Granaderos: el regimiento emblemático

La patria era para el romano la “terra patrum”, la tierra de los padres, razón por la cual estaban tan unidos a sus antepasados, el destierro representaba la muerte, y el tiempo pasado lo asumían como sumamente esencial.

Para nuestra sociedad actual, lamentablemente, la noción de patria no está tan clara. Si bien se suele afirmar que es el lugar donde se ha nacido, también es -al decir de San Agustín- la congregación de seres racionales, asociados por la concorde comunión de cosas que aman. La confusión reside en que muchas veces no se aman las cosas que realmente se deberían amar.

Será esencial comprender -volviendo a los romanos- que no existe comunidad social sin historia, la patria no se concibe sin su tradición histórica y cultural. ¿Por qué? Porque con esa temporalidad pasada se construye no sólo su presente sino también su futuro. A la historia, la definía Cicerón como la maestra de la vida, y nuestra historia ofrece valiosos elementos para una construcción firme de la patria.

Uno de aquellos capítulos gloriosos corresponde al Regimiento de Granaderos a Caballo que entró en la historia de la Patria al mismo tiempo que su ilustre creador, el General José de San Martín, un 16 de marzo de 1812. Un breve recorrido por su heroica trayectoria muestra que desde su Bautismo de Fuego en San Lorenzo en 1813 hasta Ayacucho en 1824, combatió en todos los teatros de operaciones en que se luchó por la libertad, y seis países americanos supieron de su valor y disciplina. En ese lapso actuó en 20 campañas, sus efectivos participaron en 110 acciones de guerra, y conquistaron 22 condecoraciones.

En 1826 fue disuelto. “De lo que mis Granaderos son capaces, sólo yo lo se, quien los iguales habrá, ¡pero quien los exceda no!“, dejó escrito San Martín.

EL RESURGIMIENTO

En 1903, durante su segunda presidencia, Julio A. Roca decretó la recreación del Regimiento. Había comprendido, al igual que la generación del 80, que para progresar, un país deber afirmarse en un hecho fundacional, es decir, en un mito de origen con el que cuentan todas las naciones.

En ese marco, Granaderos era, y sigue siendo, un regimiento emblemático, tanto para el Ejército como para la sociedad, porque representa y está asociado al ideal de orgullo de grandeza nacional de nuestra generación fundadora. Porque está asociado a San Martín y a la epopeya más grande de nuestra historia que fue la Independencia.

Fue en 1907, cuando el entonces presidente José Figueroa Alcorta lo designó Escolta Presidencial. Y en 1920 finalizó la construcción del cuartel, en el inmenso predio sobre la Avenida Luis María Campos que sigue ocupando en la actualidad.

VISITA AL REGIMIENTO

En la centenaria edificación de estilo art nouveau francés, dueña de una simple majestuosidad y declarada monumento histórico en 1997, se comienza una recorrida y se puede observar como se adiestra al granadero del siglo XXI preservando los mismos valores que le supo dar su creador hace 207 años.

El edificio principal del cuartel de Palermo, cuenta con un valioso museo que exhibe, en sus diferentes salas, importantes objetos que pertenecieron al Libertador como su Espada de Bailén; su Rosario -entregado por una monja a San Martín en 1808 luego de la Batalla de Bailén-; su Foja de Servicios (desde cadete hasta el grado de Capitán Segundo del Ejército de España) y el Bastón que usó en sus últimos años de vida.

FUNCIONES Y ADIESTRAMIENTO

En la actualidad, el Regimiento de Granaderos cuenta con 970 miembros (37 oficiales, 298 suboficiales y alrededor de 600 soldados); y tiene tres funciones principales: * Ceremonial de Estado. * La seguridad del Presidente en el interior de Casa Rosada y en la residencia de Olivos. * La preservación en todo el país de los valores y la historia sanmartiniana.

