Boston es una ciudad íntimamente ligada a las luchas de la independencia norteamericana. Es allí donde se enciende la chispa de la emancipación por problemas económicos. El rey Jorge III aumentó la tasa impositiva sobre varios productos y enseguida se disparó la discusión entre los habitantes de la ciudad. ¿Podía el rey aumentar los impuestos sin la debida representación de los colonos en una monarquía parlamentaria? La opinión generalizada se resumía en la frase «no taxation without representation». Es verdad que el rey abolió varios impuestos, hecha la excepción del té. Los comerciantes de Boston evadieron este «Stamp act» mediante el contrabando (los porteños no éramos los únicos). Cuando las autoridades quisieron imponerse a la fuerza, un grupo de colonos decidió arrojar el té al agua de la bahía antes de oblar la imposición del rey. Como los ánimos se estaban caldeando, Inglaterra envió 4.000 soldados a una ciudad que solo tenía 15.000 habitantes (algo más que Buenos Aires cuando ésta se conviertió en la capital del Virreinato, más o menos para la misma época).
Pronto aparecieron los roces y un día, las tropas británicas que eran hostigadas por la población, abrieron fuego, dando lugar a la llamada Masacre de Boston, donde cinco ciudadanos murieron.
Si bien este episodio es recordado en el sendero de la libertad, el más significativo Tea Party está fuera del camino que une distintos lugares históricos a lo largo de 45 Km.
El sendero se inicia en un parque conocido como The Boston Commons que es la parte más céntrica de la ciudad, pero entonces era un lugar donde pacían las vacas.
En el Gramary Burying Ground están enterradas las víctimas de la Masacre, además de cuatro firmantes del Acta de la Independencia y el célebre Paul Revere, un comerciante y artesano (que, entre otros productos, realizó las prótesis dentales de Washington), famoso por haber cabalgado toda la noche a fin de avisar la llegada de los ingleses).
La King’s Chapel es la primera iglesia anglicana construida en 1754. Allí funcionó la primera escuela pública del país y en su vecindad hay un cementerio donde están enterrados algunos de los puritanos que llegaron a la ciudad.
South Meeting House, una iglesia frente a la casa donde nació Franklin y en donde fue bautizado, era también un sitio donde tenían lugar las reuniones políticas para debatir el curso de los acontecimientos. Fue en este sitio donde Samuel Adams urdió la trama que culminó con el Boston Tea Party.
En las vecindades de este lugar existieron (y pocas subsistieron) librerías y editoriales donde acudían Longfellow, Hawthorne y Ralph Waldo Emerson. Vale recordar que en Boston vivió Melville, el autor de Moby Dick y Lousia M. Alcott, célebre por sus Mujerecitas.
A doscientos metros está el Old State House, el edificio más antiguo de Boston (1713), lugar donde se leyó por primera vez el acta de la Independencia, acto que se repite cada 4 de julio.
En las inmediaciones está Fanemil Hall, la casa de un rico comerciante que servía de sitio de reunión para debatir los acontecimientos.
Más al norte, pasando la casa de Paul Revere, sobre una colina que mira al mar y al estuario del Río Charles está el cementerio de Copp Hill, lugar donde los ingleses concentraron sus fuerzas para enfrentar a las tropas insurgentes en Bunker Hill (al otro lado del río) donde se ha construido un obelisco para recordar a los caídos en ésta, que fue la primera batalla de la Revolución, el 17 de junio de 1775.
Dada la impericia de las tropas americanas es asombroso que hayan resistido el embate de fuerzas más numerosas y entrenada como lo eran las británicas.
Freedon Trail asume el papel del camino simbólico de una nación combatiendo por su autodeterminación.