Alejandro Argentino Saúl Romay (1927 – 2015)

Alejandro Argentino Saúl nació en Tucumán en 1927 y adoptó el apellido Romay en homenaje a su ídolo futbolístico de la juventud: Juan Manuel Romay, de Independiente de Avellaneda.

De cuna humilde (“Mi padre repartía leche y supe lo que es pasar hambre”), aspiraba ser locutor radial, lo que se le dio siendo muy joven en LV 7 Radio Tucumán. Rápidamente avanzó en esa carrera y, en 1945 fue nombrado director de LV 12, actual Radio Independencia. Dos años después se trasladó a Buenos Aires, donde fue escalando posiciones. De locutor y presentador en Radio El Mundo, pasó a ser un empresario exitoso en el ámbito de las telecomunicaciones y el teatro.

Con la llegada masiva de la TV al país, Romay pasó al frente. En 1963 asumió como director general de LS83 Canal 9 de Buenos Aires, siendo su accionista mayoritario. Pero en 1974, el estado nacional decidió confiscar las estaciones de televisión del país, por lo que decidió irse al exterior. Se estableció en Puerto Rico donde adquirió dos emisoras radiales. Al retornar, resultó adjudicatario de la licencia del Canal 9 (con repetidora en Paraná). La entrega se hizo efectiva recién en 1984 y, como presidente de Telearte SA, le devolvió a la estación su liderazgo en el medio.

1966 Alejandro Romay levanta el programa Derecho a réplica

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Romay creó en Canal 9 innumerables éxitos televisivos con eje en las ficciones argentinas, llevando siempre como abanderados a Abel Santa Cruz y Alberto Migre.

Al frente del Canal, en los dos períodos (estuvo de 1963 al 74 y del 84 al 97) convirtió a la emisora en una de las más fuertes con ciclos como Música en Libertad, Alta comedia, Almorzando con Mirtha Legrand, El hombre que volvió de la muerte, Titanes en el ring, Feliz Domingo y Simplemente María.

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También fue el creador de hitos como “Teatro como en el teatro”, con Darío Vittori, “Titanes en el ring”, “Música en libertad” y “Alta comedia”, un ciclo que permaneció en el aire durante muchos años, con importantes actores de la escena, el cine y la TV argentinos.

Enemigo de las comisiones internas, prohibió toda actividad sindical en sus empresas, y con Canal 9 lideró la audiencia con novelas como “Amo y señor”, “Cosecharás tu siembra”, “La extraña dama”, “Más allá del horizonte”, “Ricos y famosos” y “Una voz en el teléfono”.

En su larga carrera fue el mentor de figuras como Atilio Marinelli, Raúl Taibo, Guillermo Andino, Pablo Echarri, Germán Kraus, Aldo Pastur, Marco Estell, Horacio Ranieri, Cristina Pérez, Carolina Papaleo y Natalia Oreiro, entre otros.

En esos años y según Ibope y la desaparecida Mercados y Tendencias, ambas medidoras de rating, las novelas de Romay llegaron a medir 60 puntos y fue uno de los descubridores del prime time, por eso algunas de estas ficciones se veían a las 21.

Romay contó en su autobiografía “MemoriZar”, un libro de fotos y recuerdos, cómo fue que surgió la idea de los míticos almuerzos de la Chiqui. “Un sábado estaba controlando la emisión de Sábados de la Bondad desde la “pecera” –como se llamaba en la jerga a ese gran ventanal en el que operaban los técnicos y que daba al estudio-, cuando vi entrar a Mirtha Legrand y Daniel Tinayre, muy buenos amigos. Les conté a ambos la idea que tenía el directorio del Canal acerca de ese programa consistente en almuerzos diarios, de lunes a viernes. A “Chiquita” se le iluminó la cara: le pareció fantástico. Daniel empezó a poner excusas: que todos los días no, que era muy cansador, que quiénes irían al programa y otras cosas sin demasiado sentido que me hacían pensar que, en realidad, a Daniel no le interesaba mucho la idea. Finalmente lo convencí, con el apoyo de Mirtha, que estuvo más que entusiasmada desde el primer momento”.

También fue el creador de hitos como “Teatro como en el teatro”, con Darío Vittori, “Titanes en el ring”, “Música en libertad” y “Alta comedia”, un ciclo que permaneció en el aire durante muchos años, con importantes actores de la escena, el cine y la TV argentinos.

Enemigo de las comisiones internas, prohibió toda actividad sindical en sus empresas, y con Canal 9 lideró la audiencia con novelas como “Amo y señor”, “Cosecharás tu siembra”, “La extraña dama”, “Más allá del horizonte”, “Ricos y famosos” y “Una voz en el teléfono”.

En su larga carrera fue el mentor de figuras como Atilio Marinelli, Raúl Taibo, Guillermo Andino, Pablo Echarri, Germán Kraus, Aldo Pastur, Marco Estell, Horacio Ranieri, Cristina Pérez, Carolina Papaleo y Natalia Oreiro, entre otros.

En esos años y según Ibope y la desaparecida Mercados y Tendencias, ambas medidoras de rating, las novelas de Romay llegaron a medir 60 puntos y fue uno de los descubridores del prime time, por eso algunas de estas ficciones se veían a las 21.

