Documentos para la Historia de la Educación en Venezuela (Época Colinal), Caracas, 1968.

3- La Universidad Real y Pontificia de Santa Rosa fue creada el 22 de septiembre de 1721 por Real Cédula de Felipe V y confirmada por Breve del Papa Inocencio XIII el 18 de diciembre de 1722. La universidad fue inaugurada el 11 de agosto de 1725, convirtiéndose más tarde en Universidad de Caracas y, actualmente Universidad Central de Venezuela.

4- La defensa militar de la república continuaba siendo asumida por un conglomerado de milicias, como en los tiempos de la colonia. Esta división en compartimientos estancos se acentúa con el sistema federativo adoptado por la Constitución aprobada en diciembre de 1811. Este hecho va a favorecer el éxito de la campaña de Monteverde, pues mientras éste avanza, los representantes de las ciudades de las diversas provincias discuten si tal o cual milicia puede o no salir de su territorio para ir a combatir en otro. Actitud que persistirá aun después del nombramiento de Miranda y que constituirá una de las causas de la pérdida de la Primera República.

5-“El día 25, a las 11 de la noche, le acometió un insulto apopléjico, que pensamos se lo llevase. Volvió en sí, quedando de resultas de esta un calentura pútrida con demasiada malicia… La asistencia que le tengo es con bastante cuidado, pues en su salud consiste mi felicidad…” -Carta de Pedro José Morán, criado de Miranda en La Carraca, a Meter Turnbull, hijo de John Turnbull, fechada el 1° de abril de 1816.

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