Emilio Salgari, el pirata de Verona

Emilio Salgari nació en Verona, en una familia de modestos comerciantes. Desde muy pequeño, tuvo el deseo de explorar los mares y después de la escuela regular, asistió a la escuela técnica y náutica “Paolo Sarpi” en Venecia. Pero su rendimiento académico era demasiado pobre, y nunca se graduó. Comenzó su carrera de escritor como reportero en “La Valigia” de Milán en 1883, y más tarde en el diario “La Nuova Arena” de Verona.

Salgari hizo un solo viaje por mar en su vida, un viaje de tres meses desde Verona a Brindisi a bordo de un barco mercante. Cuando regresó, les mostró a sus amigos diversos artefactos de sus travesías en el Lejano Oriente, artefactos que en realidad había comprado a distintos vendedores a lo largo de la costa italiana. La leyenda había comenzado; una leyenda que él promovería y defendería por el resto de su vida.

En “La Nuova Arena”, Salgari publicó su primera historia en serie, Los Tigres de Mompracem, una historia de amor y aventura que dio lugar a sus personajes más legendarios: Sandokan, un pirata, conocido como El Tigre de Malasia, Marianna, su amada, y Yáñez de Gomera, el leal amigo de Sandokan, un aventurero portugués imperturbable que fuma incansablemente y se basa en él mismo. Más tarde sería editado y reeditado como Le Tigri di Mompracem, traducido a numerosos idiomas y popularizado en todo el mundo.

A medida que sus poderes narrativos crecieron, también lo hizo su reputación de haber vivido una vida llena de aventura. Algo que comparte también con el famoso escritor alemán de historias de aventuras, Karl May. Salgari afirmó haber explorado el desierto de Sudán, haberse reunido con Buffalo Bill en Nebraska (en realidad lo había visto durante su gira “Wild West Show” de Italia en Verona) y navegar los siete mares. Del mismo modo, Karl May afirmó haber vivido una vida como los héroes en sus historias. Las primeras biografías de Salgari estaban llenas de aventuras ambientadas en el Lejano Oriente, aventuras que, según él, eran la base de gran parte de su trabajo. En realidad, Salgari nunca se había aventurado más allá del mar Adriático.

Pero a millones de lectores de todos los lugares del mundo les fascinó las “noches tormentosas”, los terribles huracanes “que sacuden con violencia a los botes pequeños como pajitas” y los enfrentamientos, los duelos, los cañones humeantes, gaviotas que planean el agua y los veleros que surcan mares tormentosos luchando contra olas gigantes.

Al principio de su carrera, comenzó a firmar sus cuentos como “Capitán Salgari”, un título que una vez defendió en un duelo cuando fue cuestionado. De carácter irascible, cuentan las crónicas que enfadado por el desprecio que manifestó por su trabajo un periodista italiano, Giuseppe Biasoli, lo retó a duelo. Todo terminó cuando Emilio le propinó una paliza importante que le valió pasar seis meses en la cárcel.

La vida privada de Salgari se vio empañada por varias tragedias. En 1889 su padre se suicidó. Su esposa Ida se enfermó después de 1903 y la batalla de Salgari aumentó con sus gastos médicos. Estos eventos lo hundieron en la depresión, que se tradujo en un intento de suicidio en 1910. Salgari tenía millones de lectores, pero nunca logró el éxito financiero y la estabilidad que merecía. Sus editores, aprovechando sus pobres habilidades en los negocios, lo dejaron casi indigente. Después de que Ida se internara en una institución mental en 1911, Salgari se sintió abrumado y se quitó la vida poco después, imitando el ritual japonés del seppuku, y murió el 25 de abril de 1911. En una carta que dejó a su editor, escribió: “A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semimiseria o aún peor, sólo os pido que en compensación por las ganancias que os he proporcionado, os ocupéis de los gastos de mis funerales. Os saludo rompiendo la pluma”.

Salgari escribió más de 200 historias y novelas de aventuras, ubicando sus cuentos en lugares exóticos, con héroes de una gran variedad de culturas. Aunque casi desconocido para el mundo de habla inglesa, sus obras han sido traducidas a siete idiomas.

El estilo de Salgari fue imitado por muchos, pero ningún otro escritor de aventuras italiano logró su éxito popular.

“En el verano de 1904, a los cinco años, mi madre me regaló The Black Corsair y The Pirates of Malaysia, libros que aún poseo hasta hoy. Así que a los cinco años entré en esos mundos exóticos que Salgari creó en sus numerosas novelas. Creo que incluso preferí esas historias a las obras más populares y sofisticadas de Julio Verne”.

Jorge Luis Borges

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