Barba Azul es un cuento de hadas recopilado por Charles Perrault, aunque se haya inspirado en la historia de un noble bretón del siglo XV, llamado Gilles de Rais – célebre por haber peleado junto a Juana de Arco, ser mariscal de Francia y haber cometido por lo menos 200 asesinatos rituales –
Henri Landru no pertenecía a la alta nobleza de Francia, sino a una humilde familia obrera. Entre 1902 y 1914 fue apresado por varios delitos menores. Su padre, avergonzado por el comportamiento de su hijo, optó por quitarse la vida.
Durante la Primera Guerra Mundial, Landru – quien estaba casado con su prima y tenía dos hijos – aprovechó su talento para consolar jóvenes viudas. A tal fin publicaba avisos en los periódicos donde se describía como “viudo, dos hijos, 43 años, afectuoso, serio y en ascenso social, busca conocer viuda con deseos matrimoniales”. Centenares de mujeres contestaron este aviso, lo que le daba la oportunidad a Henri de elegir a su víctima con detenimiento. La primera en caer en las garras de Landru fue Jeanne Cuchet, hermosa viuda que además había atesorado 5000 francos. Henri le prometió matrimonio pero en enero de 1915 la asesinó, descuartizó y cremó sus restos en la chimenea de un pequeño departamento alquilado en Vernouillet. En plena guerra con miles de hombres muriendo en las trincheras y millones de desplazados nadie notó la ausencia de la viuda.
Perfeccionado su modus operandi alquiló una casa a las afueras de París y cobró una segunda víctima, Madame Laborde-Line.
Con los medios sustraídos a estas mujeres alquiló una casa en la localidad de Gambais, donde a lo largo de los años de guerra continuó asesinando viudas y apoderándose de sus bienes.
Mientras el caos bélico duró, Landru pudo llevar una vida de pequeño burgués sin despertar sospechas, pero concluido el conflicto los parientes empezaron a buscar a las damas desaparecidas. La hermana de madame Buisson una tarde reconoció al festejante de su hermana de la que no tenía noticias desde hacía meses. Era este novio Landru, quien estaba comprando obras de arte en la Rue de Rivoli. La señora realizó la denuncia a la policía. Aquí interviene el inspector Belin, quien interroga al dueño de la galería. Éste le entregó una tarjeta que Landru le había dado con su nueva dirección. A este domicilio acudieron las autoridades y encontraron a Henri con una nueva amante y le solicitaron los acompañe a su casa de Gambais.