Maurice Gamelin: El mariscal de la derrota

Maurice Gamelin era hijo de un general y perteneció a la generación que había sufrido las consecuencias de la trágica derrota de la guerra francoprusiana y que buscaba rehabilitar la imagen de su ejército. Fue el primero de su promoción y tuvo un destacado desempeño durante la Primera Guerra Mundial. Había publicado un libro que le ganó prestigio entre sus colegas, llamado “Estudio Filosófico del Arte de la Guerra”. Se desempeñó como asistente del mariscal Joffre y más tarde con Ferdinand Foch.

Después de la guerra fue agregado militar en Brasil, y se desempeñó en Siria y en el Líbano. Desde 1932, al ver el crecimiento de la figura de Hitler y su política contra el Pacto de Versalles, Francia decidió que era momento de prepararse en caso de un nuevo ataque alemán. Para 1939 no había dudas que Gamelin era el mejor de los generales franceses para enfrentar a la maquinaria bélica nazi. Pronto se darían cuenta que estaban equivocados…

Gamelin se instaló en el Château de Vincennes a esperar el Blitzkrieg alemán, en un lugar que no tenía teléfonos ni otro medio electrónico de comunicación. No atacó a tiempo a los alemanes teniendo una retaliación y confió en la invulnerabilidad de la línea Maginot. Prohibió el bombardeo de la zona industrial de Ruhr y no tenía listo al ejército francés, esperando que los polacos contuviesen el ataque alemán y que los británicos aportarían más fuerzas para contener al Blitzkrieg. En pocas palabras, adoptó tácticas estáticas propias de la Primera Guerra cuando todo indicaba que la movilidad sería la clave de la nueva contienda.

Lamentablemente la lenta reacción del comandante francés terminó con sus tropas acorraladas en Dunkerque por los veloces tanques alemanes y el ataque sostenido de la Luftwaffe.

El 18 de mayo de 1940, Gamelin fue destituido de su puesto mientras los periódicos llamaban a esta desastrosa campaña la “guerra de broma”.

Gamelin fue acusado de traición por el gobierno títere de Vichy. Durante todo el proceso, Gamelin guardó silencio. Pasó toda la guerra encerrado en una cárcel. Al ser puesto en libertad, publicó sus memorias tituladas “Servir”.

Murió en París, en 1958, a la edad de 85 años.

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