El día que Madame Curie volvió a ser Maria Skłodowska

El contexto

No fue una activista por la igualdad ni militó en el nacionalismo polaco. Sin embargo, su actividad científica puso a la mujer a la altura del hombre en la ciencia y situó a su país de origen, en aquel momento un zarato del Imperio Ruso, en un lugar destacado en la tabla periódica de elementos. Maria Skłodowska, que ha pasado a la historia como Marie Curie -o directamente como Madame Curie-, tomando el apellido de su marido, Pierre Curie, no sólo fue la científica más destacada de principios del siglo XX, sino de la historia reciente.

Sus investigaciones le valieron primero el premio Nobel de Física de 1903, que compartió con Pierre Curie y el físico francés Henri Becquerel por su descubrimiento de la radiactividad, y el Nobel de Química de 1911, ya en solitario, por el descubrimiento de dos elementos radiactivos, el radio y el polonio, que marcaron desde el nacimiento de los Rayos X al inicio de la física nuclear tal y como la conocemos hoy.

Skłodowska llegó a París siguiendo los pasos de su hermana Bronia ante la imposibilidad de estudiar en la Universidad de Varsovia, que no admitía mujeres. En la Sorbona pudo licenciarse en Física en 1893 y en Matemáticas en 1894 con ayuda de una beca y entrar por méritos propios en los principales círculos científicos franceses. Fue así como conoció al que se convertiría en su marido y compañero de investigaciones, Pierre Curie. De él adoptó el apellido y la nacionalidad al casarse pese a que su intención siempre fue regresar a Polonia. Su arraigo con la cultura eslava hizo que a sus dos hijas siempre les hablase en polaco.

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Pierre y Marie Curie fueron pareja en la vida y en el laboratorio.

Pierre y Marie Curie fueron pareja en la vida y en el laboratorio.

El fallecimiento de Pierre Curie en 1906 tras ser arrollado por un carruaje en París marcó un antes y un después en su vida y en su carrera, aunque siguió investigando y volvió a ser merecedora del Nobel. Sin embargo, un episodio ajeno a la ciencia marcó su trayectoria: Maria fue acusada de adulterio por mantener una relación con un científico que investigaba en su laboratorio, Paul Langevin. Se trataba, además, de un hombre casado, aunque al parecer se encontraba separado en el momento de la relación.

De un día para otro, Marie Curie pasó a ser una judía polaca adúltera para buena parte de la opinión pública francesa y, lógicamente, se pusieron en duda sus reconocimientos científicos, que muchos atribuyeron al desaparecido Pierre Curie. Incluso se llegó a especular si el reconocido científico no habría decidido suicidarse por despecho. Ante las recomendaciones de parte de la sociedad científica francesa de que no acudiese a la ceremonia de la Academia Sueca, Maria siguió el consejo de quienes le aconsejaban que aquella era una buena oportunidad para reivindicar su papel como científica, entre ellos un prácticamente desconocido Albert Einstein.

Skłodowska remitió una carta a la Academia sueca en los siguientes términos: “El premio me lo dieron por el descubrimiento del radio y el polonio. Por lo que no puedo aceptar que la apreciación del mérito de un trabajo científico pueda verse influenciado por las difamaciones y calumnias en relación a mi vida privada”.

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Maria Skłodowska Curie posa junto a cuatro estudiantes francesas en 1912

Maria Skłodowska Curie posa junto a cuatro estudiantes francesas en 1912

En Estocolmo, la laureada científica no dejó de seguir los consejos de sus amigos y colegas y reivindicar su papel en los descubrimientos que se atribuían principalmente a su difunto marido. Sin obviar y agradecer su papel clave, pero dejando claro dónde había llevado ella misma la iniciativa en un discurso que ofrecemos íntegro en su primera parte.

Maria Skłodowska no dejó de investigar y participó en la Gran Guerra junto a su hija Irène, que también sería merecedora del Nobel, en los hospitales de campaña del Ejército Francés pese a las reticencias de militares y médicos. Sin embargo, las radiografías que se realizaron con los equipos de Rayos X portátiles que ella misma diseñó resultaron fundamentales para salvar muchas vidas de soldados en los que la metralla hacía estragos.