Si bien una jornada normal en el Regimiento comienza a las 8, tanto aquellos que viven en el cuartel (aproximadamente un 30% y por lo general los que son del interior del país) como los que duermen en sus casas, tienen que estar ya listos a las 6.30.

En la Plaza de Armas, presidida por un busto de San Martín, los granaderos realizan el adiestramiento físico diario.

Al respecto, el teniente Nicolás Kammann relató las diferentes tareas que llevan a cabo. Aparte de las actividades de adiestramiento físico, se realizan prácticas de diversos procedimientos ante la eventual aparición de un intruso en el lugar, armado o no; defensa personal, traslado de heridos, uso de armas, recuperación de instalaciones tomadas, primeros auxilios y ejercicios de resucitación cardiopulmonar, etc.

También se realizan prácticas diarias de desfile y cambios de guardia y distintos ejercicios que van cambiando según el día.

CUSTODIA PRESIDENCIAL

Este adiestramiento específico se debe a que más allá de su tarea protocolar en los actos oficiales con el uniforme histórico, los Granaderos son los encargados -ya con uniforme de combate y armamento- de custodiar al Presidente tanto en la Casa Rosada como en Olivos. En esta tarea es recordada su heroica actuación durante la Revolución de 1955 donde murieron nueve granaderos. También las historias de lealtad a la figura presidencial durante los golpes de estado contra Frondizi e Illia.

El teniente primero Juan Carlos Gani detalló en qué consiste la escolta presidencial. “En un día normal en la Casa Rosada -relató- cuando recibimos el aviso de que llega el Presidente dos granaderos lo esperan en la entrada de Balcarce. Cuando ingresa lo reciben otros dos granaderos que lo acompañan hasta el ascensor. “¡Buenos días Señor Presidente. Bienvenido a la Casa de Gobierno!”, es nuestro saludo con las armas en posición. En su despacho, se encuentran otros dos granaderos que se quedarán en la puerta y lo acompañarán en cada movimiento. Donde se mueva el Presidente siempre lo acompaña un granadero”, explicó.

También se encargan de la seguridad de la Casa de Gobierno en ausencia del presidente. “Tenemos gente destinada con armamento y uniforme de combate que cuida la integridad de la casa como si fuera un cuartel”, aseguró Gani.

Una vez que sale de la Casa de Gobierno, el encargado de la seguridad del presidente es su custodia de la Policía Federal. Donde sí continúan actuando los Granaderos es en la residencia de Olivos. “Entonces -concluyó Gani- más allá de rol simbólico de seguridad y de ceremonial vestidos de granaderos, todo el tiempo estamos en la Casa Rosada y en Olivos armados y con ropa de combate realizando la seguridad concreta del jefe del Estado, para lo cual el Regimiento de Granaderos da prioridad al adiestramiento operativo del personal”.

TAREA ARDUA Y DIFICIL

Al Regimiento pueden incorporarse ciudadanos desde los 18 años y permanecer sólo hasta los 28, luego se tienen que ir. Pero en ese lapso -luego de rendir determinadas condiciones- tienen la opción de ingresar a la Escuela de Suboficiales o al Colegio Militar para ser oficiales. Aproximadamente, sólo un 15 % sigue la carrera militar. El ritmo de adiestramiento y trabajo es muy exigente.

Mientras se encuentran en el Regimiento, la instrucción busca, en poco tiempo, transmitirle a aquellos jóvenes que entran, con los problemas de cualquier chico de sus edad, los valores del ser granadero en el siglo XXI. Todo un proceso orientado a formar el carácter y la capacidad mental, física y emocional.

Los principales valores que el personal de Oficiales y Suboficiales tratan de inculcar y trasmitir son el valor de la lealtad a la nación, al ejército y al regimiento; el sentido del honor, el coraje, la abnegación y el espíritu de cuerpo, porque en la ética militar el conjunto es lo importante y el regimiento siempre está por encima de los intereses o deseos personales.

