Unity Valkyrie Mitford tenía un nombre y un lugar de nacimiento que preanunciaban su futuro. Cuando fue concebida en Swastika, Ontario –Canadá– nadie podía saber que sería la amante del Führer.
Swastika es un pequeño pueblo minero. Esta mina pertenecía a David Freeman-Mitford II, barón de Redesdale. El matrimonio fue a visitar sus posesiones en Canadá, y en este pueblo concibió a la quinta de sus hijas a la que llamaron Unity Valkyrie, como las divinidades de la mitología nórdica quienes conducían a los guerreros caídos valerosamente en combate al Valhalla.
Unity fue desde muy joven una ferviente admiradora de Adolf Hitler, sosteniendo desde temprana edad una ideología fascista y antisemita. Pero no todas sus hermanas compartían sus ideas: Jessica, la “oveja roja” de la familia, fue integrante del Partido Comunista. Como Jessica compartía el cuarto con Unity, lo habían dividido con una línea para que cada una expresara sus inclinaciones partidarias. De un lado la esvástica, del otro la hoz y el martillo. Otra de sus hermanas, Diana, se había casado con Oswald Mosley, el fundador de la Unión Británica de Fascistas, y tenía prohibido ver a su familia, sin embargo, Unity desobedeció las órdenes paternas y frecuentó a la pareja convirtiéndose la integrante más extrovertida del Partido Fascista Inglés.
La admiración de ambas hermanas por Hitler las llevó a asistir al Congreso de Núremberg de 1933, oportunidad en la cual Unity pudo escuchar al Führer. Su convicción se convirtió en adoración y una obsesión por conocerlo personalmente. A tal fin se instaló en Alemania y persiguió a Hitler hasta que, finalmente, este la invitó a comer. Ambos quedaron impresionados, especialmente Hitler cuando se enteró que esta joven inglesa se llamaba Valkyrie, y que su abuelo había sido amigo de Richard Wagner y de Stewart Chamberlain, uno de los ideólogos del antisemitismo.
Adolf y Unity se volvieron cercanos a punto tal que Eva Braun empezó a tener celos de la inglesa. Mitford, por su lado, ganó prestigio dentro del círculo cercano del Führer y públicamente pronunció discursos contra el “peligro judío”. Su devoción a la causa le ganó una esvástica dorada que el mismo Hitler le otorgó y un palco privado para presenciar los Juegos Olímpicos de 1936. Unity acompañó al Führer cuando anunció el anexamiento de Austria y fue arrestada en Praga por distribuir propaganda nazi. Toda esa actividad generó sospechas en el servicio secreto inglés que siguió los pasos de esta aristócrata tan cercana a Hitler. Sus acciones habían quedado al borde de la traición a la patria.
Sin embargo, Unity trató por todos los medios de convencer a Hitler de no entrar en guerra con Inglaterra. Según Albert Speer, ella insistía en que se podía lograr un acuerdo entre ambas naciones. Entra en el campo de especulaciones hasta qué punto la prédica de Unity influenció en Rudolf Hess para realizar el misterioso viaje que haría en plena guerra con la intención de lograr la paz con el Reino Unido.
Durante el Festival de Bayreuth de 1939, Hitler le advirtió a Unity y Diana que el inicio de las hostilidades era inevitable. Unity no podía resistir ver a dos países que ella amaba destrozarse en una guerra, y así fue como se adentró en el Jardín Inglés de Múnich y se disparó en la cabeza con una pistola que el mismo Hitler le había regalado. Al encontrarla, fue él quien se hizo cargo de la atención de Unity y la visitó frecuentemente durante su internación. Hubo varias versiones sobre este intento de suicidio, y hay quienes lo niegan. Otros, sostienen que poco después de llegar de Inglaterra, Unity dio a luz un niño que sería hijo de Adolf Hitler. El niño habría sido dado en adopción. ¿Acaso un descendiente del Führer vive en Gran Bretaña?
En 1943 su condición se complicó con una meningitis qua acabó con su vida. La amante de Hitler está enterrada en Swinbrook bajo una lápida que reza “no digas que la lucha no sirve de nada”.