Los hermanos Bonaparte y las dos plebeyas que se convirtieron en reinas

François Clary (24 de febrero de 1725 – 20 de enero de 1794) era un próspero comerciante de seda que sufrió el acoso de los revolucionarios franceses. De hecho, fue apresado y solo liberado para morir en su hogar. José Bonaparte asistió a su liberación y la de su hijo, y luego accedió, junto con su hermano Napoleón, al hogar de los Clary donde conocieron a las jóvenes hijas del comerciante. José cortejó a Julia, seis años mayor que Desirée, quien se quedó con el entonces prometedor, pero aún oscuro, oficial del ejército francés.

Los hermanos mayores se casaron en 1794 y Napoleón se comprometió con la menor de las Clary en octubre de 1795. Tan sólo cuatro meses más tarde, este rompió su compromiso después de haber conocido a Josefina de Beauharnais.

Desirée, desconsolada, escribió: “Has hecho mi vida miserable, pero soy bastante débil para perdonarte”. Más adelante le reprochó: “Has robado mi virginidad”.

No pasó mucho tiempo y la bella Desirée se casó con el general Jean Baptiste Bernadotte cuando éste ni soñaba que terminaría siendo rey de Suecia. Mientras tanto, José se convertía en rey de España gracias a la conquista de la península ibérica por las tropas francesas.

Dos plebeyas que no soñaron ser reinas

Mientras que Desirée acompañó a su marido a Suecia -aunque nunca aprendió el idioma- y se ausentó por largo tiempo en el gélido palacio en Estocolmo, Julia, además de no hablar una palabra en español, nunca pisó España, pero si gozó de las joyas de la corona en París, ya que se quedó con la célebre Perla Pelegrina. En su ausencia, su marido cultivó una ajetreada vida de galán.

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Los hermanos Bonaparte
Los hermanos Bonaparte

 

 

Vencidos los franceses, José debió huir hacia los Estados Unidos, donde vivió cómodamente lejos de su esposa. En algún momento le fue ofrecida la corona de México, lo que hubiese consagrado a Julia como una nueva reina ausente, ya que no pensaba dejar París. Finalmente, José y Julia se volvieron a encontrar en Florencia donde los sorprendería la muerte. Esta reina de España, que no conoció su tierras, está enterrada junto a Galileo y Miguel Ángel en Santa Croce. José también fue sepultado en Florencia, pero a instancias de Napoleón III fue trasladado a París y su cuerpo fue enterrado junto a Napoleón en Les Invalides. Nuevamente se repitió la separación de esta pareja que nunca fue muy unida.

Desirée volvió a Suecia después de doce años de ausencia y allí vivió hasta su muerte, a los 83 años. Cuando una de sus nietas le preguntó qué extrañaba de Francia, ella respondió: “Ser feliz porque el amor entró una tarde por la puerta de mi casa en Marsella”. Curiosamente, el hijo de Desirée y Rey de Suecia, Oscar I, se casó con Josefina de Leuchtenberg, una nieta de Josefina de Beauharnais .

Estas dos plebeyas son ancestros de seis familias reales europeas, dos reinas que sólo soñaban serlo en sus juegos infantiles.

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