Otras versiones de la historia indican que fueron los hititas (un imperio de Anatolia, en Asia menor), hacia el siglo XVII a.C., los primeros en utilizar tacos en el calzado, ya que fueron los primeros en clavar grandes tachuelas de hierro a una suela de cuero.
En la antigua Grecia los actores de teatro utilizaban unos tacones llamados kothorni, que tenían una suela de corcho o madera y medían entre 8 y 10 cm, pero no eran una prenda de uso habitual o cotidiano.
En el imperio mongol (siglo XI d.C.) también se usaban tacos en el calzado; en este caso resultaban útiles para afirmarse mejor en los estribos del caballo, sobre todo cuando andando a caballo había que disparar con arco y flecha, lo que requería que el jinete se sintiera estable y bien sostenido en sus estribos.
Durante la Edad Media los tacos también eran usados para andar a caballo ya que, como fue mencionado, ayudaban a ajustar el pie en el estribo; de hecho, las botas fueron los primeros calzados en llevar tacos. Además, las calles o senderos por esa época eran lodazales y estaban llenos de excrementos, por lo cual los tacones altos también eran útiles para transitar esas calles lodosas. Además de los tacones también solían usarse unas sandalias acolchadas y reforzadas que elevaban el pie.
En el Renacimiento los tacos siguieron siendo utilizados para montar, y el calzado con tacos de uso femenino empezó a ser popularizado por Catalina de Médici en Florencia en el siglo XVI. Catalina no era muy alta y quería estar a la altura de su futuro esposo, el duque Enrique II de Orleans, futuro rey de Francia, en el día de su boda; así que pidió que le hicieran un par de zapatos con plataformas para parecer más alta y lucir más esbelta. Catalina había visto en Venecia unos zapatos llamados chopines (o chapines) que usaban tanto los aristócratas como las prostitutas venecianas (aunque con distintos objetivos). Los chopines, originarios de España en el siglo XIV, eran de diseño muy variado; algunos eran bastante estrafalarios y llegaban a tener medio metro de alto, por lo cual no era extraño que los aristócratas que los usaban necesitaran ayudarse con criados para caminar sin caerse. Catalina de Médici no exageró tanto con la altura pero sí terminó imponiendo la moda de los zapatos con tacos.
En Inglaterra, María Tudor usó tacos, y el rey Carlos II usaba tacos a pesar de que su estatura era 1,85m.
En Francia, en 1660, un zapatero llamado Nicolás Lestage creó un modelo para el rey Luis XIV, “el rey sol”, que se transformó en un asiduo usuario de tacos altos. Como medía 1,63m –petiso, digamos–, aumentaba su estatura usando zapatos con tacos de unos 10 cm de alto de color rojo. Es más, firmó un edicto en el cual decretaba que sólo los miembros de su corte podían calzar zapatos con tacos rojos. Mientras tanto, la alta sociedad de la época ya calzaba zapatos con taco en forma habitual. Las clases adineradas empezaron a usarlos y los zapatos con tacos comenzaron a ser un signo de distinción social. Más alto el taco, más adinerado su dueño. Ayayay.
Más tarde, madame de Pompadour, cortesana de Luis XV, popularizó aún más los zapatos con tacos, a los que aún hoy se los llama “taco Louis” o “taco Pompadour”. Los hombres eran tan aficionados a los tacos como las mujeres; buscaban realzar su estatura y su figura, aunque por la altura de los tacos muchas veces tuvieran que ayudarse de un bastón para caminar sin perder el equilibrio.
En 1760, el diseñador italiano Giacomo Pirandelli, barón de Styletto, creó los primeros tacones de aguja con el fin de mejorar la montura de los jinetes y servir de soporte para las espuelas. Así que los “stilettos” fueron creados para uso masculino, aunque luego se convirtieron en objeto de moda entre las mujeres, que llegaban a lucir unos tacones altísimos, de 15 cm de altura, que causaron tal escándalo en Inglaterra que llegaron a ser prohibidos por ser considerados inmorales. Ups.
La Revolución Francesa (finales del siglo XVIII) prohibió los tacos, bajo el argumento de que debía promoverse la igualdad y que por entonces los tacos representaban una distinción clasista. Ups, otra vez.
En América, en el siglo XVIII, en Massachusetts se prohibió a las mujeres el uso de tacos argumentando que los usaban para atrapar a los hombres; se advirtió incluso que si alguna mujer era vista con tacos sería consideraba bruja (llamaban al taco alto “la pezuña del diablo”).
A mediados del siglo XIX, los tacones resurgieron con el rey Luis Felipe II de Orleans. A partir de entonces, los tacos altos ya pasaron a ser patrimonio casi exclusivo de las mujeres.
Hacia fines del siglo XIX los zapatos con tacos altos ya eran completamente aceptados; la invención de la máquina de coser posibilitó que comenzaran a existir diferentes variedades de zapatos de este tipo. Fueron inventados diferentes artilugios para trabajar el cuero, por lo que el calzado de mujer se volvió más cómodo; durante este período la altura de los tacos varió mucho, siendo su altura promedio de 6 cm.
En esa misma época comienzan a diferenciarse y a fabricarse los zapatos izquierdos con hormas diferentes a los derechos. La primera fábrica de tacos en serie se crea en Massachusetts en 1888.
Ya en el siglo XX, en los años ’20, los tacos eran furor. En 1923, el diseñador Salvatore Ferragamo creó unos zapatos de tacón fino que se introdujeron en el mundo de Hollywood. Bajaron un poco su altura en los ’30 y los ’40, pero Hollywood impuso la moda a través de sus actrices más reconocidas, que realzaban su figura usando tacos altos. En los ’50 (concretamente, en 1952) se diseñó el taco aguja inspirado en los rascacielos, con una estructura interna y punta de metal para soportar el peso del cuerpo en una superficie de un centímetro cuadrado.
Estos tacos fueron en su momento prohibidos en aeropuertos, puertos, edificios públicos y museos por ser considerados agresivos y provocadores, pero hoy en día, la variedad de modelos, formas, alturas y diseños hace innecesario cualquier comentario.
Lo que no deja de ser interesante después de este recorrido es que, como vimos, los primeros en usar tacos altos… fueron los hombres.