Yo, el Supremo

Nació en Asunción (Paraguay), el 6 de enero de 1766. Hijo de don José Engracia García Rodríguez de Francia, oriundo de Mariana, en el distrito del Virreinato de Río de Janeiro, quien llegó al Paraguay en 1750, y de doña María Josefa Fabiana Velasco y Yegros.

Hizo los rimeros estudios con los franciscanos, y luego pasó a la Universidad de Córdoba, donde se doctoró en Sagrada Teología, en 1785.

Fue nombrado profesor de vísperas de teología en el Colegio Carolino de su ciudad natal, en 1798.

Retirado de la docencia se dedicó al ejercicio de la abogacía, ganado pronto justa reputación por su saber y rectitud.

Rompió relaciones con su padre en 1790, y desde entonces hasta 1809, llevó una vida disipada, siendo contertulio habitual de casas de juego y bailes de arrabal.

Luego de sufrir una grave enfermedad, se radicó en Yvyray.

En 1808, fue elegido alcalde de primer voto en el Cabildo asunceño, y al año siguiente, Síndico procurador. Dicha corporación lo nombró para integrar la terna de candidatos a diputado del Virreinato a la Junta Central Gubernativa, con sede en la Metrópoli.

El 16 de mayo de 1811, llamado por Juan Pedro Cavallero apareció en el Cuartel de la Ribera, cuna de la revolución.

Integró el primer Triunvirato con Bernardo de Velasco y Juan Baleriano de Zevallos.

El congreso del 17 de junio del mismo año, lo eligió vocal de la Junta Superior Gubernativa, de la cual se retiró a causa de algunos rozamientos con los militares. Pero retornó a ella, un después para negociar el tratado del 12 de octubre con los plenipotenciarios de Buenos Aires, Manuel Belgrano y Vicente A. De Echevarría. En diciembre, se retiró nuevamente de la Junta. Su ausencia esta vez duró casi un año.

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José Gaspar Rodríguez de Francia.

José Gaspar Rodríguez de Francia.

El Congreso de 1813, lo eligió cónsul de la República, juntamente con Fulgencio Yegros, confiriéndoles el grado y los honores de brigadier de ejército.

La Asamblea reunida en octubre de 1814, lo nombró dictador temporal por el término de cuatro años, y el Congreso en mayo de 1816, le hizo dictador perpetuo.

Creó Francia un Estado totalitario, quizás el primero del mundo en el sentido moderno de la palabra, donde fueron arruinadas las principales familias, fusilados los próceres, aplastada la elite intelectual del país. Sin clases dirigentes, sin instituciones de cultura, los templos y escuelas amenazando ruina, se mantuvo al país en un verdadero enclaustramiento.

Falleció en Asunción, el 20 de septiembre de 1840. Sus restos desaparecieron misteriosamente de la antigua Iglesia de la Encarnación en 1870.

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