Capitán de navío: Hipólito Bouchard

Hipólito Bouchard nació en Saint-Tropez, Francia, el 15 de enero de 1780. En 1798 se puso al servicio de la marina francesa contra los ingleses, iniciándose así en la dura vida del mar. Tras realizar varias campañas en Egipto y en Haití, en 1809 llegó a Buenos Aires en un barco francés, sólo unos meses antes del comienzo de la Revolución de Mayo.

Liberal y antimonárquico, rápidamente se inclinó hacia la causa independentista argentina poniendo sus conocimientos navales a disposición de la Revolución. El 2 de marzo de 1811, en San Nicolás de los Arroyos, tuvo su bautismo de fuego defendiendo la bandera argentina, al enfrentarse a la escuadrilla realista. En marzo de 1812 se integró al Regimiento de Granaderos a Caballo, al mando de José de San Martín. Participó en la batalla de San Lorenzo, donde conquistó una de las banderas del enemigo. En premio a su valor, la Asamblea Constituyente le concedió la ciudadanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En 1813 contrajo matrimonio con Norberta Merlo, con quien formaría una familia.

Bouchard fue uno de los corsarios que cumplió un importante papel en las luchas por la independencia argentina. Entre sus acciones más relevantes se encuentran los asedios a las costas de California y Centroamérica, así como sus combates en las costas peruanas y ecuatorianas. Se caracterizó por un duro carácter que lo llevó a protagonizar varios incidentes con su tripulación y a tomar feroces represalias contra quienes se insubordinaban.

Una de las campañas más prestigiosas de Bouchard fue la realizada bajo las órdenes de Guillermo Brown, en la que asolaría las costas del Océano Pacífico, atacando El Callao y Guayaquil.

En 1820 Bouchard se encontraba en Perú sirviendo a la marina chilena, cuando Lord Cochrane se apoderó de los caudales depositados en los buques de guerra bajo su mando para cobrar los haberes adeudados, San Martín decidió crear la marina peruana de guerra para combatirlo y puso a Bouchard al mando de ésta.

Tras su retiro, se hizo cargo de la atención de las haciendas que le había adjudicado el gobierno peruano, San Javier y San José de la Nazca, donde funda un ingenio azucarero. Hacía tiempo que había perdido contacto con su familia porteña. Después de la expedición con Brown había convivido con su esposa apenas diez meses, y no llegó a conocer a su hija menor que nació después de que iniciara su expedición alrededor del mundo.

En sus haciendas trataba a sus esclavos con la misma dureza con la que trataba a su tripulación. Harto de sus castigos, uno de sus servidores le dio muerte el 4 de enero de 1837.

Los restos de Bouchard permanecieron perdidos hasta 1962, cuando fueron encontrados en una cripta ubicada en una parroquia de la ciudad de Nazca, en Perú. El 6 de julio de ese mismo año fueron exhumados y repatriados a Buenos Aires por una comisión formada por la Armada Argentina y la Armada de Perú.

 
Los restos de Bouchard descansan en el panteón viejo de la armada argentina en el Cementerio de Chacarita.

 

Los restos de Bouchard descansan en el panteón viejo de la armada argentina en el Cementerio de Chacarita.

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Extracto del libro Ángeles de Buenos Aires (Olmo Ediciones).

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