La muerte del presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy, asesinado en Dallas en 1963, es uno de esos acontecimientos que ha cambiado el curso de la Historia. Pero otro fallecimiento, el de su hermano mayor Joseph o Joe, también fue decisiva, puesto que era él quien estaba destinado por su padre a seguir la carrera política que luego iniciaría JFK. Curiosamente, la desaparición de Joseph Kennedy Jr. también estuvo rodeada de enigmas.
Joe se había alistado en la Fuerza Aérea. Tras completar su servicio, se ofreció para una misión secreta contra las bases de lanzamiento de las bombas volantes alemanas. Su misión consistía en despegar con un avión cargado de explosivos y saltar en paracaídas una vez conectado el control remoto que le unía a un aparato nodriza.
Destino incierto
El 12 de agosto de 1944, Joe Kennedy y un compañero despegaron, armaron los fusibles de los detonadores y enviaron por radio la palabra clave que indicaba que todo marchaba correctamente. Sin embargo, dos minutos más tarde, exactamente a las 18.20 horas, el avión explotó cuando sobrevolaba un bosque en Suffolk. Debido a la potencia de los explosivos no se pudo encontrar ningún resto de los dos tripulantes, que habían quedado completamente desintegrados.
La desaparición física de Joe Kennedy ha dado pie a muchas hipótesis, a lo que contribuyó el secreto que rodeó la misión hasta que sus documentos se hicieron públicos en 1968. En 1986, un antiguo oficial artillero de la Luftwaffe, Karl-Heinz Wehn, aseguró que había capturado a Joe Kennedy en Francia el 14 de julio de 1944, es decir, un mes antes de emprender la misión en la que supuestamente participó, y que éste se había identificado como tal. Según Wehn, Kennedy fue abatido al tratar posteriormente de escapar. Se ha especulado con que los alemanes exigieron un rescate por su vida, y que lo mataron al no acceder el gobierno norteamericano a pagar. Según esta hipótesis, la misión aérea no habría sido más que una tapadera para encubrir las posibles negociaciones.