Esquimales y Lapones

La palabra “esquimal” proviene de “eskimo”, término que remite a “askamiciw”, “el que come carne cruda”; así los llamaban sus vecinos los indios vabinaks en el siglo XVI. Otros estudios afirman que “eskimo” suena muy similar a la forma en que los indios inuu (tribus algonquinas-montagnais de la región del Labrador) se referían a los inuit de la región, a quienes llamaban “cazadores con raquetas de nieve” o “los que hablan en otra lengua”. Se cree que el término “esquimal” llega a occidente hacia el siglo XVI a través de los balleneros vascos con quienes los indios inuu-montagnais mantenían relaciones comerciales.

Los esquimales se dividen en dos grupos étnicos: los inuit, que habitan el ártico del norte de Alaska, Canadá y Groenlandia, y los yupik, que habitan el sur de Alaska y Siberia, incluyendo la península de Chukchi (Chukotka).

La palabra “esquimal” no es la única que se usa para describir a estas etnias: en Canadá y Groenlandia se llaman exclusivamente “inuit”, cuyo singular es “inuk” (“hombre, persona”), y consideran peyorativo el término “esquimal”; en Alaska se usan ambos términos (“esquimal” e “inuit”) y en Siberia “yupik” y “esquimal”. Hoy se utiliza “inuit” como nombre genérico de los grupos humanos que habitan el Ártico.

Los primeros esquimales llegaron de Siberia cruzando el estrecho de Bering hacia América del Norte. Se conocen vestigios de su cultura de hace casi cuatro mil años, y hacia el año 1000, ya en Alaska, surgió la cultura esquimal Thule, que se extendió rápidamente hacia el este por la región ártica llegando a Groenlandia y Labrador hacia 1300 y desalojando a la cultura Dorset, la primera de los habitantes del ártico americano.

Los inuit viven en las tundras del norte de Alaska, Canadá y Groenlandia, y en algunas épocas del año incluso en las zonas de hielo. Son más bien robustos y de baja estatura (lo que les permite retener mejor el calor corporal), de ojos rasgados y oscuros, piel rojiza en la cara y moreno amarillento en las partes cubiertas del cuerpo y pelo negro, espeso y sin canas; la calvicie es algo desconocido para ellos.

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Aldea inuit de iglús en la isla de Baffin, ilustración de Charles Francis Hall, 1865.
Aldea inuit de iglús en la isla de Baffin, ilustración de Charles Francis Hall, 1865.

 

Son cazadores y nómades; viven principalmente de la caza de focas, morsas y en menor medida de caribúes, osos y ballenas, y de la pesca de salmónidos. Con lo obtenido de esos animales se alimentan, se visten y construyen canoas, trineos, viviendas, herramientas y armas para cazar. También son artesanos y hacen esculturas en esteatita (una especie de “roca blanda”), cuya venta representa otra fuente de ingresos.

Los inuit están organizados en grupos familiares en los que hasta los niños tienen tareas asignadas. La mayoría de los esquimales viven en cabañas de madera o en tiendas de pieles, en pequeños asentamientos. Durante las expediciones de caza habitan los iglú, viviendas típicas que construyen con hielo y nieve, que pueden alcanzar hasta 4 metros de diámetro por 3 metros de alto. Una ventana de hielo transparente se dispone encima del túnel de salida y la parte final del túnel que comunica con el exterior se tuerce formando un ángulo agudo que impide la formación de corrientes de aire. En pocas horas pueden fabricar un iglú amplio y cómodo, cuyo interior calientan con un pequeño fuego de aceite o grasa de foca; la temperatura se conserva gracias a la capacidad aislante del hielo y a que además el túnel de acceso es más bajo que el suelo del interior. En ocasiones construyen varios iglús sin túnel de entrada, pero también con el piso a desnivel con respecto al exterior.

