Para el año 1982 Theodore John Kaczynski, conocido internacionalmente como Unabomber, un ex profesor de matemáticas y simpatizante del anarquismo ya había ejecutado más de media decena de ataques contra directivos de universidades y funcionarios de líneas aéreas sin lograr ocasionar ninguna víctima fatal, su carrera de atentados se extendería entre 1978 y 1995, lo que convirtió su caso en la investigación más costosa y larga que hasta entonces hubiera manejado el FBI.
“Es frustrante, pero parece que no puedo hacer una bomba mortal”, había escrito en su diario, luego de alejarse del mundo para vivir en una rústica cabaña en Montana, Estados Unidos. Ciudad en la que se convirtió en uno de los terroristas más buscados del país.
La espectacularidad de los ataques, junto a la intriga sobre su identidad y a su famoso manifiesto -un ensayo de 35.000 palabras en contra de la sociedad industrial- cautivaron la atención de los estadounidenses que, más de 20 años después de su captura el 3 de abril de 1996, aún mantienen gran interés por Unabomber.
Pero ¿quién era Unabomber y por qué su historia sigue siendo tan atrapante?
Considerado un genio precoz de las matemáticas, Theodore Kaczynski nació un 22 de mayo de 1942 en Chicago, Illinois. A los 16 años se graduó de bachiller y obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Harvard. Más tarde cursaría la maestría y el doctorado en Matemáticas de la Universidad de Michigan, donde su desempeño académico sorprendió a sus profesores. “Mis recuerdos de la Universidad de Michigan NO son agradables”, escribió en una carta muchos años después.
Muchos de sus compañeros comenzaron a prestar atención al introvertido joven cuando empezó a publicar interesantes artículos en los boletines científicos. Kaczynski tenía la costumbre de resolver problemas extremadamente difíciles y luego publicarlos en aquellas revistas. En 1967 presentó su tesis doctoral y se muda a California, donde se convierte en el profesor asistente más joven de la Universidad de Berkeley.
En 1971, renuncia repentinamente a la docencia y se va a vivir en una pequeña cabaña que él mismo construye en el estado de Montana, casi en aislamiento total del mundo. Desde ese lugar, Kaczynski se dedica a planear y a ejecutar un plan en contra de la sociedad industrial. Para ello, atacó a distintas personas escogidas como objetivos con diferentes criterios: desde un investigador sobre genética hasta un vendedor de computadoras, pasando por empresarios e intelectuales de la elite informática de la época.
En mayo de 1978, comenzó su carrera con el envío de una carta bomba a Buckley Crist, un profesor de ingeniería de materiales de la Universidad Northwestern. El paquete fue hallado en un estacionamiento de la Universidad de Illinois, en Chicago, con instrucciones de ser “retornado” a Crist, quien, al recibirlo, tuvo sospechas sobre su origen y lo entregó a un guardia de seguridad que resultó herido en una mano al intentar abrirlo.
Su primera víctima mortal fue Hugh Scrutton, propietario de una tienda de venta de computadoras en California. Luego realizaría otros cinco atentados, el último de ellos en 1995, en los que causaría otros dos muertos. Ese año, Kaczynski envió cartas a varios medios de comunicación pidiendo que publicaran de forma completa su ensayo llamado “La sociedad industrial y su futuro”, prometiendo que si lo hacían detendría su cadena de ataques.
El documento era conocido por el FBI como el “Manifiesto de Unabomber” y en él afirmaba que “la revolución informática y sus consecuencias serían un desastre para la raza humana”, argumentando que esto se debe en parte a que la sociedad moderna ha forzado a las personas a actuar de una forma cada vez más alejada del patrón natural de comportamiento.
Publicar o no el texto representaba para los medios y las autoridades norteamericanas un dilema ético, pues estarían accediendo a las exigencias de un terrorista. Finalmente, y por pedido del FBI, el manifiesto aparece impreso en los diarios de la época.
Esa polémica acción fue clave para la posterior captura de Unabomber el 3 de abril de 1996 en la cabaña en la que vivía. Las autoridades creían que la divulgación del manifiesto podría facilitar su identificación y ofrecieron una recompensa de US$1 millón a quien ofreciera información que facilitara su arresto. Cientos de llamados comenzaron a llegar al FBI, desde personas atribuyéndose los atentados, hasta supuestos testigos. Todos terminaron siendo falsos, la identidad de Unabomber saldría a la luz de una forma inesperada para los investigadores.
David Kaczynski, el hermano de Theodore, se sorprendió leyendo el manifiesto de Unabomber al encontrar una frase que le recordaba a su hermano, del que no tenía noticias desde hacía casi diez años. Decide entonces contratar un investigador privado para que indagara sobre la vida de su hermano desaparecido. Luego, entregó el material recopilado al abogado Tony Bisceglie, quien sirvió de intermediario entre el FBI y la familia Kaczynski.
En enero de 1998, Kaczynski se declaró culpable de todos los cargos federales formulados en su contra, reconociendo ser Unabomber, a cambio de evitar la pena de muerte y recibir una condena a prisión perpetua sin posibilidad de recuperar su libertad y renunciando a la posibilidad de apelar la sentencia.
Una vez en la penitenciaria de máxima seguridad de Colorado, Ted Kaczynski ha desarrollado una enorme actividad epistolar, gran parte de la cual gira en torno a las ideas de su manifiesto con más de 400 personas alrededor del mundo. La mayoría de su correspondencia se encuentra archivada en la Universidad de Michigan (The Labadie Collection), donde también están guardados los originales de nuevos escritos de Kaczynski. Algunos de los textos desde prisión son: Technology slavery del año 2010 y A dream named you del año 2015.