25 años del «Unplugged» de Nirvana, el disco que coló el grunge en los hogares de todo el mundo

El 16 de diciembre de 1993, los afortunados que ya tenían aquella modernidad llamada antena parabólica pudieron ver un concierto que sería histórico, aunque aún no lo supieran. La MTV emitió esa noche el «Unplugged in New York»de Nirvana, un directo que los reyes del grunge habían grabado en los estudios de Sony Music un mes antes, y con el que se colaron en los hogares de todo el planeta, incluyendo aquellos en los que su música había estado prohibida por demasiado estridente. Nirvana ya eran gigantescos por entonces, pero seguían siendo inaccesibles para los que no se identificaban con el agresivo sonido que desplegaban en sus discos. Muchos de ellos decubrieron esa noche que Kurt Cobain también sabía hacer interpretaciones sosegadas, agradables, delicadas y refinadas, y eso fue lo que le convirtió definitivamente en un fenómeno de masas, apto para todos los públicos.

El «Unplugged» fue muy criticado por miles de seguidores, que decidieron no perdonarle al grupo el sacrilegio de tocar con un formato tan blandito como el «desenchufado», menos aún bajo el auspicio de la comercialísima Music Television. Eran unos vendidos. Pero los de Seattle ganaron muchos más fans que los que perdieron. Y buena parte de los que ya lo eran de antes descubieron algo sorprendente: los demonios que guiaban los procesos creativos de Kurt, que siempre se habían manifestado en explosiones de rabia sobre el escenario, se hacían incluso más evidentes (y emocionantes) a través de la fragilidad expresada por medios acústicos.

Rodeado de un reducido y afortunado público, y acompañado por Krist Novoselic, Dave Grohl y Pat Smear (en algunas canciones se les unirían la chelista Lori Goldston y los miembros de Meat Puppets Cris y Curt Kirkwood), Kurt Cobain se sentó en su banqueta con su ahora mítico cárdigan (la chaquetilla de lana color verde aceituna) y comenzó a desgranar un repertorio que incluyó tonadas nirvaneras como «About a girl», «Come as you are», «Pennyroyal Tea», «Polly», «On a plain», «Something in the way» o «All apologies», además de versiones de Vaselines («Jesus Doesn’t Want Me for a Sunbeam»), David Bowie («The Man Who Sold the World»), Meat Puppets («Plateau», «Oh, Me» y «Lake of Fire»), y de un viejo blues-man olvidado, Lead Belly («Where Did You Sleep Last Night»). La suavidad de Grohl, tocando con escobillas y con la coleta puesta en lugar de desmelenado, el certero acompañamiento de Novoselic y Smears y la exquisita aportación del chelo se compenetraron de una forma extraordinaria con el desgarro y la finura interpretativa de Cobain, colocado en el centro de un escenario lleno de candelabros y lámparas de araña de cristal («lo quiero como en un funeral», le dijo de forma profética al productor del espectáculo), en una estampa que se convirtió en icono esencial de los noventa.

Nirvana – About A Girl

A la MTV le había costado muchísimo convencer a Cobain para grabar el recital. Ni a él ni a sus compañeros les habían gustado los anteriores «Unplugged» que se habían emitido, y sólo accedieron cuando se les prometió que todo se haría como ellos quisieran. El disco «The Winding Sheet» de Mark Lanegan fue la referencia que tomaron para ejecutar el directo, que tuvo dos días de ensayos realmente tensos. La cadena se quejó de la falta de hits en el repertorio, y de los invitados (propusieron a Eddie Vedder, en lugar de los poco conocidos Meat Puppets), pero Kurt no cedió y la atmósfera de trabajo se tornó poco amistosa, por decirlo suavemente. Para colmo, Cobain cayó en un fuerte síndrome de abstinencia el día anterior a la grabación. «La gente empezó a preocuparse de verdad por que aquello saliese mal», dijo un periodista que presenció las sesiones. Sin embargo, salvo un pequeño fallito de Cobain en «Lake Of Fire», todo salió bien.

Muerte y reposición

Cuatro meses después de la emisión, Kurt Cobain se pegó un tiro en la cabeza en su casa con una escopeta de caza, dejando helados a sus viejos fans y a los que acababa de ganar con la jugada mainstream. Y entonces empezó el negocio postmortem. La MTV repuso el «Unplugged» hasta la saciedad, y paradójicamente, el morbo lo consagró como producto para toda la familia. La discográfica Geffen, viendo un panorama idóneo para hacer caja, planeó el lanzamiento de un disco en directo titulado «Verse Chorus Verse». Krist Novoselic y Dave Grohl, devastados por la pérdida de su compañero, fueron incapaces de trabajar en la selección del repertorio, y el proyecto se canceló. Pero algo había que dar a las masas hambrientas de leyenda caída, así que dieron visto bueno al lanzamiento del «Unplugged», que se convertiría así en el primer disco póstumo de Cobain.

En sólo una semana se vendieron 310.000 copias, una cifra nunca antes alcanzada por la banda de Seattle en ese período de tiempo. Las críticas lo pusieron por las nubes, y a finales de 1994 era considerado el álbum del año por numerosas publicaciones. Hoy en día, es uno de los discos en directo más vendidos de todos los tiempos.

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Hoy viernes 1 de noviembre de 2019, este disco nombrado por Rolling Stone como uno de los 10 mejores álbumes en vivo de todos los tiempos será reeditado en doble vinilo de 180 gramos y digital para celebrar el 25º aniversario de su lanzamiento en 1994.

Ampliado con cinco tomas de los ensayos (de las canciones «Come As You Are», «Polly», «Plateau», «Pennyroyal Tea» y «The Man Who Sold The World»), que anteriormente solo estaban disponibles en DVD, esta publicación en vinilo también presenta una carpeta doble que incluye detalles en plata tanto en la portada como en la contraportada. Además de esta edición se ofrecerá una edición limitada y exclusiva en vinilo en color disponible solo en Nirvana.com hasta que se agoten las existencias. Que lo harán.

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