El discurso

“Hace unos 15 años, la radiación de uranio fue descubierta por Henri Becquerel, y dos años después el estudio de este fenómeno se extendió a otras sustancias, primero por mí, y luego por Pierre Curie y por mí misma. Este estudio nos llevó rápidamente al descubrimiento de nuevos elementos, cuya radiación, si bien era análoga a la del uranio, era mucho más intensa. A todos los elementos que emiten dicha radiación los he denominado radiactivos y la nueva propiedad de la materia revelada en esta emisión ha recibido el nombre de radiactividad.

”Gracias a este descubrimiento de sustancias radiactivas nuevas y muy poderosas, en particular el radio, el estudio de la radiactividad avanzó con una rapidez maravillosa: los descubrimientos se sucedieron en rápida sucesión y era obvio que una nueva ciencia estaba en curso de desarrollo. La Academia Sueca de Ciencias tuvo la amabilidad de celebrar el nacimiento de esta ciencia otorgando el Premio Nobel de Física a los primeros trabajadores en el campo, Henri Becquerel, Pierre Curie y Marie Curie (1903).

”A partir de ese momento, numerosos científicos se dedicaron al estudio de la radiactividad. Permítanme recordarles a uno de ellos que, por la certeza de su juicio, por la audacia de sus hipótesis y por las múltiples investigaciones realizadas por él y sus alumnos ha logrado no sólo incrementar nuestro conocimiento, sino también clasificarlo con gran claridad. Asimismo ha proporcionado una columna vertebral para la nueva ciencia en forma de una teoría muy precisa y admirablemente adaptada al estudio de los fenómenos. Me alegra recordar que Ernest Rutherford llegó a Estocolmo en 1908 para recibir el Premio Nobel como recompensa bien merecida por su trabajo.

”Lejos de detenerse, el desarrollo de la nueva ciencia ha seguido constantemente un curso ascendente. Y ahora, sólo 15 años después del descubrimiento de Becquerel, nos encontramos cara a cara con todo un mundo de nuevos fenómenos pertenecientes a un campo que, a pesar de su estrecha conexión con los campos de la física y la química, está particularmente bien definido. En este campo la importancia del radio desde el punto de vista de las teorías generales ha sido decisiva.

”La historia del descubrimiento y el aislamiento de este elemento ha proporcionado pruebas de mi hipótesis de que la radiactividad es una propiedad atómica de la materia y puede proporcionar un medio para buscar nuevos elementos. Esta hipótesis ha llevado a las teorías actuales de la radiactividad, según las cuales podemos predecir con certeza la existencia de unos 30 nuevos elementos que, en general, no podemos aislar ni caracterizar por métodos químicos. Suponemos también que estos elementos sufren transformaciones atómicas, y la prueba más directa a favor de esta teoría la proporciona el hecho experimental de la formación del elemento químicamente definido helio a partir del elemento químicamente definido radio.

”Mirando el tema desde este ángulo se puede decir que la tarea de aislar el radio es la piedra angular del edificio de la ciencia de la radiactividad. Además, el radio sigue siendo la herramienta más útil y poderosa en los laboratorios de radiactividad. Creo que es debido a estas consideraciones que la Academia Sueca de Ciencias me ha otorgado el gran honor de otorgarme el Premio Nobel de Química de este año.

”Por tanto, es mi tarea presentarles el radio en particular como un nuevo elemento químico, y dejar de lado la descripción de los muchos fenómenos radiactivos que ya se han descrito en las conferencias Nobel de Henri Becquerel, Pierre Curie y Ernest Rutherford .

”Antes de abordar el tema de esta conferencia, me gustaría recordar que los descubrimientos del radio y del polonio fueron realizados por Pierre Curie en colaboración conmigo. También estamos en deuda con Pierre Curie por la investigación básica en el campo de la radiactividad, que llevó a cabo en solitario en colaboración con sus alumnos.

”El trabajo químico destinado a aislar el radio en estado de sal pura, y caracterizarlo como un elemento nuevo, lo realicé especialmente yo, pero está íntimamente relacionado con nuestro trabajo común. Por lo tanto, siento que interpreto correctamente la intención de la Academia de Ciencias al asumir que la concesión de esta alta distinción está motivada por este trabajo común y, por lo tanto, rinde homenaje a la memoria de Pierre Curie.