Romay contó en su autobiografía “MemoriZar”, un libro de fotos y recuerdos, cómo fue que surgió la idea de los míticos almuerzos de la Chiqui. “Un sábado estaba controlando la emisión de Sábados de la Bondad desde la “pecera” –como se llamaba en la jerga a ese gran ventanal en el que operaban los técnicos y que daba al estudio-, cuando vi entrar a Mirtha Legrand y Daniel Tinayre, muy buenos amigos. Les conté a ambos la idea que tenía el directorio del Canal acerca de ese programa consistente en almuerzos diarios, de lunes a viernes. A “Chiquita” se le iluminó la cara: le pareció fantástico. Daniel empezó a poner excusas: que todos los días no, que era muy cansador, que quiénes irían al programa y otras cosas sin demasiado sentido que me hacían pensar que, en realidad, a Daniel no le interesaba mucho la idea. Finalmente lo convencí, con el apoyo de Mirtha, que estuvo más que entusiasmada desde el primer momento”.

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Activo y visionario, Romay diversificó sus actividades creando un verdadero multimedio. Durante la década del ’90, Romay amplió su participación en el ámbito audiovisual: en 1991 ganó la licitación de Radio Belgrano (hasta entonces estatal), que bajo su gestión pasó a llamarse Radio Libertad; a esto sumó la FM Feeling y la empresa Buenos Aires Cable (BAC); fuera del país, el Canal 41, destinado al público hispano de Miami.

Así y todo, más tarde decidió desprenderse de sus medios: primero de BAC, que fue absorbido por Multicanal (Grupo Clarín). En 1997 se decidió a vender el canal 9 y no quiso que lo comprara Telefónica, por lo adquirió un ignoto grupo australiano (ver abajo), Prime Media, que meses después lo transfirió a los españoles, a pesar de las denuncias de Romay, quien aseguró haber sido estafado. Con las radios, que en 2000 fueron compradas por el grupo mexicano CIE; en tanto que la televisora de Miami quedó en manos de su hijo Omar.

romay navidad

En 1997 recibió una Mención Especial de los Premios Konex por su trayectoria y aporte a la comunicación y el periodismo en Argentina.

Su rol en el ámbito teatral también fue clave. Fue propietario de El Nacional y el Argentino. Esta sala fue destruída por una bomba en 1973 cuando estaba por estrenarse Jesucristo Superstar. El Nacional también sufrió una destrucción por un incendio en 1982. Las versiones de esa época indican que la última dictadura militar estuvo involucrada en ese ataque, molesta por un sketch de la revista Sexcitante. En Madrid también fue propietario del Nuevo Teatro Alcalá.

En una entrevista, Romay expuso su tesis de que la televisión pública debe encargarse de la cultura y dejar a la privada la misión de entretener. Romay supo intervenir en los programas y él mismo presento el Nuevediario durante varios meses. En una jornada de elecciones Romay dirigió y condujo el programa de la noche electoral en Canal 9. Al conocerse los resultados Romay puso a toda su redacción de pie para ovacionar a Carlos Saul Menem, el candidato vencedor de las elecciones, que estaba conectado al otro lado de la pantalla.

1998: “Ya no entiendo la TV”

El Zar de la televisión le dijo a Verónica Bonacchi en La Nación que “ya no entendía la televisión”, ese medio que no sólo dirigió buena parte de su vida, sino que, además, moldeó a su imagen y semejanza.

Hace poco, en un programa de TV, usted dijo que se retiraba de la reiteración. ¿Eso significa que va a volver desde otro lugar?

Por supuesto. Nosotros estamos en un proyecto que se llama “Formar”, de educación a distancia, por medio de la Fundación Alejandro Romay, y realmente tengo puestas ahí muchas esperanzas. La idea es hacer una TV educativa, tendiente a provocar trabajo para la gente desocupada.

¿Cómo va a lograr eso?

Casi todas las empresas toman pasantes en esta época. Pero ocurre que los pasantes que llegan no tienen antecedente alguno ni posibilidad de evolución, porque no tienen formación. La idea surgió de una reunión de la Guía de la Industria, que dirijo desde hace cincuenta años. Ahí nos dimos cuenta de que podíamos formar pasantes para las empresas. Y la Asociación de Panaderos es la primera que se ha ofrecido a dar clases de panadería por TV. Ellos realmente no encuentran la manera ni el tiempo de enseñarle a una persona a manejar los equipamientos necesarios para esa actividad, y la TV es un buen elemento para hacerlo. Esas son las primeras clases, después vamos a enseñar otros oficios.

¿Qué lo hace abandonar la ficción, que fue siempre lo que más le interesó, para volcarse a la educación?

Muy simple: que la educación no tiene rating.

¿A esta altura ya no le importa el rating?

La ficción provoca la necesidad de un rating…

¿Y ya no quiere más eso?

No. Significa más de lo mismo. Y, además, debo ser absolutamente sincero conmigo mismo: se dice que cuando uno encuentra la fórmula del éxito, con el correr de los años debe ir rectificándola porque la técnica del éxito queda en el tiempo.

¿Su fórmula se quedó atrás?

