Nacimiento en Grecia e infancia en el exilio
El 3 de noviembre de 1938, cuando se supo que los príncipes Pablo de Grecia (1901-1965) y Federica de Hannover (1917-1981) habían sido padres de una niña, varios grupos de atenienses se dirigieron a la casa de los príncipes, ubicada en un barrio residencial de Atenas, gritando “Sofía, Sofía”, demostrando así su deseo de que la recién nacida se llamara como su abuela paterna siguiendo la tradición griega.
La que fuera reina de España nació como hija de príncipes y no lo sería de reyes hasta que en 1947. Pablo de Grecia sucedió a su hermano Jorge II y fue proclamado rey de Grecia, papel que ejerció hasta su fallecimiento en 1964 cuando le sucedió su hijo Constantino.
Pasó parte de su niñez en Egipto y África del Sur, pues su familia tuvo que expatriarse durante la segunda Guerra Mundial. En 1940 nació su hermano, Constantino y, en 1942 la familia se amplió con el nacimiento de la princesa Irene quien llegó al mundo en Ciudad del Cabo, donde estaba refugiada la familia real griega.
Regreso a Grecia
En 1946, y tras la guerra mundial y la guerra civil en Grecia, la princesa Sofía regresó a su patria y en 1947, junto a su familia, se instaló en el palacio real de Atenas tras la proclamación como rey de su padre. A los 14 años, sus padres la enviaron al internado alemán de Schloss Salem, que dirigía un hermano de la reina Federica. Al concluir el bachillerato, la princesa Sofía regresó a Atenas, en donde se especializó en Puericultura, Música y Arqueología. Trabajó como enfermera infantil en la escuela Mitera, en Atenas, y junto a su hermana Irene escribió los libros ‘Cerámicas en Decelia’ y ‘Miscelánea arqueológica’, en los que sus autoras contaron los hallazgos arqueológicos de las excavaciones que realizaron en la finca donde estaba enclavado el palacio de Tatoi, residencia de la familia real griega, ubicada a las afueras de Atenas.
Noviazgo y boda con Juan Carlos de Borbón
En 1956 participó en el crucero por las islas griegas a bordo del Agamenon, un barco en el que, por iniciativa de la reina Federica, se reunieron representantes de todas las casas reales de Europa En el crucero se vieron, por primera vez, la princesa Sofía y el príncipe Juan Carlos de Borbón, pero no fue hasta unos años más tarde cuando, tras asistir, en 1960, a la boda de Teresa de Wuttenberg y Enrique de Orleáns, volvieron a coincidir el 8 de junio de 1961, en Londres, en la boda de los duques de Kent. Un año más tarde, ya estaba casada con Juan Carlos de Borbón con quien contrajo matrimonio en una doble ceremonia (católica y ortodoxa) que se celebró en Atenas el 14 de mayo de 1962.
La princesa Sofía en Zarzuela
Tras la luna de miel, la pareja se instaló en el palacio de la Zarzuela. La princesa Sofía dedicó los primeros años de casada a la casa y la familia y a adaptarse al idioma y las costumbres españolas.
Ha tenido tres hijos, todos ellos nacidos en la desaparecida Clínica Nuestra Señora de Loreto, en Madrid: Elena, infanta de España y duquesa de Lugo, nacida el 20 de diciembre de 1963; Cristina, infanta de España y duquesa de Palma de Mallorca, nacida el 13 de junio de 1965 y Felipe, príncipe de Asturias, nacido el 30 de enero de 1968.
Hasta 1975, la princesa Sofía acompañó al príncipe Juan Carlos en los actos oficiales que les asignaban, lo que le hizo recorrer y conocer la geografía española. También empezó a ir a la universidad a fin de ampliar sus estudios y, también para relacionarse con los jóvenes y la sociedad española. Doña Sofía escogió personalmente el colegio al que fueron sus hijos, Santa María del Camino, las niñas, y Virgen de los Rosales, el niño, y se empeñó en que los tres fueran tratados sin privilegios.
Doña Sofía, reina consorte
La vida de la princesa Sofía cambió el 22 de noviembre de 1975 cuando don Juan Carlos fue proclamado rey y ella, reina consorte. Desde entonces su misión fue acompañar a don Juan Carlos en todos los actos oficiales y viajes, dentro y fuera de España. Con los años empezó a tener su agenda propia principalmente orientada en actos culturales y sociales. A fin de canalizar todas las peticiones de ayuda que recibía en la Zarzuela, la Reina creó la Fundación Reina Sofía cuyos fondos se dedican a proyectos de cooperación. Doña Sofía está muy implicada en la ayuda y apoyo a los enfermos de Alzhemier y a sus familiares y también presta su apoyo al sistema de microcréditos de los que es defensora e impulsora.
Además de su participación en actos oficiales e institucionales, la Reina dedica gran atención a actividades sociales y asistenciales. Ostenta la Presidencia de Honor de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y del Real Patronato sobre Discapacidad, así como de varias instituciones culturales y musicales, como la Escuela Superior de Música Reina Sofía.
Doña Sofía, abuela
Doña Sofía tiene ocho nietos: Leonor y Sofía de Borbón Ortiz, hijas de los Príncipes de Asturias, Felipe y Victoria de Marichalar y de Borbón, hijos de la Infanta Doña Elena y Jaime de Marichalar; y Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin y de Borbón, hijos de la Infanta Doña Cristina y su esposo, Iñaki Urdangarin, Duques de Palma de Mallorca. Doña Sofía ejerce de abuela siempre que puede y sigue muy de cerca la evolución y la educación de todos sus nietos.
Entre sus aficiones destaca la música, los animales y la naturaleza en general. En los últimos años ha representado a la casa real española en las celebraciones de otras casas reales europeas, con las que mantiene relaciones de familia. También ha participado activamente en la representación de España en los juegos olímpicos. Ella misma fue suplente del equipo de vela griego en los juegos olímpicos de Roma 1960.
La Reina Sofía se ha enfrentado en los últimos meses a la aparición de informaciones relativas a su vida matrimonial e igualmente ha sido cuestionado su apoyo a la infanta Cristina, cuyo marido, Iñaki Urdangarin, está implicado en las presuntas irregularidades económicas del Instituto Nóos.
Tras la abdicación del rey Juan Carlos, el 19 de junio de 2014, doña Sofía seguirá ostentando el título de Reina.
