Franz Strauss, el padre de Richard, fue el principal trompetista de la Orquesta de la Corte de Munich y fue señalado como el instrumentista más virtuoso de su país. Durante su educación temprana, el pequeño Richard ya dedicaba la mayor parte de su tiempo y energía a la música. Cuando dejó la escuela en 1882, ya había compuesto más de 140 obras y varias obras de cámara y orquesta. Este período temprano de la obra de Strauss refleja la educación musical recibió de su padre, quien adoraba a los clásicos y detestaba a Richard Wagner como hombre y como compositor, a pesar de interpretar notablemente sus óperas.
Gracias a las conexiones de su padre, el pequeño Richard conoce a los músicos más importantes del momento, incluido el director Hans von Bülow, quien encarga la Suite de Strauss para 13 Vientos para la Orquesta Meiningen y lo invita a realizar su primera actuación en Munich en noviembre de 1884. Tras este exitoso debut como director, Bülow le ofrecía a Strauss el puesto de director asistente en Meiningen. De allí en adelante, la eminencia de Strauss como conductor fue paralela a su ascenso como compositor. Entre los puestos de dirección que pasó a ocupar fueron los del tercer conductor de la Ópera de Munich (1886-89), director de la Orquesta de la Corte de Weimar (1889-94), segundo y luego director en jefe de Munich (1894-98), director de la Royal Court Opera en Berlín (1898-1919), y codirector musical de la Ópera Estatal de Viena (1919-24).
En la ciudad de Meiningen conoce al compositor Alexander Ritter, quien profundiza la admiración por Wagner que Strauss había cultivado en secreto para no molestar a su padre. Ritter lo motiva a abandonar las formas clásicas y expresar sus ideas musicales en medio del poema sinfónico, como ya lo había hecho Franz Liszt. Strauss tuvo que trabajar durante un tiempo para dominar esta forma, un punto intermedio de ese recorrido podría ser su Aus Italien (1886), una “fantasía sinfónica” basada en las impresiones durante su primera visita a Italia. En Weimar, en noviembre de 1889, dirige la primera representación de su poema sinfónico Don Juan. La recepción triunfal de esta pieza condujo a la aclamación de Strauss como el heredero de Wagner y marcó el inicio de su exitosa carrera como compositor. También en Weimar, en 1894 dirigió el estreno de su primera ópera, Guntram, con su prometida Pauline de Ahna en el papel principal de soprano. Se había convertido en su alumna de canto en 1887, y se casaron en septiembre de 1894. La personalidad tempestuosa de Pauline fue el opuesto complementario de la naturaleza distante de su marido. El lazo entre ellos fue sólido, terminaron sus días juntos 55 años después.
Entre 1898 y 1899 se estrenaron dos de los poemas más ambiciosos de Strauss, Don Quijote y Ein Heldenleben (La vida de un héroe). En 1904 él y Pauline, quien fue la principal exponente de sus canciones, recorrieron los Estados Unidos. En la ciudad de Nueva York dirigió la primera presentación de su Symphonia Domestica (Sinfonía doméstica). Al año siguiente, en Dresden, tuvo su primer éxito operístico con Salomé, basado en la obra de Oscar Wilde.
La ópera Elektra marcó la primera colaboración de Strauss con el poeta y dramaturgo austríaco Hugo von Hofmannsthal, en el año 1909. En los próximos veinte años, Strauss escribió la música y Hofmannsthal los libretos para otras cinco óperas, hasta la muerte de éste último en 1929. Con el estreno en 1911 de su segunda ópera juntos, Der Rosenkavalier (El caballero de la rosa), lograron un éxito popular de primera magnitud. Sus siguientes óperas juntas fueron Ariadne auf Naxos (1912; Ariadna en Naxos), Die Frau ohne Schatten (1919; La mujer sin sombra) y Die Ägyptische Helena (1928; La egipcia Helen).
Después de 1908, Richard Strauss vivió en Garmisch, en Baviera, en una villa que construyó con las regalías de Salomé. Dirigió en Berlín hasta 1919, cuando aceptó convertirse en director conjunto, junto con Franz Schalk, de la Ópera Estatal de Viena. Su nombramiento resultó desafortunado, ya que coincidió con un clima de posguerra que relegó a Strauss y otros compositores románticos tardíos similares a la categoría de “anticuado”. Strauss no estaba interesado ni tuvo habilidades en política, y renunció a su puesto en Viena en 1924. Esta ingenuidad política diezmó la reputación de Strauss cuando los nacionalsocialistas llegaron al poder en 1933. Aunque pudo manipular a los grandes duques y kaisers, demostró no ser rival para los despiadados totalitarios del Tercer Reich e involuntariamente se permitió ser usado por ellos por un tiempo. Así, de 1933 a 1935 se desempeñó como presidente de la Reichsmusikkammer (Cámara de música estatal) de Alemania, que era la oficina de música del estado. Después de la muerte de Hofmannsthal en 1929, había colaborado con el dramaturgo judío Stefan Zweig en una ópera cómica, Die schweigsame Frau (1935, The Silent Woman). Esta colaboración fue inaceptable para los nazis. La ópera fue prohibida después de cuatro representaciones, y Strauss se vio obligado a trabajar con un libretista no judío, Joseph Gregor. El hecho de que la esposa de su hijo era judía también fue usado en su contra. Strauss utilizó toda su influencia como el mejor compositor vivo de Alemania para proteger a su nuera y sus dos hijos. Pasó parte de la Segunda Guerra Mundial en Viena, donde estuvo fuera de los focos de atención, y en 1945 viajó a Suiza. Los tribunales de denazificación aliados eventualmente limpiaron su nombre, y él regresó a Garmisch en 1949, donde murió tres meses después de las celebraciones de su 85° cumpleaños.