En los años 50 y 60 fui el creador de la TV argentina. Y puedo decirlo sin pedantería. Los primeros dos programas que yo hice en la TV fueron “Tato siempre en domingo”, con Carlos Warnes -y lo fuimos a buscar a Tato a una escuelita que dirigía porque me parecía que él encajaba perfecto en la idea-, y “Sábados circulares”, para el que elegí a Pipo Mancera. Ya en julio, Canal 13 me sacó a Mancera porque le ofreció el doble de sueldo. Yo apenas me estaba haciendo de un canal en quiebra, así que no le pude ofrecer más. Pero lo que sí podía hacer, e hice, fue llamar a Carrizo para conducir “Sábados continuados” y formar “El club del Clan”. Y terminamos ganándole a Mancera. Luego hicimos “Sábados de la bondad”, que fue un éxito durante 25 años. Encontré la fórmula y la exploté. Y lo mismo podría decir de las comedias y las telenovelas… Quiero decir que la dirección del canal más los nueve teatros que dirigía en esa época me enriquecieron, pero también me hicieron formar esquemas muy estereotipados y estructuras muy sólidas que no se aggiornaron con el tiempo. Y yo me di cuenta de eso.

¿Cuándo se dio cuenta?

Cuando hice “De la nuca”. Yo fui un creador de los programas para chicos. El programa máximo de la televisión mundial fue “Jacinta Pichimahuida”, que hicimos con Abel Santa Cruz (que en principio lo había titulado “El gordo Caballasca”). Muchos años después, cuando llegó “De la nuca”, yo volví a poner lo mejor de mí. Incluso investigué con mis nietos el lenguaje de los niños. Pero cuando lo vieron en el aire, ellos mismos me dijeron: “Esto es muy reiterativo, es tonto”. Ahí me di cuenta de que yo ya no entendía la televisión.

¿Qué cambios tuvo la TV para que usted, que estuvo cuarenta años adentro, dejara de entenderla?

Yo jamás pondría a dos criaturas besándose. La transa la entiendo en los adolescentes, pero en los chicos de ocho años no sólo no la entiendo, sino que tampoco me atrevo a usarla. Y lo que tampoco estuve dispuesto a hacer es la grosería y el insulto. Hay programas con los que no me atrevo a competir: tocar la puerta de una casa, decir groserías. Hoy, en la TV, gana el que p… más y mejor, el que le falta el respeto a la gente. En mi época, los ladrones eran de guante blando. Hoy, los ladrones te hacen volar la cabeza. Y quién empuña un arma: una criatura de quince años. La verdad es que yo, que siempre me guié por la realidad para hacer mis novelas, esta nueva realidad no la entiendo.

Parece difícil de creer que alguien como usted, que siempre estuvo encima de cada programa y de cada detalle, un día se da cuenta de que no conoce más el medio, lo acepta y, además, se retira…

Es que no es más que aceptar la realidad. Yo ya no entendía la evolución de la sociedad argentina. Y al no entenderla, es lógico que me aparte de la misma. Yo no quería que el canal diera pérdidas.

¿Se reduce sólo a una cuestión económica?

No. Pero una cuestión económica te pone ante una derrota vergonzante. Uno puede pedir un crédito bancario, pero después esperan que uno quiebre. Y entonces uno se da cuenta de que no sólo ha fracasado desde el punto de vista artístico, sino también como administrador.

¿Quiere decir que fracasó desde el punto de vista artístico en el último tiempo?

Y sí. En el porcentaje mayoritario de la programación, sí. No podía hacer un programa atractivo. De hecho, hay muchos avisadores que no vinieron a Canal 9 porque no teníamos el target infantil. Y a mis intentos, el público le dijo que no. Nunca entendí cómo, teniendo once nietos, no podía comprender la TV infantil.

Cuando usted dejó la TV, Mariano Grondona dijo que se acaba la TV romántica. ¿Cuál cree que es la TV del futuro?

La TV será de los grandes monopolios internacionales. Todo se hará a través de computadoras, a través del marketing. No a partir de la intuición o los sueños.

Con toda la historia que sabe y vivió de la TV, ¿pensó alguna vez en escribir un libro de memorias?

No. Me daría mucha vergüenza. Y, además, el tiempo lo borra todo. ¿Quién lee a Maimónides? ¿Quién lee a Baruch? Y si fuéramos a las grandes memorias… ¿A quién le importan? Dejen que Alejandro Romay desaparezca, es mucho mejor. Romay ya cumplió su etapa.Estamos en los 120 mil millones de años de la evolución de la Tierra…Yo soy apenas una partícula.

Un anticipo poético

Romay dice que prefiere no dejar sus memorias. En lugar de eso, cada día anota: “Poesías, imágenes que me vienen a la cabeza”. Ahora está dispuesto a convertirlas en un libro de poemas. “Me faltan cuarenta más, y publico el libro”, dice, orgulloso, ante su agenda. Aquí, una de sus obras, dedicada al presidente Menem: Replegarse no es estar vencido Como cumplir el promedio de vida no significa estar muerto. No te equivoques, mañana empiezo de nuevo Por los atajos de mis sueños escucho gritos histriónicos y veo gestos grandilocuentes que ya no arrancan aplausos ni vivas de las gentes porque mi gente hoy tiene claridad de angustia y hambre de silencios.

Por sus esperanzas muertas, por sus esperanzas sin destino y porque se empeñan en escalar ríspidas montañas cuyas cumbres jamás alcanzarán, yo los bendigo.

