Noviembre de 1582, una cámara interior en la fortaleza del Kremlin Moscú. Cuatro astrólogos de la corte se encuentran postrados ante el trono de Iván el terrible: a un leve gesto del Zar, uno de ellos sin incorporarse murmura con voz trémula su vaticinio: “Iván Zar de todas las Rusias falleciera el 18 de marzo de 1584”.
Al rato y con voz impasible Iván le contesta, “han pronosticado ustedes como les pedí cuál será la fecha de mi deceso, de no ocurrir como lo dicen sus astros, les haré quemar vivos”. Temblando de pavor, los videntes se retiran convencidos de que una muerte terrible les espera ya que esa fecha que dieron al mandatario había sido escogida por ellos al azar y para salir del paso.
El terror de los astrólogos era compartido por toda la nación Rusa, ya que Iván el terrible quien se había coronado Zar en 1547, ejercía el poder con una crueldad absoluta, tan sanguinaria que nadie estaba a salvo de su iracunda furia.
Una breve secuencia de la vida de Iván el terrible
Tras ser coronado, Iván el Terrible había escogido como esposa a Anastasia Zajárina, perteneciente a la rancia estirpe Romanov. Dando así, inicio a una dinastía de zares que culminó trágicamente con la muerte de otra Anastasia Romanov, – hija del Zar Nicolás II – en un sótano de Ekaterinburgo entre el 16 y 17 de julio de 1918.
La esposa de Iván falleció en 1560, a partir de ese momento el carácter del Zar -de por sí impredecible y con tendencia sanguinarias- se torno monstruoso. Cada día cientos de ciudadanos eran torturados ante Iván y su hijo con sistemática regularidad, hasta que más de 60.000 hombres mujeres y niños perecieron.
Ni su propio hijo, muy parecido a él, escapo a la orgía de sangre, cierto día y por atreverse a contrariarle, le partió el cráneo con un centro de oro que siempre cargaba, uno de sus lugarteniente favoritos, Iván IV Vasílievich, fue obligado a presenciar la violación de su esposa e hija antes de ser descuartizado.
El momento final había llegado para Iván el terrible
Cuando por fin llegó la fecha anunciada por los astrólogos para su muerte, los videntes fueron encadenados a un pilar para ser quemados vivos si Iván el terrible no fallecía, pero, faltando soló 18 minutos para la medianoche de aquel 18 marzo de 1584, Iván el terrible, sufrió un repentino e inesperado espasmo cayendo hacia atrás.
Cuando todos corrieron a auxiliarle ya había muerto por fractura del cráneo, no cabe duda de que los primeros sorprendidos fueron los astrólogos, pues como ya se escribió previamente, habían escogido aquella fecha al azar y soló para acatar los deseos del mandatario.
Jamás les pasó por la mente que aquella profecía errada, como todas las que hacen algunos cultores del horóscopo, se cumpliría con macabra exactitud, creando una de los momentos mas insólitos de la historia.