En ese marco, el “yo primero” con el que llegan al Regimiento es reemplazado por la cultura del logro en equipo y de la superación personal. En el grupo “el yo” no se mide por lo que se recibe sino por lo que está en condiciones de aportar cada uno.

¿Cómo se logra? En la actividad de cada día. Con la obediencia. Para cualquier orden hay que entregar el máximo esfuerzo. La disciplina militar importa no para el día a día, sino para las circunstancias de crisis. Obliga a forjar el carácter y a subordinar el propio instinto de supervivencia, de comodidad o conveniencia personal a lo que es mejor para el conjunto.

EL CUIDADO DE CABALLOS

Cuenta el Regimiento con unos 300 caballos. El jefe del Escuadrón Junín, el capitán Francisco Moulia relató la importancia de los caballos para un escuadrón montado.

“Los caballos -sostuvo- se tienen que mover todos los días, de lo contrario pueden enfermarse. Necesitan ejercicios diarios. Si bien cada uno tiene diferente temperamento, nuestra premisa es: “Caballo viejo, jinete nuevo; caballo nuevo, jinete viejo”, para una mejor interacción y aprendizaje.

Por otra parte, explicó que cada caballo tiene su descanso correspondiente: “Ellos se van al campo a descansar luego de las galas importantes durante el año y cuando vuelven, el inicio de las actividades es gradual, como un deportista. Se lo empieza a trabajar al paso en la pista, se los va herrando. Un trabajo progresivo”.

Algo fundamental para el granadero es tener su propio caballo. “Lo importante -destaca Moulia- es lograr que cada granadero se identifique con un caballo, para que el cuidado, el trato, el mantenimiento (herraje, cama, racionamiento) sea algo muy personalizado. El vínculo es tal, que los granaderos cuando se van de viaje a visitar a sus familias, además de descansar, nos mandan mensajes y nos preguntan como están sus caballos”.

El trabajo de equitación en los Escuadrones montados es muy importante ya que las exigencias en las diferentes actividades montadas que tiene el Regimiento son muy exigentes y requieren una gran preparación física del ganado y de los jinetes. En esta tarea, es muy importante el trabajo del servicio veterinario de la Unidad, que trabaja día a día por mantener el estado del ganado en óptimas condiciones.

ORGULLO DE GRANADERO

Bartolomé Mitre, el historiador sanmartiniano por antonomasia, sostuvo que “el Regimiento de Granaderos fue la escuela rudimental en que se educó una generación de héroes (…) Formó San Martín soldado por soldado apasionándolos por el deber y les inculcó ese fanatismo frío del coraje que se considera invencible y es el secreto de vencer (…) Era el amalgama del cobre y del estaño que daba por resultado el bronce de los héroes”.

El sargento Mauro Bordón aseguró que “es un orgullo” pertenecer al Regimiento y recordó, hoy con sus 36 años, sus fotos de tercer grado vestido de granadero.

“La sociedad en general -afirmó- a nosotros nos ve como “lo más”, hablando mal y pronto con el lenguaje de ahora, porque al vernos ve la reseña histórica viva del general San Martín. Jamás recibimos nada negativo en los lugares donde vamos, siempre buena atención, nos ven como los históricos granaderos de San Martín”.

Bordón tiene dos hijos chiquitos y sueña con que el día de mañana observen las fotos de su actividad. “A veces -sostiene con sinceridad y orgullo- me preguntan: ¿por qué no te vas de pase?….pero yo estoy bien acá y me gusta. Es más, estar acá, en este histórico regimiento, es único. Nos levantamos a la madrugada para comenzar la jornada y nunca ponemos un pero”.

Al mirar la estampa de los granaderos, los argentinos debemos aprender a valorar la historia viva de la patria que representan. Al percibir su orgullo, viene a la memoria aquello que relataba Sarmiento, en sus “Recuerdos de Provincia”: “A diez cuadras podía distinguirse a un granadero sanmartiniano, por su cabeza erguida con exageración y el pecho salido hacia adelante”.

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