Recuerdos de un Zar

El conde de Montecristo: “Hice muchas veces esa novela de Dumas. El tema de la venganza lo usé en casi todas mis novelas. Sidney Sheldon también: hizo treinta y cinco libros con ese mismo argumento. Pero yo le gané: lo hice 500 veces”.

Perfiles: “Me gustan mis dos perfiles, el de boxeador y el de intelectual. Pero mi perfil de boxeador fue mi resguardo para toda la vida: aquella vez que me rompieron la nariz me di cuenta de que tenía que parar. Cuando empezaron a volar las bombas me di cuenta de que tenía que parar. Cuando dejé de entender la TV, también me di cuenta de que tenía que parar”.

Fórmula: “La mejor fórmula para que no te peguen es bailar. Por eso ahora estoy practicando con una canción, mezcla de salsa y merengue, que me hace traspirar más que la cinta”.

Protagónico: “La obra teatral Eqqus significó la presentación de Miguel Angel Solá y Carlos Calvo. Calvo estaba en la cola de los aspirantes y yo lo elegí porque era muy robusto. El me dijo, muy entusiasta: Señor Romay, ¿voy a hacer un papel importante? Y yo le dije: Te prometo que vas a estar en el centro del escenario, sin moverte. Cuando empezamos los ensayos y se dio cuenta de que iba a hacer de caballo, se quería morir. ¡Los berrinches que se agarraba Calvo!” Natalia Oreiro: “Una creación de Canal 9. A Diego Ramos tengo que admitir que estuve mirándolo desde otra pantalla. O sea que de viejo tomé las mañas de los que me robaban a mí”.

Abel Santa Cruz: “Un creador de cientos de éxitos que luego se repitieron en todas las pantallas”.

Chacarita Juniors: “En una reunión, yo protesté porque se hacía una televisión competitiva y salvaje y porque me robaban todos los éxitos del canal. Se veía Canal 9 en todos los canales. Era una vergüenza que los canales no crearan. Pero Goyan, el director de Canal 3 de Rosario, me dijo: Alejandro, tú eres el Chacarita Juniors de la TV argentina. En ese momento creía que era una ofensa, pero el me explicó que los equipos grandes, como el suyo, se nutrían de los jóvenes valores que yo creaba y de mis ideas”.

Rodolfo Bebán: “Un chico que era modelo hijo de un actor y director, estaba contratado para hacer Cuatro hombres para Eva. Pero inmediatamente, Goar Mestre lo contrato prometiéndole que iba a hacer Otelo. Entonces Bebán me dice: Me voy porque voy a hacer un teatro superior que este telenovelón. Me enloqueció esa palabra. Entonces, averigüé qué día salía en el Canal 13 y decidí hacer Otelito, con Jorge Porcel (Desdémona), Alberto Olmedo (Otelo) y Rolo Puente (Yago), en el mismo día y horario. Preparamos todo y lanzamos la gran publicidad, igual que ellos. Primero vino la Asociación Argentina de Actores a decirme que yo atacaba la cultura. Después se sumó la Asociación de Empleados de la TV, que no quería que Canal 9 hiciera eso. Finalmente me llamó el presidente de la Nación para que suspenda Otelito y lo pase otra semana. Yo pasé Otelito de todas maneras. Empezamos perdiendo: 40 puntos de rating contra nuestros 5 puntos. Pero a la segunda hora le ganamos 50 contra 2 puntos. Esto demuestra que realmente el público quería ver Otelo, pero no se lo dieron bien… Nunca más nadie se atrevió a competir con Alta comedia”

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El tango y Romay

En la historia de la televisión argentina, Grandes Valores del Tango —creación de Alejandro Romay— fue, sin duda, el más exitoso ciclo de difusión de nuestra música popular y de mayor permanencia en el tiempo. Casi 40 años en la pantalla chica, no obstante haberse emitido durante la peor etapa del género. A fines de 1963, con Hugo del Carril como conductor, comenzó Grandes Valores por Canal 9. Su creador incursionaba por primera vez en televisión. Sin embargo, el origen de ese contenido se remonta al año 1951, cuando lo empezó a emitir por LS10 Radio Libertad y Radio Antártida, con el propio Romay al micrófono. El programa tuvo tal suceso, que llegó a publicarse una revista con su mismo nombre.

Casi un año después, Juan Carlos Thorry reemplazó a Hugo del Carril. El auspiciante era Héctor Péres Pícaro SA —un comercio de electrodomésticos— y su slogan: El trébol de la buena suerte. El programa salía al aire en vivo y en directo, desde el estudio mayor de Canal 9, un lugar de prosapia tanguera, ya que allí funcionó el mítico cabaret Armenonville.

