Oswald von Nell-Breuning (1890–1991) ejerció una fuerte influencia en la Democracia Cristiana en la Alemania postbélica, Gaël Giraud es actualmente director de investigaciones económicas de Francia y Luis Bernaola(1903–1981) fue uno de los fundadores de la Universidad de Deusto.
Pero a quien hoy quiero evocar es a Juan de Mariana (1536–1624), teólogo e historiador español del Siglo de Oro, con especial predilección por temas económicos, quien fuera declarado subversivo por el Parlamento de París y más tarde encarcelado por un año en Madrid, por orden del mismísimo Felipe III de España.
Curiosamente, de Mariana había dedicado a Felipe III el libro que lo llevó a la prisión con quince cargos enumerados por el fiscal. Éste, sin saberlo, aplicaba la máxima que el di haría famosa: “Dadme dos líneas escritas de su puño y letra por el hombre más honrado y encontraré en ellas motivos suficientes para hacerlo encarcelar”. De Mariana escribió varios libros, de allí que no resulta extraño que haya pasado un tiempo en prisión…
Hombre de origen humilde, hijo bastardo de un cura, su único capital era su inteligencia que le permitió acceder a una excelente educación y a saber tolerar afrentas….
Estudió en Alcalá de Henares y muy joven entró como novicio a la Compañía de Jesús, bajo la tutela de San Francisco de Borja. Profundizó sus estudios en Roma y fue docente en Sicilia y en la Sorbona. Estando en París, presenció la Matanza de la Noche de San Bartolomé, donde miles de protestantes fueron asesinados por sus creencias. Este episodio impresionó profundamente a de Mariana, quien volcó en sus escritos una crítica a esta exaltada expresión de fanatismo religioso.
Volvió a España donde su formación lo catapultó al puesto de preceptor del príncipe Felipe (futuro Felipe III). Fue entonces que comenzó a redactar la “Historia General de España” que abarcó la historia de ese país hasta la muerte de Fernando el Católico, sin atreverse a relatar “las cosas más modernas por no lastimar a algunos si decía la verdad”.
Este libro fue canónico para los estudiosos del acontecer histórico de España por dos siglos.
Fueron otros dos textos los que le ocasionaron a de Mariana sinsabores y conflictos. “De rege et regis institutione”, fue escrito con el fin de contradecir al maquiavelismo. Según de Mariana, un monarca debía allanarse a la moral y la justicia como cualquier de su vasallo, y en caso de no hacerlo debía ser sancionado. Según el economista jesuita, un rey debía impedir que los impuestos asfixien a los productores. En caso de contravenir estos principios, de Mariana se hace eco de la propuesta de Santo Tomás de Aquino: la sanción y hasta la muerte.
Como un monarca que impide el progreso de sus súbditos se convierte en un tirano, la opción del tiranicidio sería “la mejor para una sociedad”.
Cuando Enrique IV de Francia fue asesinado (aquel de París bien vale una misa), el libro de Juan de Mariana fue quemado por subversivo en el Parlamento de París, ya que lo consideraba instigador del crimen del monarca, si bien su asesino, jamás había leído el libro del jesuita economista.
El otro texto problemático de de Mariana fue el “De monetae mutatione” (creo que no es necesario traducirlo), donde condena a los gobiernos que “envileciesen la moneda”. Aún no existía el término inflación, un impuesto oculto utilizado por los gobernantes para financiar los gastos del Estado.
“De monetae mutatione” era un capítulo, el cuarto para ser más específico, del Tractatus septem, texto donde se explaya sobre otros temas no económicos como la muerte de Cristo, historia, filología y ética.
Esta sanción propuesta para aquellos que envilece la moneda, irritó al duque de Lerma, valido de Rey, quien denunció al jesuita ante Felipe III (su ex alumno), por supuestas alusiones a los ministros españoles que modificaban el precio del metálico, devaluando el valor de la moneda. El enojo del rey le costó un año de prisión al jesuita quien, al cabo de ese tiempo de sanción, se dedicó a escribir su tratado sobre la historia de España, donde muestra su ánimo patriótico, en la mejor tradición de Tito Livio y Tácito.
A pesar de estos desvelos, de Mariana murió a los 85 años mientras trabajaba en una exégesis bíblica basada en La Vulgata.
Sus obras fueron reimpresas hasta el presente y su nombre está asociado a una fundación de estudios económicos de orientación liberal.