En la cultura inuit son muy importantes los perros, ya sea huskies de Siberia (que luego fueron llevados a Alaska) o de razas nórdicas muy cercanas al lobo, ya que son quienes tiran de los trineos (kometiks, qamutiks), que están hechos de madera, huesos de animales, pieles y barba de ballena. También son importantes las canoas (kyaks, kayaks), que tienen una cubierta de cuero o piel de foca, lo que permite mantener la parte interior del kayak seca incluso en caso de volcarse. Prenden fuego con musgo, que a veces escasea, con una gran habilidad. Las herramientas usadas para la caza y la pesca (lanzas, arpones, cuchillos, anzuelos, etc) están hechos hueso, piedra, cueros congelados y algo de metal que consiguen en asentamientos con más gente. Su indumentaria está confeccionada por pieles sobrepuestas, con capuchas, mangas y bolsillos, y suelen incluir una capa impermeable de intestino de foca y botas de cuero de foca con raquetas para nieve en los pies.

Los inuit son animistas. Para ellos las personas cuando mueren van al cielo o al infierno pero una parte de su alma pasa a un pariente recién nacido; los animales tienen un alma y el cazador suele hacer una breve ceremonia cuando lo mata para que su alma vaya al mundo no terrenal. En su mitología, en el origen del mundo sólo había un hombre y una mujer; la mujer le pidió al dios del cielo, Kaila, que poblara la tierra. Kaila le ordenó hacer un agujero en el hielo para pescar, y así ella fue sacando del agujero en el hielo a todos los animales. El último en salir fue el caribú, y Kaila dijo que el caribú era su mejor regalo ya que alimentaría a su pueblo. El caribú se multiplicó, los hijos de los humanos cazaron a los mejores y gracias a ellos pudieron comer, vestirse y hacer sus tiendas. Cuando sólo quedaban caribúes débiles, Kaila mandó a la mujer de nuevo a pescar al hielo y ella pescó un lobo, para que se comiera a los animales débiles y enfermos con el fin de mantener a los caribúes con buena salud. Los animales marinos provienen de Sedna, una muchacha raptada y sacrificada que habita en el mar.

El idioma inuit es un dialecto-lengua (un “continuo”, según los entendidos) esquimo-aleutiana, que se dispersa en 16 dialectos. Basándose en sus diferentes dialectos es que se agrupan los inuit en cuatro grupos: los kalaalit, la etnia más numerosa, que habitan en Groenlandia; los inuktitut, que habitan el este de Canadá, Labrador, norte de Quebec; los inuvialuit, que habitan el oeste de Canadá; los inupiat, que habitan en Alaska. Cada grupo se divide en grupos más chicos aún que hablan dialectos diferentes, y se da el caso de que puede haber más diferencias entre dos dialectos inuit que entre el dialecto inuit y el yupik.

Los yupik, el otro grupo étnico esquimal, habitan la región sudoeste de Alaska, Siberia y la península de Chukchi (Chukotka). Hay dos grandes grupos de yupiks: los yupik alaskeños (que se dividen en los aluutiq y los centroalaskeños) y los yupik siberianos (que se dividen en chaplinos, naucanos y sireniki), y su división también está basada no solo en las regiones que ocupan sino en que cada grupo habla un dialecto diferente.

Los yupik también se organizan en familias y viven de la caza (focas, morsas y ballenas) y de la pesca. Son un poco más comunitarios que los inuits, y en invierno se reúnen en centros comunitarios llamados “qasgiq” para fiestas o ceremonias; esos lugares de reunión son muy importantes y sirven como escuelas en las que se enseña a los niños a construir viviendas, canoas (kayaks), herramientas, etc. Cerca de los qasgiq (a veces unidas a ellos por un túnel) están las “ena”, casas donde las mujeres enseñan a las niñas a coser, cocinar y tejer. Ya en verano, las familias se dispersan para buscar su sustento.

La cultura yupik incluye la poesía, una danza en la que los movimientos se hacen exclusivamente con la parte superior del cuerpo y cantos que llevan a cabo en ceremonias místicas.

