La masacre de los inocentes

Herodes, llamado “el grande”, descendía de los generales idumeos que habían sido derrotados por el nieto de Matías, Juan Hircano. Los idumeos eran judíos obligados a ser circuncidados y a seguir la religión después de la conquista de Hircano. Los demás miembros del pueblo de Israel no confiaban en estos conversos.

Herodes era hijo de Antipater, monarca aliado de los romanos. Nacido en el año 73 antes de Cristo, asumió como gobernador de Galilea a los veinticinco años. Su carrera política puede ser clasificada de milagrosa porque contó con el apoyo de Roma a pesar de los muchos cambios que sufrió la República y luego el Imperio. En el año 40 a.C., Octavio y Antonio lo hacen coronar Rey de Judea. En el año 38 se casa con Marian, miembro de los Hasmoneanos, familia muy popular entre los judíos, y nieta de Hircano.

Poco duró esta alianza porque años después Herodes mandó a matar a Hircano, a Aristóbulo (hermano de Marian nombrado sumo sacerdote a los diecisiete años) y finalmente, en el 29 a.C., a la misma Marian y a su madre Alexandra.

Gran amigo de Marco Antonio, Herodes temió por su suerte cuando junto con Cleopatra fueron derrotados por Octavio. Sin embargo, el nuevo César lo confirmó en el trono de Judea.

Muchas fueron las obras que Herodes construyó a lo largo y ancho de su reino: teatros, anfiteatros, hipódromos, el acueducto de Cesárea Marítima y el célebre Templo de Jerusalén. Sin embargo, los horrores de su reinado compiten con el esplendor de sus edificios. Herodes mandó a matar a dos de sus hijos, Alejandro y Aristóbulo, acusados de conspirar contra él. Octavio, al saber de esta barbaridad, se limitó a decir: “Preferiría ser el cerdo de Herodes antes que su hijo”.

Según Vorágine y su Leyenda Dorada, Herodes sufrió una horrible enfermedad con fiebre y dolores insoportables. De él partían miasmas pestilentes debido a un ataque de piojos que carcomió su cuerpo.

Sintiéndose morir, Herodes fue a las termas de Callirhoe (cerca del Mar Muerto) y dio la orden de matar a todos los notables de Judea en el hipódromo de Jericho una vez que se hubiera concretado su muerte, con el fin de asegurarse de que el pueblo judío llore por él. Por suerte, su deseo no se cumplió. Herodes fue enterrado con gran pompa en el mausoleo que había preparado a tal fin ubicado en Herodium, al sudeste de Belén.

La muerte de Herodes está relacionada con el nacimiento de Jesús. Históricamente Herodes fallece setecientos cincuenta años después de la fundación de Roma y Cristo habría nacido probablemente entre el año 740 y 750, antes de que Herodes muriera (Mateo 2:1). Es este el dato que Dionisio, el exiguo, no tomó en cuenta al confeccionar el calendario encomendado por el Santo Padre.

Josefo, que basa su información en Nicolás de Damasco, no menciona la matanza de los inocentes como un hecho histórico. Probablemente este horror haya sido considerado un mal menor entre las barbaridades que caracterizaron al reinado de Herodes.

Detalle. En “La matanza de los inocentes” (1611), Guido Reni no ahorra sangre para escenificar el horror. Los soldados de Herodes cumplen la orden impiadosa mientras las madres intentan huir o piden misericordia. La mujer en primer plano es una típica imagen de Mater Dolorosa. Curiosamente, no hay padres defendiendo su descendencia. Mientras los niños son sacrificados no expresan miedo ni angustia, simplemente parecen dormidos. Los ángeles distribuyen palmas como símbolo de martirio y santidad.

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