“La bomba rubia argentina”, así bautizaron en Francia a la actriz entrerriana Tilda Thamar. Antes, la oriunda de Urdinarrain tuvo destacadas actuaciones en el país.
Esta mujer, que gozó de prestigio internacional, en su exitosa trayectoria participó en más de 60 títulos cinematográficos. La artista también se dedicó al dibujo y la pintura, volcando coloridos paisajes de la provincia de Entre Ríos. Falleció a los 68 años luego de sufrir un accidente automovilístico en Francia.
Primeros años y nacimiento de una vocación
Matilde Sofía Margarita Abrecht Nichoerster nació el 7 de diciembre de 1921 en la pequeña localidad de Urdinarrain, en sureste de Entre Ríos.
Sus padres fueron Martha Nichoerster y Carlos Abrecht, un alemán procedente de la región alemana de la Selva Negra, que se radicó en Urdinarrain como tenedor de libros y maestro de alemán.
De hecho, en 1925 el padre de la futura actriz abrió una librería, casa de venta de discos y revistas, estudio de fotografía, y joyería, que cerró en 1950.
Cuando Tilda creció optó por un nombre artístico. Del apodo que surgía naturalmente de su primer nombre, Matilde, quedó Tilda, y creó su apellido transponiendo las sílabas del nombre de pila de su madre Martha (tha-Mar).
Carrera prematura
Interesada desde pequeña por la actuación, Tilda debutó en cine en 1936, a los 15 años de edad. Tras realizar varias películas como actriz de segundo nivel, en 1937 la entrerriana apareció junto a Eva Perón en la película “¡Segundos afuera!”, de Israel Chas de Cruz y Alberto Etchebehere, que protagonizaba el ex boxeador Pedrito Quartucci.
Con la aparición del peronismo y el final de la Década Infame, una seguidilla de dictaduras y tiranías antipopulares, el cine comenzó a presentar obras cada vez más artísticas y provocativas. Tal es así que en 1946 Tilda Thamar participó en la película “Adán y la serpiente” de Carlos-Hugo Christensen, protagonizada por Mirtha Legrand. En ese filme, la joven de 24 años se transformó en la primera mujer argentina que se atrevió a lucir un traje de baño de dos piezas. Fue estrenada con gran escándalo en el cine Ópera de Buenos Aires, y se convirtió en un arrasador éxito.
Además de ser uno de sus trabajos más impactantes por ser uno de sus filmes más exitosos, la película se convirtió en la primera que la censura argentina calificó como “prohibida para menores de 18 años”.
El salto a Francia
Durante esos años peronistas, Tilda Thamar empezó a conseguir papeles protagónicos. Sin embargo, en 1948, con 26 años, se casó en primeras nupcias con el conde Toptani y, debido a su desagrado contra el peronismo, se estableció en París, Francia.
No obstante, cada año filmaba varias películas en Buenos Aires. En 1950 fue contratada por la empresa Lumitón (de ideología peronista), para filmar para ellos siete películas como su “vampiresa oficial”.
Un año antes, Thamar había posado desnuda para la artista germano argentina Annemarie Heinrich, quien le tomó fotografías. Luego la mujer fue acusada de exhibir obras obscenas.
Tras el golpe de Estado contra Perón el 16 de septiembre de 1955, repentinamente su carrera prácticamente se terminó en Argentina. En esos años, en París, la entrerriana, posiblemente para victimizarse, creó la leyenda de que había sido prohibida por Eva Perón después de hacer, en 1948, “Novio, marido y amante”.
Lo cierto es que en Francia, Thamar fue bautizada como “la bomba rubia argentina”. De hecho, en ese país y en España trabajó alternando la actuación con la dirección de cortometrajes y largometrajes en 16mm por los que mereció algunas distinciones.
Regreso al país
Tilda volvió a Argentina en 1955 para filmar “La mujer desnuda”, de Ernesto Arancibia, con Alberto de Mendoza y Ramón Garay. En 1956 se casó en segundas nupcias con el pintor Alejo Vidal-Quadras, con quien vivió hasta su divorcio en 1970.
Egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes, Thamar también dio lugar a su pasión por el dibujo y la pintura, en la que volcó los coloridos objetos de su provincia natal y de Misiones, sitio que frecuentó en su niñez acompañando a su padre Carlos Abrecht, que explotaba yerbatales en el norte argentino.
Sus cuadros recreaban coloridos paisajes selváticos en los que aparecían esbeltos felinos de mirada penetrante. Thamar expuso su obra en numerosas oportunidades y fue invitada al programa Almorzando con Mirtha Legrand, a quien conocía desde sus inicios en el mundo del espectáculo. En 1979, en una galería de Retiro presentó exitosamente 33 telas.
Muchas décadas después, en mayo de 1991, el gobierno de Buenos Aires decretó el cierre de una galería de arte y la custodia policial de su vidriera, que exhibía un desnudo fotográfico de Thamar por Annemarie Heinrich (de 30 ž 40 cm) en el marco de la exposición “El espectáculo en la Argentina” (1930-1970), junto a fotografías de Enrique Santos Discépolo, Eva Perón, Alfredo Alcón, Blanca Podestá, entre otros.
Trágico final
Tilda Thamar falleció trágicamente a los 68 años, el 12 de abril de 1989 a causa de un accidente de tránsito mientras manejaba por el norte de Francia, cerca del pueblo de Clermont en Argonne, a 110 kilómetros al suroeste de la frontera de Francia con Luxemburgo, con el automóvil cargado con sus pinturas. Hoy en día sus restos descansan en el Cementerio de la Chacarita.