Acorralados por el descontento social y económico, la dictadura militar decidió concretar una idea acariciada desde hacía tiempo: La recuperación de las Islas Malvinas. El operativo se basó en la errónea convicción que Inglaterra jamás enviaría sus tropas a ese lejano archipiélago en el Atlántico Sur. Las autoridades militares no tomaron en cuenta que la conflictiva situación social en Gran Bretaña también impulsaría a la Primer Ministro Margaret Thacher, a buscar en esta guerra un medio de aumentar su escasa popularidad.
El conflicto comenzó el 19 de marzo de 1982, cuando un grupo de chatarreros argentinos liderados por Constantino Davidoff, viajaron a las Georgias del Sur en el ARA Bahía Buen Suceso. Su fin era desmantelar una antigua factoría en Puerto Leith, Isla San Pedro, de las Georgias del Sur, tal como habían arreglado con una empresa británica. Contra lo que habían convenido, los argentinos izaron una bandera, cosa que fue vista como una provocación por los británicos. Inmediatamente enviaron al HMS Endurance a la isla.
Este hecho, que fue atribuido al “espontáneo patriotismo de los trabajadores” había sido preparado por las Fuerzas Armadas argentinas (llamado proyecto Alfa) sin haber advertido a la Cancillería sobre sus intenciones.
Un reducido grupo de marinos argentinos, al mando del Teniente Astiz, ensayó una resistencia a los británicos en las Islas Georgias. Aunque en los medios se exaltó la preparación de estos comandos para enfrentar al enemigo en condiciones adversas, poco duró la resistencia. Fue muy difundida entonces la frase de Astiz al internarse en las islas: “rompo los tacos”, fue la expresión usada cuando descompuso los equipos de trasmisión para no ser hallados. El 25 de abril, las Georgias fueron retomadas por los británicos y todo el personal y las tropas capturadas sin mayor resistencia.
El episodio de las Georgias desencadenó una serie de reclamos del gobierno británico. En realidad, había sido la excusa para apartar de las islas al HMS Endurance y de esta forma comenzar el desembarco en Las Malvinas, llamada Operación Rosario (la fase anfibia se llamó Operación Azul).
La intención del gobierno militar era, una vez lograda la recuperación las Malvinas, usar nuestras fuerzas para recuperar las Islas de Beagle, por entonces bajo mediación del Papa Juan Pablo II (declaraciones del brigadier Lami Dozo y el canciller Oscar Camillón).
El 2 de abril, mientras se desarrollaba el conflicto en las Islas Georgias, un grupo de operaciones al mando del vicealmirante Lombardo con varias naves a su disposición y batallones de Infantes de Marina y el Ejército, se lanzó a la conquista del Puerto Argentino (Puerto Stanley) que contaba con escasos 100 miembros de las fuerzas armadas británicas para contener el ataque. Como los ingleses habían sido advertidos de los movimientos de naves argentinas, el gobernador, Rex Hunt, concentró las tropas disponibles, apagaron el faro local e inutilizaron el aeropuerto.
La operación dispuesta para el 1ero. de abril se pospuso por el mal tiempo hasta la noche, cuando un grupo de anfibios y buzos tácticos partieron hacia Mullet Creek. A las 1.30 hs. las tropas argentinas atacaron los barracones, mientras los Infantes de Marina al mando del capitán Pedro Giachino tenía como objetivo capturar al gobernador.
A las 5.45 hs. después de atacar los barracones, las fuerzas especiales se percataron que estaban vacías.
Entonces comenzaron el desembarco de anfibios, mientras el grupo de Giachino se dirigía a la casa del gobernador, donde se habían concentrado las escasa fuerzas británicas, que abrieron fuego después de la intimidación a rendirse del oficial argentino. Como producto de este enfrentamiento, muere el capitán Giachino y son heridos el teniente García Quiroga y el cabo Urbina. El asedio se mantuvo y para las 8.30 hs. los ingleses deliberaron cómo debían seguir: o continuaban una guerra de guerrillas en el interior de la isla o se rendían. Ésta última fue la opción elegida, y para las 9.30 hs. el ejército argentino tomó la radio local, que pasó a ser LNT 8 Canal 7, Islas Malvinas.
En Buenos Aires hubo manifestaciones de júbilo. La Plaza de Mayo fue esta vez sede de las expresiones de apoyo a la invasión. El gobierno convocó a personalidades de distinto ámbitos políticos y sindicales para firmar un acta validando lo hecho hasta entonces.
La consigna entonces era “Vamos ganando”, mientras el general Alexander Haig de EE.UU., trataba de llegar a un arreglo con los oficiales argentinos.
Haig estaba presente cuando Galtieri volvió exultante después de haber sido aclamado por el pueblo en la Plaza de Mayo, ”Esto no tiene vuelta atrás”, le dijo Galtieri a Haig mientras la concurrencia vociferaba el himno.
¿Alguna vez sabremos toda la verdad de nuestra historia? Escuchen este testimonio de Julio Bárbaro sobre el fracasado intento de los ingleses de entregar las Islas Malvinas en tiempos de Juan Domingo Perón y su esposa. Este acto ¿cómo podría llamarse?