”Les recordaré de entrada que una de las propiedades más importantes de los elementos radiactivos es la de ionizar el aire de sus alrededores (Becquerel). Cuando se coloca un compuesto de uranio sobre una placa metálica A situada frente a otra placa B y se mantiene una diferencia de potencial entre las placas A y B, se genera una corriente eléctrica entre estas placas; esta corriente puede medirse con precisión en condiciones adecuadas y servirá como medida de la actividad de la sustancia. La conductividad impartida al aire puede atribuirse a la ionización producida por los rayos emitidos por los compuestos de uranio.

”En 1897, utilizando este método de medición, realicé un estudio de la radiación de los compuestos de uranio, y luego extendí este estudio a otras sustancias, con el objetivo de averiguar si este tipo de radiación ocurre en otros elementos. Encontré así que de los demás elementos conocidos, solo los compuestos de torio se comportan como los compuestos de uranio.

”Me sorprendió el hecho de que la actividad de los compuestos de uranio y torio parece ser una propiedad atómica del elemento uranio y del elemento torio . Los compuestos químicos y las mezclas que contienen uranio y torio son activos en proporción directa a la cantidad de estos metales que contienen. La actividad no se destruye ni por cambios físicos de estado ni por transformaciones químicas.

”Medí la actividad de varios minerales; todos los que parecen radiactivos contienen siempre uranio o torio. Pero observé un hecho inesperado: ciertos minerales (pecblenda, calcolita, autunita) tenían una actividad mayor de la que cabría esperar en base a su contenido de uranio o torio. Por lo tanto, ciertas mezclas de brea que contienen 75% de óxido de uranio son aproximadamente cuatro veces más radiactivas que este óxido. La calcolita (fosfato cristalizado de cobre y uranio) es aproximadamente dos veces más radiactivo que el uranio.

”Esto contradecía las opiniones que sostenían que ningún mineral debería ser más radiactivo que el uranio metálico. Para explicar este punto preparé calcolita sintética a partir de productos puros y obtuve cristales, cuya actividad era completamente consistente con su contenido de uranio; esta actividad es aproximadamente la mitad que la del uranio.

”Entonces pensé que la mayor actividad de los minerales naturales podría estar determinada por la presencia de una pequeña cantidad de un material altamente radiactivo, diferente al uranio, el torio y los elementos conocidos en la actualidad. También se me ocurrió que si éste fuera el caso, podría extraer esta sustancia del mineral mediante los métodos ordinarios de análisis químico.

”Pierre Curie y yo llevamos a cabo esta investigación de inmediato, con la esperanza de que la proporción del nuevo elemento alcanzara varios por ciento. En realidad, la proporción del elemento hipotético era mucho menor y se necesitaron varios años para demostrar de manera inequívoca que la pecblenda contiene al menos un material altamente radiactivo, que es un elemento nuevo en el sentido que la química atribuye al término.

”Así, nos vimos llevados a crear un nuevo método de búsqueda de nuevos elementos, un método basado en la radiactividad considerada como una propiedad atómica de la materia . A cada separación química le sigue una medida de la actividad de los productos obtenidos, y de esta forma es posible determinar cómo se comporta la sustancia activa desde el punto de vista químico.

”Este método ha adquirido una aplicación general y es similar en algunos aspectos al análisis espectral. Debido a la gran variedad de radiaciones emitidas, el método podría perfeccionarse y ampliarse, de modo que permita, no sólo descubrir materiales radiactivos, sino también distinguirlos entre sí con certeza.

”También encontramos al utilizar el método considerado, que de hecho era posible concentrar la actividad por métodos químicos. Descubrimos que la pecblenda contiene al menos dos materiales radiactivos, uno de los cuales, que acompaña al bismuto, recibe el nombre de polonio, mientras que el otro, junto con el bario, se llama radio.

(…)

TEXTO EXTRAÍDO DEL SITIO: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20210212/6241352/madame-curie-maria-sklodowska.html#foto-3

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