Estrategia

Desfilaron importantes artistas, pero que no tuvieran contrato con otros medios. El paso del tiempo fue deteriorando la convocatoria de Grandes Valores, pero su productor siempre le encontró la vuelta a fin de mantener atractivos para quienes aman el tango. Para el recambio, Romay puso en práctica su sagacidad estratégica. Con el objetivo de acercar al público juvenil, colocó al frente a Silvio Soldán, quien para ese entonces hacía capote en la conducción de Feliz Domingo, destinado a adolescentes. Se repitió la historia que diera origen al Glostora Tango Club, cuyo slogan era: La cita de la juventud triunfadora. El carismático Soldán, cada vez que tenía que hacer una pausa publicitaria, decía la recordada frase: “Un corte, una quebrada y volvemos”. Diversas circunstancias obligaron a ir modificando la estructura inicial, pero siempre conservando la participación de Tito Lusiardo, Alberto Mosquera Montaña, Roberto Cassinelli, Beba Bidart, Carlos Copes y María Nieves, entre otros emblemáticos personajes del 2×4. Así, el programa fue capeando adversidades.

Staff y cambios

El Canal 9 contaba con una orquesta estable, conducida por el pianista Armando Cupo. En el elenco había bailarines y cantores que alternaban permanentemente, acompañados por orquestas famosas o por la estable de la emisora. Esa inmensa conjunción de talentos no llegaría jamás al disco. Los concursos de voces ocuparon mucho espacio en el ciclo. De allí surgieron nuevos intérpretes, como: Guillermo Fernández, Ricardo Chiqui Pereyra, Juan Carlos Granelli, Julio Soler, Gloria Díaz entre otros, que han quedado anclados al recuerdo de este programa. Cuando en 1974, el Gobierno estatizó los canales, tuvo que cambiar su nombre por Grandes Valores de Hoy y de Siempre. Entonces, Romay perdió el Canal 9.

Abierto

Fue un empresario que brindó sus micrófonos y cámaras a todos los artistas, sin preocuparse por su ideología. Los homenajes realizados a Osvaldo Pugliese, a Tita Merello y otros, son un ejemplo de ese proceder. Durante la época de la dictadura, la emisión siguió marchando. Sí lo afectó, y es lógico, el fallecimiento de varios artistas a lo largo de su prolongado ciclo. Con la vuelta a la democracia, un hecho doloroso enturbió la euforia de los tangueros: a fines de diciembre de 1983 y por decisión propia, un puntal del ciclo, Armando Pontier, ponía punto final a su vida.

Añoranza

Con los años se perdieron los archivos del ciclo o, por lo menos, hoy son inaccesibles. Sería muy bueno que algún empresario invirtiera en su búsqueda. Lo mejor de Grandes Valores está en ese pasado registrado en blanco y negro. Con la vuelta de Romay a su viejo Canal 9, el programa recuperó su nombre y, durante diez años, pretendió recobrar su antiguo esplendor. Luchó para lograrlo y, en un principio, el todopoderoso señor rating acompañó la propuesta. Pero finalmente, el ciclo no pudo competir con la programación de las otras emisoras, y todo acabó. Es más, al poco tiempo, el empresario terminó vendiendo su entrañable Canal. Alejandro Romay soportó frecuentemente el ser acusado de producir una televisión vulgar. ¿Era realmente así o porque sabía llegar directamente al corazón del pueblo?

El tango en la televisión

El tango estuvo presente desde el comienzo de la televisión, allá por el año 1951. Pero no se aprovechó a muchos grandes artistas, en el mejor período de sus carreras. Recién en 1962, Canal 11 puso al aire Yo te canto Buenos Aires, producido por Ricardo Mejía, capo de la RCA Víctor. Fue el primer programa televisivo en el que las compañías discográficas aprovechaban para promover y difundir sus discos. Fue ahí, donde se pudo ver por primera vez a Roberto Goyeneche cantando Garúa, con Aníbal Troilo. Pronto, los demás sellos habrían de promocionar nuevos espacios en otros medios. Fue entonces cuando Horacio Salgán (discos Philips), resucitó su orquesta para aparecer por la TV y volver a grabar la mayor parte de su repertorio; en tanto que Canal 13 lanzó Copetín de Tango, una producción de la CBS-Columbia para vender discos de Julio Sosa. Las restricciones de los comienzos terminaron en 1964 y Grandes Valores del Tango abrió sus puertas a todos los artistas. Por allí pasaron Floreal Ruiz, Héctor Mauré, Alberto Morán, Enrique Dumas, Guillermo Galvé y tantos otros consagrados.

Sueño hecho realidad

Después de 45 años, Mariano Mores (entonces con 89 de edad), volvió al teatro El Nacional con su espectáculo El maestro del Tango, show musical de veinte artistas en escena. “La nuestra es una amistad de toda la vida. Siempre quise hacer un espectáculo teatral con Mariano, y después de tanto tiempo lo logré. Para mí es un orgullo tener a Mores, sus músicos, su orquesta y bailarines, y a toda su familia en mi teatro El Nacional. Un sueño hecho realidad porque se trata de un auténtico maestro del tango”, dijo su productor, Alejandro Romay.

La hija, Silvia Mores, encargada de la puesta en escena, expresó: “Me siento feliz que mi padre regrese al escenario de El Nacional. Hace 45 años estrenó Luces de Buenos Aires, donde compartía canciones y un show espectacular con Tita Merello, Tito Lusiardo y Beba Bidart”. Por su parte, el celebrado pianista agregaba: “No sé si fue casualidad o si el destino marcó esta fecha, pero en agosto de 1967, nosotros debutamos en Canal 9 con La Familia Mores. Alejandro fue el ideólogo de aquel programa similar a los actuales realities, porque irrumpimos en la pantalla y nos mostramos como una auténtica familia apasionada por el tango y la música. Salíamos al aire los martes a las 20,30 compitiendo con La familia Falcón, de Canal 13. Pero nuestro ciclo alcanzó picos históricos de rating. Hoy me encuentro nuevamente con mi amigo Alejandro haciendo un espectáculo en su teatro”.

