Moises Kisling era un pintor de origen polaco, que llegó a París en 1910 y que frecuentó el ambiente artístico de la ciudad. Se hizo muy amigo de Pascin y de Modigliani, de quien tomó la costumbre de alargar las imágenes y darles ese aire melancólico como se ve en sus retratos. Entre las retratadas estaba Kiki, una cantante muy conocida en el mundo de la avant-garde que frecuentaba los cafés y cabarets de Montparnasse, barrio que en la década del ’20 devino en centro del arte parisino. Kiki era sin dudas la reina de esa “colmena de artistas”, como llamaba Duchamp a Montparnasse.
Según Hemingway, “Kiki era maravillosa de ver, siendo su rostro naturalmente bonito, ella lo había convertido en una obra de arte… por eso, ella dominó Montparmasse más de lo que la Reina Victoria dominó la era victoriana”.
El verdadero nombre de Kiki era Alice Ernestina Prin. Había nacido en 1901 en la Cote d`Or, Burgundy. Sus padres, una linotipista y un comerciante de carbón, la dejaron al cuidado de la abuela materna. Llegó a París a los 13 años en busca de su madre; allí conoció la vida de los artistas y bohemios. Desde entonces se ganó su sustento posando desnuda para pintores y escultores como Picabia, Cocteau, Calder, Fujiita y Man Ray, quien fue su amante y el creador de la célebre fotografía “El Violín de Ingres” que la tiene como protagonista.
Kiki también pintaba y en 1927 su presentación en la galería “Sacre du Printemps” fue un éxito. Sus memorias fueron publicadas en 1929, pero inmediatamente el gobierno norteamericano las prohibió por inmorales. Recién fueron impresas en inglés en 1996.
Kiki huyó de París durante la Ocupación y después solo vivió transitoriamente en la ciudad a la que tanto amó. Falleció en 1953 en Mary Sur Mer víctima del alcohol y las drogas. Fue enterrada en el cementerio de Montparnasse bajo una lápida en la que sólo está escrito “Kiki”.