Considerada como ‘la bomba brasileña’, Carmen Miranda (Marco de Canaveses, Portugal, 9 de febrero de 1909 – Beverly Hills, Los Ángeles, el 5 de agosto de 1955) fue la más exótica de cuantas estrellas latinas triunfaron en Hollywood, aunque su reinado fue efímero.
Su imagen fue creada por la 20th Century Fox en función de unas necesidades muy concretas. Durante la Segunda Guerra Mundial, el cine de Hollywood tenía cerrado el acceso a los mercados europeos, por lo que los magnates de Hollywood se plantearon abrir otros, y nada mejor que mirar hacia Latinoamérica. Para ello había que inventarse una estrella que respondiera, de la manera más tópica posible, de la imagen que se tenía en Hollywood de la mujer tropical, que además cantase y bailase de forma tan sensual como exótica.
María do Carmo Miranda da Cunha, más conocida como Carmen Miranda había nacido en Portugal, en el municipio de Marco de Canaveses. Cuando tenía diez meses de edad, su padre emigró solo a Brasil y se estableció en Río de Janeiro, donde abrió una barbería. Su madre lo siguió en 1910 con sus hijas Olinda (1907-1931) y Maria do Carmo. Aunque por necesidades familiares trabajó desde muy joven en diferentes oficios, ella quería ser cantante, cosa que logró en 1920, publicando un disco que se hizo muy popular en Brasil, vendiendo 36.000 copias, algo insólito para una época en que en el país apenas existían gramófonos. La canción le abrió rápidamente las puertas de teatros y cabarets.
Debut con ‘O Carnaval Cantado’
Su debut en el cine fue en 1932 con la película ‘O Carnaval Cantado’. Participó en diferentes películas musicales brasileñas hasta 1939. En 1940, Miranda hizo su debut en el cine estadounidense en la película ‘Down Argentine Way’, con Don Ameche y Betty Grable; sus ropas exóticas y acento latino se convirtieron en su marca registrada. Ese mismo año fue elegida la tercera personalidad más popular en Estados Unidos y fue invitada a actuar con su grupo, el Bando da Lua, para el presidente Franklin Roosevelt en la Casa Blanca. Pronto la Fox se planteó utilizarla como reclamo, buscando acentuar su exotismo, imponiéndole que hablase un inglés con acento latino muy caricaturesco, pese a que ella hablaba inglés perfectamente. Comenzó con personajes más secundarios, que, por sus ojillos chispeantes, su enorme boca y unos zapatos con suelas de ‘siete pisos’, ya que no era demasiado alta, se quedaban con el espectador. Ella era siempre ‘la otra’, pero una antagonista que ocupaba en los créditos un lugar tan importante como ‘la estrella’. Sus números musicales y sus aparatosos sombreros multicolores, muchos creados a base de frutas tropicales, con una presencia siempre enmarcada en decorados exóticos, se llevaron al espectador de calle. Y aunque llenas de tópicos, sus películas fueron acogidas en Latinoamérica con los brazos abiertos.
En 1941 protagonizó junto con Alice Faye y Don Ameche la película ‘That Night in Rio’, dirigida por Irving Cummings. Su siguiente película, ‘A La Habana me voy’, le dio un papel aún mayor junto a Alice Faye, John Payne y Cesar Romero. En 1942 protagonizó junto con Betty Grable ‘Secretaria brasileña’, película que recaudó 2 millones de dólares solamente en los Estados Unidos. ‘The Gang’s All Here’ de 1943 es considerado por muchos el trabajo principal de su carrera y la obra máxima del director musical Busbey Burkley. Miranda también participó en una serie de películas publicitarias sobre la Segunda Guerra Mundial.
Acabada la guerra y cansada de su estereotipo, Carmen Miranda compró su contrato con la Fox en 1946, buscando cambiar su imagen y asumir diferentes personajes en el cine. Fue el principio del fin. Una vez abiertos los mercados europeos al cine norteamericanos, interesaba muy poco una estrella latina, y su popularidad fue decayendo, aunque aún tendría un último éxito de taquilla, ‘Copacabana’ (1947), al lado de Groucho Marx, donde volvía a incidir en su estereotipo.
Carmen trató de reconstruir su identidad y escapar de los personajes folclóricos que sus productores y la industria le imponían, pero sin conseguir grandes avances. De hecho, pese a todos los estereotipos a los que se enfrentó a lo largo de su carrera, sus performances hicieron grandes avances en la popularización de la música brasileña, y al mismo tiempo abrió el camino para una mayor conciencia de la cultura latina.
La cantante y actriz falleció en Beverly Hills, el 5 de agosto de 1955 como consecuencia de un infarto tras una aparición en el programa de televisión ‘The Jimmy Durante Show’: tras completar un número artístico, la cantante sufrió un pequeño infarto. Jimmy Durante estaba a su lado y la ayudó a mantenerse en pie. Miranda sonrió, saludó al público y salió del escenario por última vez. Murió a la mañana siguiente, a la edad de 46 años.
Hoy, su imagen triunfa en los vodeviles, las drags queen la imitan, es un icono gay, sus discos se reeditan y su imagen con su enorme sombrero de frutas multicolores, es una poderosa imagen de la cultura popular del siglo XX.
Texto publicado originalmente en https://www.elcorreo.com/butaca/cine/lecciones-cine/carmen-miranda-efimera-20200105215242-ntrc.html