Los ataques dejaron amplia huella en el sentir de los parisinos. Sirva como ejemplo el bombardeo de un zeppelin que sufrió el pueblo de París en la noche del 29 de enero de 1916:
Los periódicos franceses han publicado un interesantísimo relato del bombardeo realizado por un zeppelin, pues á última hora se ha descubierto que fué solamente uno el atacante, y no varios, como se había creído al pronto. El dirigible alemán dejó caer unas 17 bombas, de las que 14 explotaron, causando además de 25 muertos y 32 heridos, los destrozos consiguientes en los edificios.
La crónica de Mundo Gráfico continuaba describiendo con detalle el funcionamiento de las bombas y el efecto que producían. Los diarios también recogieron con detalle las informaciones que llegaban sobre el ataque. La Época señaló que casi todas las víctimas se encontraban en sus casas.
Con las luces del día, algunos parisinos se congregaron en los lugares en los que habían caído las bombas, mientras los periódicos adelantaban informaciones sobre cómo pudo producirse: al parecer, según apuntó Le Petit Parisien, la altura a la que se encontraba el aparato alemán y la densa bruma que rodeaba la capital francesa dificultaron la acción defensiva de los aeroplanos situados en las cercanías. Por su parte, Le Matin recordó aquella recompensa que propuso cuando se produjo el primer ataque con zeppelines:
Además de las casas destruidas, las bombas cayeron en la vía pública. Quizá la más llamativa fue una que produjo un gran agujero en el suelo, al caer exactamente por donde transcurrían los túneles del metro:
El impacto de aquel ataque de zeppelin se dejó sentir en el pueblo parisino. En los siguientes días, Le Journal publicaba consejos prácticos para protegerse en el caso de que el zeppelin regresara.
Los preparativos de un gran funeral público se pusieron en marcha. El impacto que tuvo este ataque se puede medir por el multitudinario acompañamiento de los parisinos a las comitivas fúnebres.
La crónica que de este acontecimiento hizo Mundo Gráfico, permite ponderar la magnitud de éste:
El entierro de las víctimas que las trece bombas lanzadas por los “zeppelines” causaron en París, constituyó una grandiosa é imponente manifestación, más que de duelo, con sentido muy hondo todos los circunstantes, de exaltado patriotismo, de protesta contra un atentado, que en su sentir, reflejado por su prensa, está reñido con todo sentimiento humanitario y contra la nobleza que en toda contienda debe resaltar por encima de la animosidad. Todo París —y nunca fué más justo ni más exacto este tópico— se asoció á la manifestación, y el dolor por las desgracias ocurridas, tanto como las ansias de desquite, templaban todos los ánimos, dándoles entereza y bríos para proseguir la campaña hasta el logro definitivo de la victoria.
Sirva este pequeño ejemplo para ilustrar los más cruentos episodios más allá de las líneas de los frentes de batalla.