Andrew Jackson, séptimo Presidente de los Estados Unidos entre 1829 y 1837, será recordado en los libros de historia por muchos motivos, pero, sobre todo, como el inquilino que causó los mayores desperfectos en la Casa Blanca y, además, en dos ocasiones.
Jackson fue el primer presidente del recién creado Partido Demócrata-Republicano, que sería el embrión del actual Partido Demócrata de los Estados Unidos.
Fue tal su popularidad que a su toma de posesión acudieron más de 20.000 personas desde diversos puntos de todo el país. El nuevo presidente tras el juramento en el Capitolio se dirigió montado a lomos de un caballo blanco por Pennsylvania Avenue hasta su nueva residencia, donde, envuelto en la aclamación de los presentes, los invitó a acceder al interior como si de una jornada de “puertas abiertas” se tratase.
La avalancha de personas que se introdujeron en el edificio causó importantes destrozos en el mobiliario de la residencia. La gente se metió por todas las habitaciones, caminaron sobre los sillones y mesas. Algunos optaron por intentar llevarse alguna porcelana de recuerdo, otros entraban en las distintas estancias buscando a la Primera Dama.
Para vaciar la residencia de los “invasores”, se instalaron en el jardín del edificio presidencial unos barriles de wishky para invitar a todos los presentes (algunas fuentes indican que la bebida ofrecida era ponche de naranja). La medida fue un éxito, ya que en cuanto corrió la noticia de que había licor gratuito la casa se vació rápidamente.
Para cuando la residencia estuvo vacía el presidente Jackson ya no se encontraba en el lugar, ya que consiguió salir de allí por una ventana y se refugió en un hotel.
Todo este episodio ocasionó duras críticas hacia el nuevo presidente por parte de los políticos de la oposición.
Pero hubo una segunda ocasión en el que la Casa Blanca recibiría la avalancha de miles de personas.
A finales de 1836, unos meses antes de acabar su segundo mandato, recibió un original y oloroso regalo por parte del Coronel Thomas Meacham, un emprendedor agricultor de Sandy Creek (Carolina del Norte) que quiso obsequiar al popular y máximo mandatario del país con un queso elaborado con la leche de 150 vacas, cuyo peso era de 635 kilos (1.400 libras) y su medida de algo más de 3 metros de diámetro (11 pies).
Meacham trasladó el enorme presente en un carro tirado por 48 caballos engalanados con los colores de la bandera nacional y pancartas publicitando la población de Sandy Creek como centro de fabricación de dicho queso.
Andrew Jackson aceptó de buen grado el regalo y decidió compartirlo con todo aquel que quisiera acercarse hasta la Casa Blanca. El queso estuvo guardado y fermentando en la residencia presidencial durante unos meses y finalmente se decidió que la fecha idónea para comérselo sería el 22 de febrero de 1837, fecha en la que se conmemoraba el nacimiento de George Washington.
El presidente Jackson mandó publicar un anuncio el 20 de febrero en el que invitaba a todo aquel que quisiera asistir dos días después a la degustación de tan exquisito regalo.
Todo se dispuso para que aquellos que se acercasen hasta la Casa Blanca no pudieran acceder a su interior y causasen destrozos, como ya había ocurrido en la toma de posesión de 1829.
Más de 10.000 personas se personaron hasta el 1600 de Pennsylvania Avenue. Según las crónicas, se podía oler el queso a media milla (800 metros) del lugar en todas direcciones.
Pero el que pagó las consecuencias fue Martin Van Buren, octavo Presidente de los Estados Unidos y sucesor de Andrew Jackson, el cual tomó posesión del cargo el 4 de marzo de 1837 (un mes después de la fiesta) debido a que la residencia estuvo oliendo a queso durante muchísimo tiempo, ya que éste quedó impregnado en las alfombras, tapices, sillones, etc, de toda la Casa Blanca.
Cabe destacar que el camino hasta la Casa Blanca de Andrew Jackson estuvo lleno de altibajos. En la campaña por la presidencia de 1825 fue el candidato más votado pero una extraña alianza realizada por parte de su rival, John Quincy Adams, con el candidato que había quedado en tercer lugar hizo que Jackson no fuese presidente.
Otro capítulo interesante en la vida de Jackson es de cuando contaba 12 años. A esa temprana edad se alistó en la Milicia revolucionaria patriota que luchaba contra el Ejército Británico en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Fue capturado y hecho prisionero de guerra. Durante su cautiverio fue objeto del maltrato por parte de un oficial británico que llegó a causarle importantes heridas en la cabeza y dos dedos de su mano al agredirle con un sable al negarse el niño/prisionero Jackson a limpiarle las botas.
Texto extraído del sitio https://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/andrew-jackson-el-presidente-de-los-estados-unidos-que-destrozo-dos-veces-la-casa-blanca/