Luigi Pirandello era hijo de un comerciante de azufre que quería que su hijo entrara en el negocio. Luigi, sin embargo, no estaba interesado en el comercio; quería estudiar. Primero fue a Palermo, la capital de Sicilia, y, en 1887, a la Universidad de Roma. Después de una pelea con el profesor de literatura clásica de esa institución, fue en 1888 a la Universidad de Bonn, Alemania, donde en 1891 obtuvo su doctorado en filología mediante una tesis sobre el dialecto de Agrigento.
En 1894, su padre concertó su matrimonio con Antonietta Portulano, hija de un socio suyo, un rico comerciante de azufre. Este matrimonio le otorgó a Luigi independencia financiera, permitiéndole vivir en Roma y escribir. Ya había publicado un primer volumen en verso, Mal giocondo (1889), un homenaje a la poética de Giosuè Carducci . A esta publicación la sucedieron otros volúmenes en verso, incluyendo Pasqua di Gea (1891; dedicado a Jenny Schulz-Lander, el amor que había dejado en Bonn) y una traducción de Roman Elegies de Goethe. Pero sus primeras obras significativas fueron cuentos, que al principio aparecían como colaboraciones en periódicos.
En 1903, un desprendimiento de tierra cerró la mina de azufre en la que se había invertido el capital de su esposa y de su padre. De repente pobre, Pirandello se vio obligado a ganarse la vida no solo escribiendo sino también como profesor de italiano en la universidad de Roma. Como resultado del desastre financiero, su esposa desarrolló una manía de persecución, que se manifestó muy rápidamente en la relación con su marido. Su tormento continuó con el traslado a un sanatorio en 1919, en el que terminaría sus días, cuarenta años después. Esta amarga experiencia determinó el objeto del trabajo más característico de Pirandello, ya perceptible en sus primeros cuentos: la exploración de un mundo estrechamente cerrado a la personalidad humana en constante cambio.
El estilo narrativo de Pirandello deriva del verismo (“realismo”) de dos novelistas italianos de finales del siglo XIX: Luigi Capuana y Giovanni Verga. Los títulos de las primeras colecciones de cuentos de Pirandello: Amori senza amore (1894; “Amores, sin amor”) y Beffe della morte e della vita (1902-03; “El chiste de la vida y la muerte”) – sugieren la naturaleza irónica de su tipo de realismo que se ve también en sus primeras novelas: L’esclusa y Il turno. El éxito llegó con su tercera novela, a menudo aclamada como su mejor obra, Il fu Mattia Pascal (1904; La difunta Mattia Pascal). Aunque el tema no es típicamente “pirandelliano”, ya que los obstáculos a los que enfrenta su héroe son el resultado de circunstancias externas, emerge la aguda observación psicológica que luego se dirigió hacia la exploración del subconsciente de sus personajes.
La comprensión de Pirandello de la psicología se agudizó al leer obras como Les altérations de la personnalité (1892), del psicólogo experimental francés Alfred Binet; y vestigios de su influencia se pueden ver en el largo ensayo L’umorismo (1908; En Humor), en el que examina los principios de su arte. Común a ambos libros es la teoría de la personalidad subconsciente, que postula que lo que una persona sabe, o cree que sabe, es la menor parte de lo que es. Pirandello había comenzado a centrar sus escritos en los temas de la psicología incluso antes de conocer la obra de Sigmund Freud. Los temas psicológicos utilizados por Pirandello encontraron su expresión más completa en los volúmenes de cuentos La trappola (1915; “La trampa”) y E domani, lunedì. . . (1917; “Y mañana, lunes …”), y en historias individuales como “Una voce”, “Pena di vivere così” y “Con altri occhi”.
Pirandello escribió más de 50 obras. Quizás sus aportes más importantes hayan sido: Seis personajes en busca de un autor, la presentación más llamativa del típico contraste pirandelliano entre el arte, que es inmutable, y la vida, que es un flujo inconstante. Los personajes que han sido rechazados por su autor se materializan en el escenario, palpitando con una vitalidad más intensa que los actores reales, quienes, inevitablemente, distorsionan su drama al intentar su presentación. Y Enrique IV, que habla sobre la locura que se encuentra justo bajo de la piel de la vida ordinaria y es, quizás, superior a la vida ordinaria en su construcción de una realidad satisfactoria. La obra encuentra una fuerza dramática en la elección de su héroe de retirarse a la irrealidad en lugar de la vida en el mundo incierto.
La producción de Seis personajes en París en 1923 hizo que Pirandello fuera ampliamente conocido, y su trabajo se convirtió en una de las influencias centrales del teatro francés. El drama francés, desde el pesimismo existencialista de Jean Anouilh y Jean-Paul Sartre hasta la comedia absurda de Eugène Ionesco y Samuel Beckett, está teñido con el “pirandellianismo”. Su influencia también se puede detectar en el drama de otros países, incluso en los dramas de versos religiosos de TS Eliot.