A su vez, Leonor Rossio de Romay (Lita) contó que, tras el éxito televisivo de La familia Mores, su esposo Alejandro tuvo la idea de transmitir en directo otro mito en la televisión: el casamiento de Nito y Claudia Mores, novios en la ficción y en la realidad. Fue un acierto, porque esa noche se paró el país para mirar la ceremonia. Inclusive, el canal tuvo más audiencia que la boda donde se unieron legalmente Evangelina Salazar y Palito Ortega”.

Para destacar

Obra autoral. Alejandro Romay hizo varios tangos, preferentemente como letrista. Entre los más conocidos figuran: En el lago azul, Destino de flor (ambos con música de Roberto Rufino); El viejo amor (música de José Tinelli); Ayúdame, Todo es amor y Por este amor (los tres con música de Leo Lípesker); A la mujer argentina (letra y música de Romay) y el vals Que seas muy feliz (Lita), música de R. Rufino y letra de Romay. Rodolfo Biagi con su orquesta y la voz de Hugo Duval, y Juan D’Arienzo con Jorge Valdés, fueron exitosos difusores de la obra de Romay, entre otros intérpretes.

Destino de flor – Tango – 1981

En la tarde gris del sinsabor

te vi partir

sufrida y buena.

Y en aquel instante comprendí

todo el horror de tu condena.

Vida…

yo no sé en qué abismo me perdí

para vivir así.

Pena…

de sentir lo que vale tu amor.

Tarde…

cuando el vicio de mí te alejó.

Llanto…

que es un canto por ti

con destino de flor,

perfumar y morir.

Novia mía…

se retira vencido el alcohol.

Oye…

la plegaria de mi corazón.

Mira…

hoy la tarde es feliz

y el cielo se desangra por ti.

Letra: Alejandro Romay. – Música: Roberto Rufino

romay susana

Actores, productores y conductores recordaron la figura de Romay

La comunidad artística expresó su dolor por la muerte de Alejandro Romay, el productor de televisión y teatro, ex dueño de Canal 9, quien falleció hoy a los 88 años, debido a una afección neurológica que sufría desde hace tiempo

La vedette Moria Casań realizó su ciclo “Monumental Moria” por esa señal televisiva y expresó que “es una gran pérdida, un hombre que tuvo que ver en la construcción de la carrera de todos. Él fue el que descubrió a mi hija Sofía y decidió que actuara conmigo en el programa, tenía un gran olfato teatral”.

La cantante Valeria Lynch, intérprete y una de las autoras del tema musical, cortina de la popular tira “La extraña dama” protagonizada por Luisa Kuliok y Jorge Martínez, emitida por Canal 9 en 1989 manifestó su “profundo dolor por la muerte de mi querido Alejandro. Acompaño a su familia en este triste momento. QEPD”.

Los integrantes del dúo musical Pimpinela se refirieron al fallecimiento de Romay destacando que “fue un honor iniciar nuestra cartera junto a vos con tu talento, honestidad y grandeza. Gracias por todo! Cariños a la familia”, mientras que el representante de prensa de figuras del espectáculo, Alejandro Veroutis, lo recordó como alguien que “fue y será el último gran patriarca del espectáculo el teatro y la televisión en la Argentina.

Para Mirtha Legrand, “tenía un fuerte carácter, pero era creativo, hay que recordarlo con una sonrisa porque quedaron frases que están impuestas en el público. Tenía una manera especial de hablar, le gustaba mucho los discursos, hablaba bien, quería a los actores y a los artistas. En su canal se vieron series maravillosas y programas extraordinarios, fue una gran persona y un precursor de la televisión argentina”.

Adriana Salgueiro, una de las actrices que pasó por Canal 9, afirmó que “murió el Zar de la televisión argentina Maravillosos recuerdos de un maestro . Que en paz descanse”.

El cómico Miguel Angel Rodríguez, uno de los protagonistas de la tira “Los Roldán”, cuya segunda temporada pudo verse por la señal de Romay manifestó ” reconocimiento y agradecimiento totales”, mientras que la actriz Georgina Barbarossa también expresó su gratitud “por querer y cuidar siempre a tus artistas. Eternamente agradecida”.

Victoria Onetto afirmó que “estuve contratada durante 6 años por Canal 9. Romay amaba y respetaba a los artistas”.

La periodista Cristina Pérez comenzó su carrera en los noticieros televisivos de la mano de Romay, a quien describió como un hombre “apasionado hasta el final con el teatro y la televisión. Así lo voy a recordar. Hizo todos los oficios de la TV, todos. Romay fue la televisión”.

Otro de los conductores surgidos de la factoría Romay, Guillermo Andno, destacó que, “estoy muy triste por la partida de don Alejandro Romay. Entre otras cosas, el fue quien me inculcó el amor por las palomitas”.

