Antecedentes familiares
Charles Robert Darwin nació el 12 de febrero de 1809 en Shrewsbury, antiguo asentamiento galés, situado en Inglaterra a unos 200 kilómetros al norte y al oeste de Londres, sobre el río Severn, y a poco más de 16 horas de recorrido en coche de caballos.
Su padre, Robert Waring Darwin, era un gigante de 150 kilos, médico prestigioso y con una gran clientela en su área de residencia.
Era una familia de médicos. Erasmus Darwin (1731-1802), abuelo de Charles, además de médico era poeta, filósofo e inventor, y asimismo Charles, su tío, era también médico.
Su madre se llamaba Sussanah Wedgwood y era hija del famoso Josiah Wedgwood, fabricante de las apreciadas porcelanas inglesas de colores azul y blanco. Sussanah era menuda, de salud delicada, y falleció a los 52 años, cuando Charles tenía solo 8. Este quedó entonces bajo el cuidado de su hermana Caroline, de 13 años, que pasó a administrar la casa. Otro hermano de Charles, Erasmus, era cinco años mayor y fue quien lo acompañaría años después a estudiar medicina en Edimburgo. Dos de sus otras hermanas se casaron con médicos.
Josiah Wedgwood, su tío materno, fue, más allá de los ya nombrados, el familiar más importante en la vida de Charles. Fue él su compañero en los viajes a Escocia, Irlanda, París y Ginebra en sus únicas salidas fuera de Inglaterra antes de la vuelta al mundo.
Después de retornar con el Beagle, Charles Darwin no salió nunca más de Inglaterra, muy probablemente debido a sus enfermedades.
Una investigación acerca de la familia Darwin arroja resultados sugestivos: el abuelo Erasmus y el tío Charles eran tartamudos, al igual que su abuelo materno y su querido tío, ambos llamados Josiah. Asimismo, los Wedgwood tenían cargados antecedentes de depresiones neuróticas y suicidio.
Robert Darwin, el padre, era una figura imponente: “El hombre más grande que jamás haya visto”, escribió Charles. Era paternal, autoritario y cariñoso, y aparentemente no permitió que se procesase adecuadamente el duelo por la muerte de su esposa. “Es un ángel que se ha ido al cielo, estará siempre con nosotros y no se hable más de ella”. Sussanah, su madre, y el hermano Erasmus tenían una salud delicada. La primera había quedado prácticamente inválida después de los sucesivos partos y su hermano mayor vivió muchísimos años permanentemente enfermo.
Sus días finales
Charles Darwin tuvo su primer ataque cardíaco en 1873, poco después de ser publicada la sexta edición de El origen de las especies.
Se caracterizó por un cuadro agudo, rápido, y alarmante de disnea, con opresión precordial, sudoración, palpitaciones y lipotimia. En la ocasión fue asistido por el Dr. Clark, al igual que en un episodio similar, aunque más grave, acontecido ocho años después, en 1881. Este último comenzó con palpitaciones, dolor torácico importante y pérdida de conocimiento. Fue tratado con nitrito de amilo.
Los autores concuerdan en que este cuadro puede haber sido un infarto de miocardio. Ante el pesimismo de Clark respecto al pronóstico, el paciente fue trasladado a Londres para una mejor atención. Mejoró, pero pocos meses después sufrió angor pectoris, donde cada esfuerzo era seguido de dolor torácico. “Se acerca el final de mi camino”, le expresó a un amigo. Aun en esa condición tuvo fuerzas para publicar su libro sobre las lombrices y el manto vegetal en octubre de 1881. En ese período fue atendido por el Dr. Allfrie, un cirujano consultante, y por el Dr. Moxon, del Guy’s Hospital, los mismos médicos que lo asistieron en su lecho de muerte.
Finalmente, el 15 de abril de 1882 comenzó con una arritmia severa, mareos y pérdida de conocimiento. Fue tratado con opio y tres cucharaditas de whisky. La muerte se produjo serenamente a las tres y media de la tarde del 19 de abril de 1882. “No temo morir” fueron sus últimas palabras. Sir Arthur Keith, curador de Down House, expresó que en su opinión se trató de una trombosis coronaria.
El cuerpo fue transportado desde su residencia hasta la abadía de Westminster en un carro fúnebre tirado por cuatro caballos. En un ataúd hecho de roble sin pulir fue enterrado el 26 de abril a las 11 de la mañana, rodeado de sus familiares y amigos íntimos, en una solemne ceremonia a la cual asistieron el speaker del Parlamento, el alcalde de Londres, el canciller de la Universidad de Oxford, los presidentes de la Royal Society, la Geographical Society, la Geological Society y el College of Surgeons, el decano de Christ’s Church, el director del Colegio Shrewsbury y representantes diplomáticos de Francia, España, Italia y Estados Unidos.
A su expreso pedido, en su tumba, ubicada frente a la de Isaac Newton, no hubo inscripción alguna, más allá de las fechas de nacimiento y muerte.