El Zorro, la historia real detrás de la exitosa tira de TV

Parte del encanto del Zorro, es su doble faceta de señorito rico y refinado, quien ante la injusticia se convierte en un enmascarado que sabe esgrimir el sable cuando se trata de defender al pueblo de los excesos de un régimen como el colonial español de California.

El primer episodio del Zorro se filmó en 1957 y el último en 1961. Contó con el papel protagónico de Guy Williams (llamado Armando Joseph Catalano) actor de ascendencia italiana y encantadora sonrisa, que aprendió esgrima con un campeón belga de florete, y a instancias del mismo Disney, tomó lecciones de guitarra para construir un Diego de la Vega más convincente. Y a tal punto lo logró, que la “Z” pasó a ser sinónimo de justicia.

Guy Williams después de trabajar en otras series conocidas como fue “Bonanza” y “Perdidos en el espacio”, recibió un ofrecimiento para venir a la Argentina donde filmó junto a Jorge Porcel, Carlitos Balá, Mirtha Legrand y Alberto Olmedo. Su eterno contrincante era Fernando Lúpiz, quien había tomado clases de esgrima para trabajar junto al Zorro.

https://www.youtube.com/watch?v=LY4rASclHns

el zorro

 

 

 

 

 

 

 

Además, existió la posibilidad de filmar una película producida por Palito Ortega que no llegó a concretarse. Sin embargo, a Guy Williams le encantó Buenos Aires, y se quedó a vivir en esta ciudad en el barrio de Recoleta, donde era habitual verlo tomar un café en la Biela, hasta que una embolia cerebral puso fin a su carrera.

La serie contó con 78 episodios que se basaron en el personaje creado en 1919 por Johnston McCulley, periodista y escritor, quien se basó en la vida del bandido Joaquín Murrieta, llamado “El Robin Hood del Dorado”.

Joaquín Murrieta nació en Sonora, México, pero en 1850 abandonó la hacienda familiar atraído por la fiebre del oro en California.

Como muchos latinos, viajó a esa parte del mundo en busca del precioso metal, este hecho motivó persecuciones xenófobas contra mexicanos, chilenos y peruanos que trabajaban en dichas minas.

El gobernador Persifor Frazer Smith ordenó la expulsión de todos los extranjeros, quienes si se resistían terminaban siendo ejecutados.

Imposibilitado de ganarse la vida honestamente, Joaquín Murrieta formó una banda especializada en robar o asesinar a gringos, o a los chinos que trabajaban para ellos por salarios miserables.

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Joaquín Murrieta.
Joaquín Murrieta.

 

A lo largo de 3 años, Murrieta y su socio Manuel García (más conocido como “Juan Tres dedos”) robaron más de 100.000 dólares, casi 100 caballos y asesinaron a 19 personas (chinos la mayoría de ellos) además de tres alguaciles.

En 1853, el nuevo gobernador de California creó un grupo de Rangers comandados por Harry Love, a quiénes le ofrecieron una jugosa recompensa por capturar a Murrieta y los suyos.

Después de varios meses de búsqueda, los Rangers dieron con Murrieta y García, a quienes asesinaron en un tiroteo. Al primero le cortaron la cabeza, y al segundo (Juan García Tres dedos) sólo hizo falta cortarle la mano para identificarlo.

Estos trofeos fueron suficiente evidencia para que la ley le pagase la recompensa, aunque como suele acontecer con estos personajes, entre la mítica y la realidad, existieron muchas personas que juraron haber visto a Murrieta después de su muerte.

Casi al mismo tiempo, la leyenda se convirtió en literatura y un tal John Rollin Ridge (quién afirmaba ser cherokee) escribió el primer libro de Murrieta, donde aparece como un mexicano perseguido, con su familia destruida por los norteamericanos, a quienes asesina para vengar las afrentas sufridas. El libro era también una retaliación lírica por la derrota sufrida por México en 1847, durante la guerra con los Estados Unidos.

Murrieta pasó rápidamente de bandido a héroe, de ladrón a luchador social. No sólo lo ayudó la literatura sino los muchos corrillos que cantaban las injusticias vengadas.

Una edición francesa del libro de Ridge (“Un bandit californien” de Robert Hyenne) afirma que Murrieta había nacido en Chile y de esta forma se convierte en fuente de inspiración de un poema de Pablo Neruda relatando la vida y desventuras “de un bandido chileno injusticiado en California”.

Además de libros y canciones, los soviéticos compusieron una ópera sobre el tema (llamada “Estrella y muerte de Joaquín Murrieta”, compuesta en 1982 por Rybnikov y Grushko) pero evidentemente fue la serie del Zorro, la que más popularidad le otorgó a este personaje, un forajido quien bajo la excusa de vengar injusticias xenófobas, recurre al robo y a la violencia repartiendo sus cuantiosos botines entre sus paisanos (sean estos chilenos o mexicanos) para comprar su silencio, como lo hacía el legendario bandido en los bosques de Sherwood. Para muchos se ha convertido en el símbolo de la resistencia latinoamericano ante la dominación económica y cultural de los sajones, aunque cuando vemos a Diego de la Vega peleando con el sargento García no tenemos esa impresión.

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