Mario Pergolini se refirió a su trabajo en el canal y señaló que “Romay me contrató, me cambió el programa, inventó ‘Hacelo por mí’ para competir con Marcelo (Tinelli), fue idea suya. Me levantó el programa, me echó, nos peleamos. Pero murió el último dueño que daba la cara por sus decisiones. Un loco de mierda”.

Otra de las figuras de aquel canal en materia de conducción fue Jorge Formento quien recordó que “hace años que no estaba en buen estado de salud”. Triste, aseguró que era un hombre muy generoso y muy humano. “Se fue un buen hombre” y Jorge Rial se refirió a él como, “el último grande de la televisión. Un loco. Por eso fue exitoso. Trabaje con él. Aprendi con él.”

El conductor Silvio Soldán quien se popularizó gracias a una creación de la emisora, “Grandes valores del tango” lamentó la pérdida y manifestó que “se fue un hombre valiosísimo, siempre estaba haciendo cosas, con quien había atravesado momentos buenos y malos”.

Otra figura surgida del canal dirigido por ese hombre, el cantante Juan Darthés, dijo que, “fue un honor haber compartido momentos con vos, un ser humano muy generoso, un visionario, abrazo a la familia.”

Marcelo Tinelli, por su parte, se despidió del productor con un adiós y una definición: “se fue un capo de la tele. Mi admiración y respeto”, mientras que la actriz, hoy uno de los jurados de “Showmatch” (El Trece), Soledad Silveyra, manifestó su “abrazo eterno de historia a Alejandro Romay. Cariños a toda su familia en este duro momento”.

Cómo fue la verdadera venta de Canal 9

Aunque ni el propio Romay lo creía, cuando vendió Canal 9 un grupo australiano apareció como comprador. Detrás estaba el CEI

Por: Raúl Dellatorre

Las sospechas de Alejandro Saúl Romay, el ex zar de la televisión, resultaron certeras. “A mí no me engañan, sé que le vendí a Telefé”, le dijo a una revista de la farándula en diciembre pasado, no mucho después de haber concretado el traspaso del control accionario de Telearte (LS 83 TV Canal 9), supuestamente, al grupo australiano Prime. La alusión a Telefé venía de la mano del acuerdo al que, por entonces, CEI Citicorp Holding le daba las últimas puntadas para pasar a manejar Editorial Atlántida, y a través de ella también el canal simbolizado por las tres esferas. La sospecha de Romay –no sólo de él– era que el CEI estaba detrás de la operación por el 9. Página/12 pudo verificar que estaba en lo cierto, y que el operativo del grupo que ahora controlan el tejano Tom Hicks y el banquero criollo Raúl Moneta contó no sólo con la pantalla de una poderosa empresa australiana, sino además con cierta anuencia del gobierno nacional. He aquí los personajes y la trama de esta historia.

Ignorante o no al momento de concretar la venta de Canal 9, lo cierto es que Romay dio en la tecla en sus comentarios posteriores, al aludir a que la compra de Telearte no había sido más que un jalón en el camino del CEI por expandirse en el mercado de las telecomunicaciones. Este cambio de manos y sus reales destinatarios tampoco fueron ajenos al conocimiento del Poder Ejecutivo, en donde Moneta es reconocido como un buen amigo del presidente de la Nación y un frecuente visitante de la Quinta de Olivos. Durante la gira presidencial de Carlos Menem por Australia, no sólo fue presentado ante las autoridades del grupo Prime –pese a que éste no tenía el más mínimo interés de invertir en Argentina–, sino que lo introdujeron en sus planes y los de sus circunstanciales socios. En esa oportunidad, Menem pudo conocer que la operación de compra de los activos de Romay no sólo abarcaba a Canal 9, sino también a tres emisoras radiales: AM Libertad y FM Feeling, de Buenos Aires, y una tercera que el ex zar posee en Miami. El paquete –un canal y tres radios– tenía un precio global, 270 millones de dólares, aunque sus destinatarios finales fueran distintos. El grupo Prime Australia sólo estaba interesado en la onda de Miami, Torneos y Competencias apunta a controlar Libertad –que sumaría a la actualmente controlada AM La Red– y el CEI a quedarse con Feeling.

El grupo Prime tiene origen en Australia, pero sus operaciones principales están asentadas en Estados Unidos, donde tiene fuertes lazos de vinculación con la productora de cine y televisión Fox, la principal competidora de Time Warner (de Ted Turner). Para acceder a la operación de compra de Canal 9 –para sí o para terceros, ya se verá–, formó en Argentina la firma Prime Argentina SA Holding, constituida el 20 de noviembre de 1997 con el fin declarado de realizar “actividades financieras y de inversiones en radiodifusión”. Formalmente, quedó inscripta como una empresa local con dos únicos accionistas, Marcelo Bombau y Gustavo De Jesús, a su vez presidente y vice de la sociedad.

Prime Argentina protagonizó dos operaciones sucesivas en sus primeros meses de existencia: le compró primero a Romay y otros socios el 99,9 por ciento de las acciones de Telearte (Canal 9), e inmediatamente Torneos y Competencias compra la mitad del paquete de acciones de Prime Argentina. TyC, originalmente dedicada a la producción y televisación de partidos de fútbol, ha recorrido un largo camino desde su fundación por inspiración de Carlos Avila. Su actual propiedad se reparte entre el grupo de origen (Avila-Nofal), CEI-Telefónica y TCI, el grupo estadounidense que desembarcó en el país hace ya varios años comprándole la porción mayoritaria de Cablevisión a Eduardo Eurnekian.

