Estos dos territorios, colonias británicas desde el siglo XVIII, fueron ocupados por Japón durante la Segunda Guerra Mundial; Gran Bretaña recuperó el control tras la guerra pero los movimientos nacionalistas presionaron para obtener la independencia. Singapur la consiguió en 1959 y Malasia un año después; así, en 1963, Singapur, Malaya, Sarawak y el norte de Borneo (Sabah) constituyeron Malasia. La confederación de Malasia no duró, pero la unión económica se mantuvo.
Tengku Abdul Rahman, primer ministro malayo en ese entonces, aludió a la diferencia étnica chino-malaya como argumento para justificar la decisión de la “expulsión” (fue uno de los términos utilizados) de la isla. “Es evidente que la situación actual no puede continuar”, expresó ante sus gobierno cuando la decisión ya tomaba forma definitiva.
La separación de Singapur no fue traumática, Singapur se convirtió entonces en una ciudad-Estado independiente y Lee Kuan Yew en su primer ministro. Lee Kuan Yew, que ya era primer ministro de Singapur dede 1959, era un abogado y político singapurense y tenía afinidad por la federación malaya (incluso dijo “el sueño se ha esfumado”, cuando la separación se hizo inevitable), pero su figura resultó trascendente en grado máximo para el destino de Singapur.
Desde 1967, Malasia, Singapur, Filipinas, Thailandia e Indonesia forman la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. La organización, anticomunista, fomentó la estabilidad económica, con frecuencia a expenas de la libertad política. Singapur, bajo el gobierno de Lee Kuan Yew, se convirtió en un centro de inversiones internacionales. Junto a Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur, Singapur es uno de los “dragones” asiáticos, potencias comerciales de Asia.
Desde su separación de Malasia, el crecimiento económico de Singapur lo llevó a convertirse en una de las referencias comerciales más importantes del sudeste asiático. Lee Kuan Yew ejerció un gobierno estricto en lo social pero claramente capitalista en lo económico, y transformó a Singapur en uno de los países más competitivos del mundo.
Durante su mandato promovió la idea de los “valores asiáticos” por encima de la “democracia” tal como se la conoce en occidente. Así, el gobierno de Singapur independiente se ha caracterizado por la rigidez en la aplicación de sus reglamentaciones, incluso con medidas controvertidas y hasta insólitas (no se puede comer chicle, por ejemplo).
Muchas de sus medidas contribuyeron al éxito económico de Singapur, lugar famoso por la limpieza de sus calles y los bajísimosos índices de delincuencia. No faltan, por otra parte, quienes destacaron el carácter autoritario de Lee Kuan Yew y hasta lo han acusado de dictador. En definitiva, elogiaron el modelo de desarrollo económico de Singapur aunque consideraron que este se alcanzó en el marco de una sociedad con restringidas libertades políticas no compatibles con una democracia plena.
Hoy Singapur es una república parlamentaria, su moneda es el dólar de Singapur y en su territorio se habla inglés, chino, mandarín, tamil y malayo.
Lee Kuan Yew dejó el cargo de primer ministro en 1990 pero siguió relacionado con el gobierno como ministro sin cartera; falleció en 2015 y es considerado “el padre de la patria”.