El hecho de que Perón tuvo varios amigos nazis muy consustanciados con la causa hitlerista no es ninguna novedad. Seguramente Ludwig Freud fue el más importante de ellos.
Para 1936, el entonces mayor Juan Domingo Perón fue destinado al codiciado puesto de agregado militar ante el Gobierno de Chile; así fue que el joven oficial y “Potota” Tizón, su primera esposa, se radicaron en Santiago.
De acuerdo al historiador Adrian Pignatelli, autor del excelente libro “El espía”, el siempre sonriente agregado argentino pronto cautivó a gran parte de la sociedad chilena. El empresario alemán August Siebrecht, presidente del Club Alemán y de la Cámara de Comercio Chileno-Alemana, pronto se convirtió en una persona cercana al futuro general; incluso se dice que formó parte la red de espías que el argentino estaba comenzando a montar por aquellos tiempos en Chile.
Pignatelli entrega en su libro varios datos sobre Siebrecht: Nacido en 1898 en Hessen, llegado a Argentina en 1927 a bordo del vapor “Vera” y radicado en Chile en 1932. Se desempeñó allí como presidente de la AEG, por lo que no hay duda de que era un tipo importante. Se dice que espiaba para el servicio secreto alemán, como tantos otros empresarios en Argentina para aquellos años.
Pero se pueden recopilar aún más datos sobre este personaje. Revisando los archivos del partido nacionalsocialista, vemos que hay más información. Siebrecht era miembro del lNSDAP chileno, no del grupo de chilenos fascistas, sino de la célula local del partido de Hitler, el Landesgruppe. Su número de carnet era el 2141221, se afilió el 1 de octubre de 1934 y según el partido nació en la ciudad de Kassel . Su domicilio era la Av. Ricardo Lyon 127, Santiago (actual París Plaza Lyon).
Perón dejó Chile antes de la guerra, justo a tiempo para “despegar” del grave episodio del espionaje. Siebrech tuvo grandes problemas para 1945, cuando fue deportado a Estados Unidos, pero el futuro presidente argentino no se olvidó del nazi caído en desgracia. Allegados muy cercanos a Perón rescataron al alemán de su celda americana, quien así logró reingresar a la Argentina en 1947.
¿Qué hizo Siebrech una vez a salvo en Argentina? Se fue a trabajar a la empresa Capri, propiedad de Carlos Fuldner, donde tendría de compañero de trabajo a un tal Adolf Eichmann.
El 3 de junio de 1954, el famoso piloto de Stukas Hans Ulrich Rudel solicitó certificado de buena conducta para viajar a Alemania y a Brasil (San Pablo). En aquella oportunidad mencionó como personas conocidas a E. Fritsch y Dr. Augusto Siebrecht, domiciliado en French 3085, Capital Federal.