La muerte del fundador

Juan de Garay fue uno de los más valientes, capaces y probos conquistadores del Río de la Plata. Niño aún, pasó al Perú con sus poderosos parientes, los Ortiz de Zárate. Acompañó a Diego de Rojas en la “entrada” al Tucumán, y Ñuflo de Chaves le dio tierras e indios y lo nombró regidor en Santa Cruz de la Sierra. En noviembre de 1573 fundó la ciudad de Santa Fe. Había salido de Asunción con cien hombres.

Juan Torres de Vera y Aragón, el quinto y último adelantado del Río de la Plata, lo nombró teniente de gobernador en abril de 1578. Garay ejerció el cargo de gobernador interino desde esa fecha hasta su muerte y fue la autoridad máxima en estas tierras. Se le llamaba “general”, apócope de teniente general, por su tenencia de todo el adelantazgo. De acuerdo con las instrucciones del adelantado, Garay fundó definitivamente la ciudad de Buenos Aires, el sábado 11 de junio de 1580, con setenta pobladores, la mayoría de ellos nativos de Asunción. Solamente once eran nacidos en España.

A finales de ese año marchó a Santa Fe, donde se había producido el llamado “motín de los siete jefes”, encabezado por siete mestizos asunceños descontentos. Restablecido el orden, Garay regresó a Buenos Aires a fines de 1581 y en noviembre de ese año realizó la “entrada de los Césares”. Con treinta hombres en armas llevó a cabo una marcha hacia el sur de la actual provincia de Buenos Aires, hasta la sierra de Tandil, en busca de una fabulosa e inexistente ciudad de los Césares.

Acompañado por algunos indios amigos, este grupo de conquistadores marchó incesantemente durante seis meses, a lo largo de casi cuatrocientos kilómetros, hasta el actual cabo Corrientes (Mar del Plata). En su informe al soberano decía Garay que marchaban “unas veces a la vista de la costa del mar donde se cubre de peñascos y hay cantidad de lobos marinos”, agregando que era “una costa muy galana”. Entre los que lo acompañaban figuraba Hernandarias, a la sazón un mozo de veinte años.

Juan de Garay no siguió avanzando a causa de los disturbios de Santa Fe y Asunción, que lo mantuvieron ocupado los años siguientes, pero viajó constantemente entre Buenos Aires, Santa Fe y Asunción para mantener la paz. En uno de estos viajes acampó con cincuenta hombres en las cercanías del fuerte Sancti Spiritu, cerca de la confluencia del Carcarañá y el Coronda. Había decidido pasar la noche en tierra, pero no colocó centinelas, pues decía que “entre los indios estaba tan seguro como en Madrid”. En horas nocturnas, los timbúes atacaron el campamento y Garay fue muerto en la noche del 22 de marzo de 1583.

Autoras: Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004)

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