Golpe de Torrijos en Panamá

El golpe de 1968 era el tercero que sufría el presidente Arias, médico cirujano que estudió en Harvard. Había sido presidente entre 1940 y 1941, apoyó a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y fue derrocado por un golpe respaldado por Estados Unidos. Se exilió hasta 1945 y volvió a presentarse a la presidencia en 1948 al frente del Partido Revolucionario; perdió ante Domingo Díaz Arosemena, pero éste tenía una salud muy deteriorada, gobernó poco tiempo y falleció; asumió el vicepresidente Daniel Chanis Pinzón, que ocupó el poder por poco tiempo ya que la Guardia Nacional (de pocas pulgas) lo echó. Y entonces ocurre algo extraño: después de más de un año deciden abrir las urnas de la elección que estaban depositadas en el Banco Nacional, se descubre que hubo un error en el conteo de votos y que el verdadero ganador de las elecciones de 1948 era el bueno de Arnulfo Arias, que entonces llega a la presidencia de nuevo en 1949. Duró dos años; es depuesto en medio de una ola de protestas y revueltas populares por ejercer un gobierno autoritario y haber suspendido la vigencia de la Constitución. Esto impulsa a la Guardia Nacional a actuar de nuevo y destituirlo en 1951.

En 1964 Arias se presenta de nuevo a elecciones y pierde, pero en 1968 insistió y fue elegido por tercera vez. Su perfil intolerante lo llevó a intentar imponer de nuevo una autocracia, así que apenas dos semanas después de las elecciones nuevamente la Guardia Nacional ocupa el centro del escenario, ya que al mando de los tenientes coroneles Omar Torrijos, José Ramos Bustamante y el mayor Boris Martínez llevan a cabo un golpe de Estado. Arias se refugió en la zona del canal de Panamá controlada por EEUU y luego partó al exilio en EEUU.

José María Pinilla Fábrega fue proclamado presidente, pero cambios internos en el mando golpista llevaron a Torrijos al liderazgo militar. Rápido para las decisiones, Torrijos se nombró a sí mismo general y se hizo cargo del gobierno en 1969. Para consolidar su poder hizo varias maniobras inmediatas: encarceló a presuntos comunistas y tomó el control de la universidad, donde estudiaban muchos izquierdistas. Sin embargo, desafió a Washington al apoyar a los sandinistas en Nicaragua y al establecer relaciones amistosas con Cuba, gobernada por Fidel Castro.

Torrijos, populista al fin y al cabo, inició una serie de reformas económicas y sociales: sustituyó la por entonces elitista Asamblea Nacional por un cuerpo orgánico democrático, intentó romper el dominio económico de las familias ricas (los llamados “rabiblancos”) y fue apartando a Panamá de la influencia norteamericana.

En este rubro,el tema más importante era el Canal de Panamá, por entonces de propiedad y explotación estadounidense a perpetuidad. Con la intención de reducir la dependencia económica del canal, Torrijos liberalizó la banca y las leyes impositivas, convirtiendo a Panamá en un paraíso financiero para los capitales internacionales.

En 1972, el régimen de Torrijos llamó a elecciones para crear una Asamblea Constituyente que redactaría una nueva Constitución, la cual en su artículo 277 decía que se reconocía a Torrijos como líder máximo de la revolución panameña y le daba poderes casi absolutos. Un clásico.

Torrijos inauguró escuelas, redistribuyó tierras y creó empleos. Las reformas fueron acompañadas por un ambicioso programa de obras públicas. Fue intolerante con la oposición política muchos dirigentes opositores fueron encarcelados, exiliados o asesinados. Otro clásico.

En 1977 comenzó a renegociar las condiciones del tratado sobre el canal hasta que el 1 de octubre de 1979 entraron en vigor los tratados Torrijos-Carter, con los que se puso fin a la presencia y administración estadounidense en el Canal de Panamá, comenzando a efectuarse un traspaso gradual de la administración del canal; la posesión de EEUU a perpetuidad fue anulada, y se dispuso que EEUU debería entregar el canal a Panamá en forma completa en 1999. Este nuevo acuerdo, como es de imaginar, fue muy elogiado en América latina y muy criticado en EEUU.

Omar Torrijos falleció en 1981 en un misterioso accidente aéreo cuando realizaba una inspección militar. Su presunto magnicidio fue atribuido a un presunto plan de la CIA y a la conspiración de algunos militares, entre ellos el ex-general panameño Manuel Antonio Noriega, quien luego alcanzaría el poder en 1983.

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