STALINGRADO: El infierno helado

La ofensiva final sobre Stalingrado comenzó a finales del verano de 1942, en el marco de la Operación Fall Blau, que tenía la misión de capturar los pozos de petróleo del Cáucaso, una meta esencial para el III Reich, ya que Alemania carecía de combustibles fósiles, y debía recurrir al uso de combustible sintético a partir de la madera, técnica concebida por el Premio Nobel, Friedrich Bergius (que terminó sus días en Buenos Aires como funcionario del gobierno del general Juan D. Perón).

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<div id=Una columna de tanques y otros vehículos blindados de la Panzerwaffe, cerca de Stalingrado, 1942

 

A pesar de los feroces bombardeos de la Luftwaffe que redujeron la ciudad a escombros, la resistencia soviética se aferró a la margen oeste del Volga, enviando desde sus orillas millones de hombres a enfrentar a los alemanes.

La contraofensiva de los ejércitos rusos, encabezada por el general Vasili Ivánovich Chuikov, lograron formar un cerco alrededor de la ciudad, aislando al 6to. Ejército del general Friedrich Wilhelm Ernst Paulus, al mando de 250.000 hombres.

Además del avance masivo de hombres y tanques cruzando en oleadas el Volga, Chuikov desplegó una serie de francotiradores que inmovilizaban y desmoralizaban a las tropas alemanas. Entre ellos se destacó un joven oriundo de los Urales, Vasili Grigórievich Záitsev, responsable de haber muerto a 225 soldados alemanes, incluidos 11 francotiradores (el equipo que el capitán Záitsev lideraba incluía a Tania Chernova, nacida en los Estados Unidos).

El duelo que mantuvo con el teniente coronel Heinz Thorvald dio origen a la película Enemigo al acecho dirigida por Jean-Jacques Annaud, y estrenada en marzo de 2001.

Enemy at the Gates (2001)

 

 

 

 

 

 

 

 

Los rusos no solo temían las consecuencias de la pérdida de Stalingrado, sino la represalias a las que serían sometidos por las mismas autoridades soviéticas. Chuikov lo había dicho claramente al hacerse cargo: “Resistir o morir”. Los soldados llegaban de los lugares más recónditos de Siberia y Mongolia, y peleaban sin armas, sin comida ni agua, atacando a los alemanes con puños y cuchillos. Todo era poco para contener el avance de los invasores.

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<div id=Un tigre brutalmente empalado aparece sobre el lema: Matar a la bestia alemana. Destruir al ejército de Hitler.

 

Algunos destacamentos alemanes sufrían pérdidas de más del 50 % de sus efectivos y aunque los rusos perdían más hombres, el 6to. Ejército no podía reemplazar a los caídos.

La aviación soviética bombardeaba día y noche las posiciones alemanas, de forma tal que no les permitía descansar. El frío y el constante hostigamiento por ataques cuasi suicidas, convirtió a esta batalla en lo que daban en llamar, “La guerra de ratas”.

Los cadáveres pronto se acumularon bajo los escombros de la ciudad que cubrió la atmosfera de una miasma pútrida. Las epidemias, la disentería y neumonía diezmaban a los hombres.

El Volga, constantemente vigilado por los alemanes para evitar el hostigamiento de los rusos desde su refugio conocido como “Casa de los Especialistas”, pronto se llenó de cadáveres que flotaban hacia el mar Caspio. Cuatro mil soldados morían por día.

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Soldados soviéticos combatiendo entre las ruinas de la ciudad.
Soldados soviéticos combatiendo entre las ruinas de la ciudad.

 

Con el comienzo del invierno, los soviéticos atacaron los flancos de 6to. Ejército. El primer cuerpo en caer fue el de los rumanos, adjuntos al ejército alemán. Si bien el 6to. Ejército podría haberse replegado, el Führer en uno de sus típicos ataques de furia, prohibió la retirada. Influenciado por Hermann Göring, Hitler pensaba que con un puente aéreo podría abastecer a las tropas sitiadas. El clima extremo conspiró contra este plan. Los vuelos apenas podían llegar a las pistas de aterrizaje, bajo constante ataque soviético. El general Walther Kurt von Seydlitz-Kurzbach optó por forzar un sector del bloqueo ruso, para abrir una brecha. Pero el ataque fue un fracaso y no hubo prisioneros.

La inacción y las epidemias empezaron a hacer estragos entre las tropas alemanas. Cuando más desesperada era la situación, Hitler decidió nombrar a Paulus Mariscal de Campo, porque ningún mariscal de campo alemán se había rendido jamás… A Paulus le cupo el dudoso honor de ser el primero. En una reunión de alto mando, Paulus les confesó a sus subalternos que no pensaba suicidarse, y les ordenaba que ninguno de sus oficiales debería tomar esa decisión, ya que habían luchado de la mejor forma posible y habían sido derrotados después de resistir a un enemigo que los triplicaba en número y era asistido por el terrible “General Invierno”, el más temido aliado de los soviéticos.

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Friedrich Paulus.
Friedrich Paulus.

 

Cuando todo hacía considerar una inminente rendición, el general von Manstein del ejército del Don, se dispuso a romper el cerco, avanzando desde dos frentes, pero cuando estaban a solo 50 Km. de su objetivo, una ofensiva soviética con cientos de tanques, obligó a Manstein a retirarse. Con esta derrota y la caída del aeropuerto de Pitomnik, las posibilidades de subsistir se diluyeron. Ya no podían cuidar a los enfermos, que eran abandonados a la intemperie para que muriesen congelados.

Solo 91.000 de los 250.000 hombres del 6to. Ejército se rindieron el 2 de febrero. De ellos apenas volvieron 6.000 a Alemania, después de un largo cautiverio.

Diez mil soldados alemanes resistieron la orden de rendirse y sostuvieron sus posiciones. Para marzo ninguno había sobrevivido.

Paulus fue hecho prisionero y en 1946 testimonió en contra del régimen nazi durante los Juicios de Núremberg. En los últimos años de su vida actuó como asesor del Instituto de Investigaciones Históricas militar. Murió justamente un 1ero. de febrero de 1957, casi 14 años después de su rendición.

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Tanquistas rusos, ataviados con uniforme de camuflaje de invierno, aceptan ansiosamente un manjar de guerra (chocolate) que les pasa una mujer en el nevado frente de la Unión Soviética.
Tanquistas rusos, ataviados con uniforme de camuflaje de invierno, aceptan ansiosamente un manjar de guerra (chocolate) que les pasa una mujer en el nevado frente de la Unión Soviética.

 

 

 

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