La unidad esquimal no ha sido fácil de establecer ni de mantener. La Conferencia Inuit del Círculo Polar muestra predominio de los esquimales de Groenlandia, Canadá y Alaska por sobre los esquimales provenientes de Siberia. Alaska fue reconocida en 1912 como territorio de los EE UU para frenar las oleadas de inmigrantes asiáticos, Canadá impuso en los años ’50 férreas restricciones para impedir la inmigración de groenlandeses, y en Groenlandia la administración danesa ha conseguido alfabetizar a sus habitantes y orientarlos hacia la pesca industrializada, que luego se canaliza hacia fábricas de conservas y plantas congeladoras. Así, los esquimales se encuentran divididos por las fronteras y los intereses de los países.

Los lapones son los sami. Habitantes de Laponia (el “Ártico europeo”, región del Ártico que incluye al norte de Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia), los sami ocupan esa extensa región situada en el norte de la península escandinava, en la zona del círculo polar ártico. Los samis se llaman a sí mismos “sámit” o “sápmelas”; no se usa el término “lapón” (que proviene de “lapp”, que significa “ropa de mendigo” y también “inculto”) por considerarlo peyorativo.

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Familia sami en Noruega alrededor de 1900
Familia sami en Noruega alrededor de 1900

 

El origen de los sami sigue en discusión, pero se estima que provienen de una etnia-cultura que surge a partir de la fusión de varios grupos de cazadores de renos que llegaron a las heladas regiones árticas procedentes de Europa tras la última gran glaciación, hace más de diez mil años. Conocieron la Edad de Piedra y la de Hierro, dejaron pinturas rupestres y desarrollaron una mitología con numerosos dioses que representaban las fuerzas de la naturaleza. Durante siglos se organizaron en grupos o clanes seminómades formados por varias familias que se movían de un asentamiento a otro según las estaciones.

Su tipo étnico es completamente distinto al de todos los pueblos que les rodean y a los esquimales; su piel es más pálida y muchos son rubios de ojos azules. Su idioma incluye muchos dialectos, algunos irreconocibles entre sí, emparentados con lenguas fino-ugrias de Europa oriental y septentrional.

Los sami vivían de dos actividades principales: la caza y cría de renos y la pesca. En invierno cazaban y criaban renos, vendían sus pieles y la mejor carne, y las otras partes del animal las conservaban secas y saladas para los meses en los que se trasladaban entre los refugios de invierno y las montañas, a las que los sami regresaban durante el breve verano; también pescaban ballenas y focas en la costa del mar Ártico. En otoño recogían frutos silvestres, y entre mayo y octubre predominaba la pesca en las riberas de los ríos y los lagos de los bosques. También utilizaban trineos tirados por más perros que en el caso de los esquimales.

Hoy los sami están asimilados a la vida moderna. La instalación de fronteras entre Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia entre los siglos XVIII y XIX dividió a los sami y los introdujo en culturas ajenas. En la actualidad, la mayoría de los sami vive en Noruega sin problemas de integración. Sus casas son cómodas y calientes y trabajan en hotelería, administración y turismo; pero los sami siguen fieles a su lengua, cultura y costumbres. Su capital social y cultural es Karasjok, un pueblo de 2.000 habitantes situado en un valle, en la provincia noruega de Finmark, cerca de la frontera finlandesa y a unos 250 kilómetros de Alta, ciudad a la que suelen dirigirse los jóvenes sami a seguir sus estudios.

Los samis eran chamanistas; los misioneros cristianos comenzaron la conversión de los samis en el siglo XIII y esto fue intensificado por la Reforma protestante en el siglo XVI; hoy la población sami es mayormente luterana.

Es difícil establecerlo con exactitud, pero se calcula que actualmente la población de esquimales supera las 100.000 personas y la población sami es algo mayor a 80.000 personas.

 

Nanuk, el esquimal (1922) [Español

 

 

 

 

 

 

 

La película “Nanuk, el esquimal” (“Nanook from the North”) es un extraordinario documental mudo dirigido por Robert Flaherty, filmado en 1922. Está considerado como el primer documental de la historia. En 1989 la película fue considerada “cultural, histórica y estéticamente significativa” y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.

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