Esta última no es la única vinculación entre las huestes de Eurnekian (hoy un socio menor del CEI y TCI en Cablevisión) y los arribados al 9. Máximo Bomchil y Guido Tawil figuran como directores titulares en la conducción de Prime Argentina. Ambos han participado como apoderados del consorcio Aeropuertos Argentina 2000 que, encabezado por la Corporación América, se adjudicó las aeroestaciones nacionales y algunas provinciales licitadas por el gobierno en un engorroso proceso. Marcelo Bombau, presidente de Prime, fue además hasta 1996 director suplente de TyC.

Como para no dejar lugar a dudas, apenas desplazado Romay del frente de Telearte, Carlos Avila asumió el mando, colocando en los puestos claves a funcionarios vinculados a la gestión del CEI en otras empresas, incluso provenientes de Telefé. Lo que a todas luces aparece como una operación mal encubierta del CEI para avanzar en la monopolización de los canales de aire, volvió a ser negado esta semana ante el Ministerio de Trabajo, en oportunidad de la audiencia de conciliación (frustrada) tras el despido de 70 trabajadores del canal por la nueva conducción.

“Negamos terminantemente la existencia de grupo monopólico alguno que controle nuestra empresa”, declaró el apoderado de Telearte, Fabián Mazzeo, el lunes 1º ante el ministerio. “Telearte SA es una sociedad integrada por distintos accionistas que, por supuesto, no integran ni conforman ningún monopolio ni tampoco algún grupo de multimedios”. La respuesta aludía a la caracterización como “grupo monopólico” hecha por la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) en su denuncia del conflicto gremial.

Claves

En noviembre de 1997, los accionistas de Telearte, encabezados por Alejandro Romay, vendieron el 99,9% de sus tenencias al grupo Prime, de Australia, por intermedio de Prime Argentina.

Inmediatamente, Torneos y Competencias (CEI, TCI y Avila-Nofal) compró la mitad del paquete de Prime Argentina. Carlos Avila es designado presidente de Canal 9.

En la visita de Menem a Australia, se le habría anticipado la intención de los futuros aliados: comprarle a Romay el “paquete” del canal más 3 radios en 270 millones de dólares, que se repartirían: el 9 y FM Feeling para el CEI, AM Libertad para TyC, y la emisora en Miami para Prime.

El segundo, el hombre fuerte y los poderosos visitantes

El banquero Raúl Moneta apareció, hasta ahora, como el segundo de Ricardo Handley en el holding CEI Citicorp. Quienes más hurgaron en las relaciones políticas de este expansivo grupo, lo señalaban como el puente entre el gobierno y el multimedios, pero coincidían en describir como hombre fuerte al Gato Handley, el hombre del Citibank en el holding. Sin embargo, el desembarco del fondo inversor tejano Hicks Muse Tate & Furst amenaza con cambiar este cuadro de situación.

Los recién arribados llegaron haciendo ruido. De un zarpazo, se apoderaron del 30 por ciento del paquete accionario, mediante operaciones simultáneas que significaron la salida del grupo local Werthein (Banco Mercantil, La Caja) y una reducción en la participación del Citibank. Ello dejó a Moneta como principal accionista, con el 38 por ciento y a Hicks Muse en el lugar inmediato. Por otra parte, se sospecha que de la mano de los tejanos, el venezolano Gustavo Cisneros ha puesto un pie en el multimedios que le disputa la primacía del mercado al grupo Clarín. No es un dato menor, puesto que Cisneros ya tiene una asociación con dicho grupo en los negocios de televisión satelital y, se suponía hasta ahora, constituiría su aliado para una futura proyección hacia Latinoamérica.

En diciembre pasado, la Organización Cisneros anunció su “alianza estratégica” con Hicks Muse, con la cual constituyó Ibero American Media Partners, dotándola de un capital inicial de 500 millones de dólares para inversiones en medios de comunicación, telecomunicación y entretenimientos en Latinoamérica. Dicho monto, se advirtió entonces, se podría duplicar con la incorporación de socios secundarios y nuevos aportes de capital de los principales. Hicks y Cisneros, en sociedad, se presentan en toda Latinoamérica como el “principal interesado” en la compra de la emisora oficial de televisión de Argentina ATC.

Si bien la compra del 30 por ciento del CEI, por 800 millones, no fue presentada como una operación de Ibero American, bien podría tratarse de una forma de evitar herir susceptibilidades, vistas las relaciones preexistentes entre Clarín y Cisneros. Pero, por otra parte, no sería ésta la primera vez que el grupo venezolano se ve obligado a resolver, y no de la mejor forma, problemas de “bigamia”. Pocos años atrás, Cisneros abandonó la representación de Pepsi Cola en su país luego de una dura y trabada pulseada, en medio de la cual ya tenía acordada –se supo después– la licencia de Coca Cola.

Texto publicado originalmente en el sitio https://seniales.blogspot.com/2015/06/alejandro-argentino-saul-romay-1927-2015.html?m=1

https://www.youtube.com/watch?v=A8SeFtg3t2Y&feature=youtu.be

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